Fotograma de "The Irishman"

‘The Irishman’, el crepúsculo de los dioses

Título original: The Irishman

Año: 2019

Duración: 210 min.

País: Estados Unidos

Dirección: Martin Scorsese

Guion: Steven Zaillian

Música: Robbie Robertson

Fotografía: Rodrigo Prieto

Reparto: Robert De Niro, Al Pacino, Joe Pesci

Productora: Netflix/ Sikelia Productions/ Tribeca Productions

Género: Mafia

Este miércoles, y tras un estreno limitado en distintas salas cinematográficas, se estrena en Netflix la nueva película de Martin Scorsese: The Irishman. Protagonizada por Robert De Niro y con Al Pacino y Joe Pesci acompañando al mítico actor de películas como Taxi Driver o Raging Bull esta película se presenta como un evento cinematográfico y cinéfilo único en esta década. Vamos a hablar de porqué The Irishman merece ser vista.

Si se tuviera que definir en una frase a esta película y, en especial, la intención principal tras ella sería: The Irishman es el canto de cisne del cine de gángsters. Así como The Man Who Shot Liberty Valance, del irrepetible John Ford, supuso el final a una forma de hacer cine (la del western clásico) esta The Irishman tiene un sabor a despedida innegable. Y es precisamente en esta sensación de despedida donde reside el primer aspecto formal a reseñar: la pausa. Si algo es importante destacar como rasgo distintivo de The Irishman frente a películas como Goodfellas o Casino (las grandes exponentes de este cine dirigido por Scorsese) es la ausencia de ese frenetismo tan característico del Scorsese del siglo pasado (o incluso del de The Wolf of Wall Street). Incluso la voz en off, también presente en The Irishman, es mucho más reflexiva y aletargada. Esta pausa (traducida a un uso mucho más contenido e incluso clásico, en el sentido norteamericano, de los recursos del lenguaje), que a veces se puede confundir con simpleza formal, es totalmente necesaria para lo que trata de exponer temáticamente Scorsese en la película. Esta es una película que a lo largo de sus 3 horas y media enfrenta a sus personajes con las consecuencias de lo que realizan y que lleva las palabras final y, en un sentido más material, muerte inscritas en su metraje.

Fotograma de «The Irishman»

Y aquí es donde entra en escena la monumental media hora final. Sin temor a exagerar creo poder afirmar que los últimos 30 minutos de The Irishman son de lo mejor (junto a obras como Twin Peaks: The Return, The Master o The Tree of Life) que ha dado el cine estadounidense de esta década. No pudiendo entrar a hablar demasiado de ella por los forzosos spoilers que requeriría, puedo decir que es una reflexión grandiosa sobre el final de unas carreras (y naturalmente de un cine) que Scorsese sabe que llegan a su fin. Es precisamente en esta última media hora de The Irishman donde esta pausa, esta calma, toman su mayor significación y elevan a la película hasta llevarla a casi la misma posición que las grandes obras del director.

Lo mejor: Los últimos 30 minutos.

Lo peor: Una pequeña sensación de cansancio en la primera parte de la película.

Nota: 9/10.