El pasado 13 de febrero daba comienzo la 75ª edición de la Berlinale en la capital alemana. Este año, las películas proceden de 26 países diferentes, y, aunque las más sonadas se encuentran sin duda en la sección Competition, no podemos dejar de ver alguna de Panorama o Perspectives.
A complete unknown (James Mangold) y Mickey 17 (Bong Joon Ho) eran dos de las películas más esperadas este año pero, para sorpresa del público, no optarán al Oso de Oro por haber quedado fuera de Competition. Entre las candidatas al gran premio, la cosa está reñida.
Críticas BERLINALE SPECIAL
- A complete unknown, James Mangold
Bob Dylan y Thimothée Chalamet tienen algo en común: ninguno es desconocido para el resto del mundo. En este drama biográfico, el actor encarna a uno de los cantautores estadounidenses más conocidos en un momento clave de su carrera: al ascenso a la fama en la ciudad de Nueva York durante los años 60.
A complete unknown nos sorprende la caracterización de los personajes, absolutamente conseguida, y la gran capacidad de adaptar a pantalla la tormentosa vida personal del músico. Pero, sin duda, la brillante actuación del joven actor deja atrás todo lo demás. La película cuenta con 8 nominaciones a los Óscars, y 3 a los Globos de Oro.

- Mickey 17, Bong Joon Ho
El director coreano nos trae esta vez una adaptación del libro Mickey7, de Edward Ashton, en el que el protagonista, Mickey (Robert Pattinson), acepta un trabajo extremadamente peculiar con la muerte como compañera.
El director se enfrenta a un género y temática muy distintos al de su última película (Parásitos, 2019) y sale completamente airoso del reto. En pantalla, encontramos una obra dinámica, divertida y también profundamente crítica para todos los públicos. Los actores son la guinda del pastel: Naomi Ackie, junto con Pattinson, nos mantiene bien atentos hasta el final. Esta película, sin duda, dará que hablar durante todo el año. Su estreno en cines tendrá lugar el próximo 25 de marzo.

- The Light, Tom Tykwer
Las dinámicas familiares son casi siempre algo complejo y enrevesado. En la nueva película del director alemán, Nicolette Krebitz y Lars Eidinger son los padres de un hogar que se verá completamente transformado tras la llegada de la enigmática ama de llaves siria (Tala Al Deen).
162 minutos bastan para exponer un tema todavía poco explotado en el cine, como es la crítica pura a la sociedad actual en la gran ciudad: la prisa, la hipocresía y el aislamiento forman parte de la ajetreada vida de la familia berlinesa, cuyos miembros están embrutecidos y despersonalizados. Un último giro de guion rompe los esquemas (y también el ritmo) de un largometraje que, hasta el momento, pintaba bien. La película de apertura del certamen peca de ambiciosa y de larga.

Críticas COMPETITION
- Blue Moon, Richard Linklater
31 de marzo de 1943. El letrista Lorenz Hart, sumido en una lucha interna impregnada de melancolía, pasa la noche del estreno de Oklahoma! en el bar Sardi’s. El conflicto con su antiguo colaborador y compositor del nuevo musical, Richard Rodgers, lidera la trama de la película.
Volvemos de nuevo al biopic, pero esta vez de la mano del director de Antes del amanecer (1995) y Boyhood (2014). Linklater consigue 100 espectaculares minutos que narran una única noche, con un reparto que no tiene desperdicio: Ethan Hawke, Margaret Qualley, Andrew Scott… Actuaciones brillantes, ritmo y una duración muy bien acogida en el Festival de Berlín este año. Estamos deseando ver su estreno en salas.

- The Ice Tower, Lucile Hadzihalilovic
En su huída del orfanato, una joven de 16 años (Clara Pacini) se encuentra de frente con el rodaje de una película sobre su cuento favorito: La Reina de las Nieves. A partir de este momento, todo su repertorio emocional quedará a manos de la actriz protagonista (Marion Cotillard), que probará a llevarla hasta el límite.
La directora francesa de Innocence (2004) pone de nuevo sobre la mesa una fantasía cruel y oscura. Su nuevo drama divide opiniones. Hay quien piensa que es una magnífica obra donde actuaciones, planos y música se funden y sumergen al espectador en un turbador viaje. En el otro extremo, es calificada como una película lenta, soporífera y poco comprensible. Sea como sea, el género trae frescura a la sección principal del festival y las dos actrices protagonistas consiguen lucirse en una amalgama de bellísimos planos.

- Dreams, Michel Franco
Un drama romántico es un arma de doble filo: de un lado, es difícil sacar algo original; del otro, es fácil encantar al público si está bien realizado. En este, Michel Franco combina a una adinerada dama (Jessica Chastain) con un joven bailarín mexicano de clase obrera (Isaac Hernández), y los pone a reñirse entre el amor, el estatus social y el poder.
El director mejicano lucha por el Oso de Oro, esta vez con una coproducción entre México-Estados Unidos-Reino Unido. Y cuidado, porque hace sólo unos años encantaba a Venecia recibiendo el Premio del Jurado por Nuevo Orden (2020) y ha ganado dos premios en Cannes por El ultimo paciente: Chronic (2015) y Después de Lucía (2012).

- Hot Milk, Rebecca Lenkiewicz
Rose (Fiona Shaw) y Sofía (Emma Mackey) van a la costa de Almería a pasar el verano, con el objetivo de que un médico privado encuentre la solución al dolor crónico que la madre de la joven padece. Sofía comprenderá muchas cosas de ella misma que anteriormente no conocía.
A pesar de tener gran experiencia como guionista y actriz, Rebecca Lenkiewicz (coguionista de Ida, Pawel Pawlikowski, 2013) no había dirigido nunca una película. Con esta ópera prima, la británica consigue colarse en la Competition de la Berlinale, y no de cualquier forma. Su película lo tiene todo: personajes redondos, brillantes actuaciones y un ritmo perfecto que culmina en un final inesperado. No pasará desapercibida.

- Living the land, Huo Meng
Un director hasta ahora poco conocido llega pisando fuerte con una película que compite ferozmente por el Oso de Oro. Completamente centrado en la familia, Huo Meng presenta en este drama a cuatro generaciones de la China rural que padecen la rápida transformación socioeconómica del país durante los años 90.
La obra consigue contextualizar perfectamente el tiempo y el espacio en el que se mueven los personajes, y no escatima en escenas que muestran rituales de gran identidad cultural, como funerales o bodas. A través de una exquisita fotografía, el director nos hace conectar con los personajes y acompañarlos a través de la crudeza y la ternura de su experiencia vital. Toda una invitación a la calma y la reflexión.
