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‘Venus’ y ‘Cerdita’, las Final Girls del Festival de Sitges

Una perspectiva de género

La propuesta de este artículo es realizar un análisis comparativo entre dos películas que se presentaron en el pasado Festival de Sitges 2022. Hablaremos de Venus, dirigida por Jaume Balagueró, importante cineasta español con películas tan relevantes para el género de terror como lo son Rec (2007) o Mientras duermes (2011). Y de Cerdita, dirigida por Carlota Pereda, la primera directora en dirigir una película de terror en España y quien también tiene una larga trayectoria en el mundo del audiovisual con más de 20 años de experiencia en televisión.

Tras ver ambas películas en el festival, con además pocas horas de diferencia entre una y otra, caí en la cuenta de que acababa de ver a dos personajes con ciertas similitudes y diferencias que cuanto menos llamó mi atención. Estoy hablando de Lucía encarnada por Ester Expósito en Venus y Sara a quien dará vida Laura Galán en Cerdita.

En primer lugar, cabe decir que las dos eran personajes femeninos protagonistas y a ambas las podemos considerar por tanto final girls o survivor girls dadas las características de ambos films. Como algunos sabrán y otros tal vez no, la final girl es la última mujer que queda viva en la película y por tanto acaba enfrentándose al asesino. El termino lo acuña la escritora Carol J. Clover en su libro Men, Women and Chainsaws: Gender in the Modern Horror Film (Hombres, mujeres y motosierras: el género en el cine de horror moderno) en 1992.

Debemos tener en cuenta que este término se acuña para concretar el marco de acción de los slashers clásicos de los 70 y los 80, los cuales tienen características muy concretas. En estos casos la chica final se gana este derecho por su moral intachable, a diferencia de sus otros amigos que normalmente terminan siendo victimas mortales por no rechazar el sexo, las drogas, entre otros comportamientos. Esto lo vemos en slashers clásicos como La noche de Halloween (John Carpenter) de 1978 o Viernes 13 (Sean S. Cunningham) de 1980, por citar solo algunas de las más famosas y evidentes.

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Esther Expósito en una escena de ‘Venus’ (Foto: Sony Pictures)

Actualmente, el término sigue empleándose sin cumplir con esas características tan encorsetadas. Por lo tanto, no encontraremos los ideales morales ni en Lucía ni en Sara, aunque a ambas las podemos incluir dentro de esta categoría de protagonista.

Entonces, ¿Qué nos ha llamado tanto la atención? Pues que sin entrar a decir qué película es mejor que otra, pues ese trabajo lo encontraréis, aquí y aquí, podemos decir que Venus alberga una protagonista tradicional, al uso, tal y como el cine ha estado haciendo hasta ahora. Que no tiene las connotaciones morales del slasher clásico, pero sigue perpetuando los estereotipos anquilosados en nuestra sociedad.

Ojo, no digo que sea peor ni mejor, solo digo que sigue en la misma línea. El director aquí no ha querido cambiar nada. No tenía por qué hacerlo si no era su cometido, vaya esto por delante.

Pero es evidente que seguimos contando con el papel protagonista de una mujer que sigue estereotipos canónicos, que además en la película es gogó de discoteca, aspecto que podemos ver en los primeros momentos del film donde indudablemente la sexualizan. Para hablar claro: es guapa, está buena y encima la sexualizan.

¿Y Cerdita? ¿Qué hace Carlota Pereda con su protagonista? Pues parece querer darle la vuelta a todo esto y nos ha regalado la oportunidad de ver a una protagonista no sexualizada en una suerte de slasher autóctono cargado de crítica y reflexión.

Sara, es una joven de pueblo que sufre acoso debido a su sobrepeso. Vemos, quizás por primera vez en el cine de terror español una protagonista gorda, (sí, lo digo así, sin tapujos, porque es lo que es), y me ha gustado porque no le han dado un papel secundario, como se ha estado haciendo a las actrices con cuerpos no normativos hasta ahora. No es, por poner un ejemplo por todos conocido “la amiga fea” como lo fue Yoli en Los Serrano.

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Fotograma de ‘Venus’ (Foto: Filmax)

Y si bien el sobrepeso de Sara es el eje vertebrador de todo el largometraje (cosa que muchos colectivos hoy repudian, véase el gay que solo hace el papel de gay), aquí sí que es una gorda haciendo el papel de gorda, pero se justifica porque la historia así lo requiere, porque de eso va Cerdita. De una chica que toma una serie de decisiones lamentables a consecuencia de la violencia psicológica que sufre y los traumas que acarrea.

En definitiva subrayamos que a pesar de que la película de Carlota Pereda tiene muchos fallos y no la podría calificar como un buen film, ha dado un gran golpe en la mesa sacando a relucir cuerpos no normativos como protagonistas y temas como el terror del silencioso bullying en la gran pantalla, algo que considero que debemos valorar. Porque aunque Venus me ha parecido una película que funciona mucho mejor, no ha aportado ningún valor añadido a nuestro cine como sí que ha hecho Cerdita.