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‘Air’, otra película americana (que no es poco)

Título original: AIR

Año: 2023

Duración: 112 min.

País: Estados Unidos

Dirección: Ben Affleck

Guion: Alex Convery, Ben Affleck, Matt Damon

Fotografía: Robert Richardson

Reparto: Matt Damon, Ben Affleck, Viola Davis, Chris Messina, Marlon Wayans, Chris Tucker, Jason Bateman, Gustaf Skarsgård, Matthew Maher, Julius Tennon

Compañías: Amazon Studios, Skydance Productions, Mandalay Pictures. Distribuidora: Metro-Goldwyn-Mayer (MGM), Warner Bros., Amazon Studios

Género: Drama | Biográfico

Ficha completa en FilmAffinity

ADVERTENCIA: Sí, he puesto «americana» y no «estadounidense». Si al lector de turno le molesta este detalle le recomiendo dejar de leer esta crítica para que pueda ir a Twitter a quejarse, porque voy a seguir con alguna que otra reflexión políticamente incorrecta, por normal que fuera hace no tanto tiempo.

Air, pese a ser la misma historia que tantas veces ha contado Hollywood, precisamente ya ha conseguido mucho para los tiempos que corren: hacer lo que siempre se ha hecho. Porque tiene que enfrentarse a los retos económicos que hoy en día sufre la industria y porque es una película que ha conseguido abrirse paso entre las casi infranqueables limitaciones y las múltiples complicaciones del activismo que se ha impuesto en Hollywood en el contexto de la todopoderosa cultura de la cancelación.

Pues eso, es la típica americanada, una fórmula imbatible para entretener, enganchar o incluso emocionar al espectador. Es la trama de siempre en la que el reto, que en un principio parecía imposible de conseguir, termina con un final feliz. ¿Final feliz? No se vaya a enfadar el lector que haya llegado hasta aquí, el desenlace de Air lo conoce cualquiera si alguna vez ha visto unas zapatillas Air Jordan. Efectivamente, los protagonistas consiguieron crear las históricas deportivas. En cualquier caso, la persona ofendida todavía está a tiempo de dejar de leer estas líneas para desahogarse en la red social (le recomiendo el hashtag #spoiler y un psicólogo).

Sigamos. Air cumple el primer requisito imprescindible del cine de masas de ahora: nostalgia. Parece que la originalidad es una inversión demasiado arriesgada y es mejor gastarse los millones comprando derechos de autor. Y puede que en España no haya sido tan importante esta gama de productos basados en la figura de Michael Jordan y que simplemente le suenen los Chicago Bulls, pero para un estadounidense promedio seguramente sea todo un símbolo de su infancia. Pues bien, nostalgia hay para parar un tren, desde la estética, pasando por la música… El propio Jordan es un símbolo bien incrustado en la memoria colectiva yanqui, pero, sobre todo, es un éxito comercial asegurado, tanto en la industria de la ropa deportiva como en la del propio cine, como demuestran las numerosas películas que le han dedicado al jugador de baloncesto.

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Matt Damon y Ben Affleck en una escena de ‘Air’ (Foto: Warner)

El siguiente componente, el activista, tampoco ha faltado (es imposible hoy en día). Lo que sí se ha conseguido a la perfección ha sido integrarlo en la trama sin ese momento incómodo para todos, esa situación en la que la lección moral irrumpe en la historia metiendo con calzador un mensaje que no deja de ser más que obvio para una persona medianamente normal. Al fin y al cabo, el protagonista es un afroamericano de orígenes humildes que se abre paso y triunfa en un mundo competitivo. No obstante, para los que quieran ver a la mítica figura del baloncesto, esta no tiene relevancia en la historia. De hecho, es más protagonista su madre, lo que hace que todo sea más inclusivo. Y tiene que serlo porque así fue la historia (probablemente), a nadie le extraña lo que está pasando y es más fácil involucrarse y empatizar. Es más, Viola Davis interpreta una interesantísima y empoderada Deloris Jordan.

Para la mayoría de producciones ya sería suficiente con estos logros, pero Air no sólo entretiene nostálgica e inclusivamente, sino que es divertida. Apenas te das cuenta de que es una película de 2023, te entretienes y te lo pasas bien sin que «resignifiquen» personajes clásicos arruinando un recuerdo de infancia de una forma absurda.

Es curioso que precisamente llame la atención el hecho de que nada llame la atención. No está mal hecha y eso se nota. Es el caso de todo el aspecto técnico, que es impecable, como es de esperar de una producción de estas dimensiones. Hablamos de la fotografía, el guion, los personajes, las actuaciones. Impecable. ¿Qué se podría esperar de un elenco como el de Air? Y tampoco deja de ser interesante ver a Ben Affleck y Matt Damon en su faceta creadora. Affleck demuestra que no es mal director y sabemos que cuando se junta con Damon puede escribir verdaderas maravillas como El indomable Will Hunting (Van Sant, 1997).  Tampoco se podría esperar menos de sus actuaciones. Pues claro que valen su peso en oro (en esta ocasión habrá ganado más dinero Damon para meterse ‘en cintura’ al encarnar a su corpulento personaje) y era de esperar su más que demostrada efectividad. Es gracias a ellos y a actores como Chris Tucker, Jason Bateman o Marlon Wayans, que le película es realmente divertida y entretenida. Qué más se puede pedir de la típica película de Hollywood que uno ve con fines lúdicos.

En definitiva, pese a todo, consigue cumplir la función de una película americana de las de antes (que no es poco).

Lo mejor: El humor de la película y su reparto.

Nota: 7/10