the map of tiny perfect things kathryn newton kyle allen

Cartografía de un día infinito

Groundhog day, o Atrapado en el tiempo, fue una revelación. Aun a día de hoy sigue siendo una película divertida, entrañable, y uno de los máximos exponentes de la vis cómica de Bill Murray, como alguien gracioso pero profundamente deprimido (un papel que no ha dejado de interpretar desde entonces). Su marca en la cultura popular es indeleble, y cada vez que surge una nueva película sobre bucles temporales, es el estándar al que hay que llegar. En lo que llevamos de año, dos películas han aterrizado en plataformas en España que comparten el uso de los bucles temporales, pero que lo hacen de forma diametralmente opuesta: Palm Springs y The map of tiny perfect things.

Palm Springs lleva sonando en los círculos cinéfilos de Twitter desde hace un año, cuando se estrenó con éxito en el Festival de Sundance y cogió impulso para un estreno veraniego que hizo las delicias de los espectadores. La cinta trata sobre un hombre (Andy Samberg) encerrado en un bucle temporal en una destination wedding (un invento estadounidense que te fuerza a viajar para ir a una boda en un lugar icónico). Si esto ya puede sonar agotador, al protagonista lo acompaña una chica (Cristin Millioti) con la que liga esa noche (una de tantas veces que vive esa noche) y que lo sigue, sin saberlo, a la cueva que inicia el bucle temporal.

palm springs andy samberg cristin millioti
Cristin Millioti y Andy Samberg protagonizan ‘Palm Springs’.

Por su parte, The map of tiny perfect things, recién llegada a Amazon Prime Video, se centra en un par de adolescentes que están realmente cómodos con la situación que viven. Al principio seguimos al magnético Mark (Kyle Allen), que se mueve por la ciudad como si esta fuese un escenario y él, el protagonista de un complejísimo ballet. No tarda en entrar en escena Margaret (Kathryn Newton), con un punto de vista mucho más cínico pero el mismo interés en descubrir las posibilidades del bucle, y ninguna gana de abandonarlo.

El género del bucle temporal es un formato que permite a los guionistas jugar y divertirse, probar diferentes posibilidades, y cuyo resultado casi siempre es divertido y atractivo para el público. La posibilidad romántica es obvia, ya que coloca a sus personajes en el lugar idóneo para esforzarse en ser la mejor versión de sí mismos para otras personas. No falta en ninguna de las dos películas comentadas la escena del protagonista siendo la persona más insoportablemente guay del universo, que parece que conoce cada recoveco de la realidad, porque… lo conoce.

Creo que es aquí donde Palm Springs me falla un poco: es una película que exprime el formato del bucle temporal y lo lleva a una serie de consecuencias tristes y misántropas; es cierto que hay espacio para mejorar, y que esa mejora ocurre, pero para llegar ahí el protagonista pasa por situaciones cuestionables desde multitud de puntos. Su forma de ligar con las chicas de la boda ha tenido cierta controversia, y en general, al terminar la película, creo que no es lo suficientemente autocrítico como para pasar por el cinismo adorable de Murray en Atrapado en el tiempo.

atrapado en el tiempo groundhog day bill murray
Bill Murray, contigo empezó todo.

En el otro extremo encontramos The map of tiny perfect things, donde los protagonistas no solo miran con optimismo la situación y las posibilidades que les ofrece (no hay espacio para el Mal en esta película, que parece un fanfic de Atrapado en el tiempo escrito por John Green), sino que hacen un esfuerzo real y consciente por descubrir nuevas cosas buenas, y el amor es algo que surge de forma orgánica por el camino.

Es una historia muy azucarada, sin duda, pero creo que nunca se pasa de la raya a ese respecto, y los puntos emocionales, los golpes tristes de la historia, están realmente bien ubicados a lo largo de la película.

Más aún que todo esto, hay un punto que me resulta irritante de Palm Springs: explica, de forma científica (desconozco si tiene fundamento, lo dudo, no me importa en realidad) el origen del bucle. Le da un porqué, una razón de ser, basada en algo totalmente ajeno a los personajes, a los que sin embargo postula como el centro del microverso de la historia. Pasamos mucho tiempo con estas dos personas, estamos implicados en su relación, ¡y resulta que ellos no tienen nada que ver con el evento! ¡No son importantes más allá de que están ahí!

Por su parte, The map of tiny perfect things (azucaradísima, como ya he dicho, pero fiel a esto) anexa el bucle, la anomalía temporal, en sus personajes, e incluye un cambio de perspectiva realmente sorprendente que recontextualiza no solo todo lo que ocurre en la película, sino incluso el propio casting, el propio estilo de la película. Es una apuesta arriesgada, que juega con un tema complejo, pero que salva el pellejo porque es completamente honesta: ni la ciencia, ni la moral, lo único que importa en esta historia es el amor, que es lo que de verdad acabará salvando el mundo.