Título original: Superman.
Año: 2025.
Género: Ciencia ficción | Acción | Superhéroes.
Duración: 129 minutos.
País: Estados Unidos.
Dirección: James Gunn.
Guion: James Gunn.
Reparto: David Corenswet, Rachel Brosnahan, Nicholas Hoult, Nathan Fillion, Isabela Merced, Skyler Gisondo.
Fotografía: Henry Braham.
Música: John Murphy y Dave Fleming.
Compañías: DC Studios y Warner Bros.
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Parece que hace mucho ya, pero tan solo hace 4 años de la última vez que vimos a un Superman de acción real en pantalla grande (3 si contamos la escena postcréditos de Black Adam). A lo largo de estos años los movimientos empresariales de DC han hecho que el futuro del Hombre de Acero fuese incierto, pero por fin llega este viernes a los cines de todo el mundo la nueva aventura (y el nuevo inicio) de Superman. ¿Estarán las expectativas a la altura?
Hagamos una pequeña clase de historia para repasar como hemos acabado aquí: James Gunn trabajaba en Marvel Studios dirigiendo y escribiendo Guardianes de la Galaxia Vol. 1 y Vol. 2. Marvel Studios (o mejor dicho, Disney) decidió despedirlo debido a que «salieron a la luz» distintos tweets antiguos de humor negro. Warner Bros decidió aprovechar la situación y lo contrató para dirigir El Escuadrón Suicida (curiosamente lo querían para Superman, pero en ese momento Gunn declino la propuesta) y, posteriormente, la primera temporada de Peacemaker.
Tiempo después Disney lo volvió a contratar, donde nos brindó Guardianes de la Galaxia: Especial Felices Fiestas y Guardianes de la Galaxia Vol 3. Al acabar sus servicios con Marvel, Warner decidió ofrecerle ser el copresidente y codirector del Universo DC. A partir de ahí ha creado la serie Creature Commandos y ahora ha estrenado Superman.

Adoro todos los trabajos de Gunn, pero no he entrado en Superman. Es una cinta que no da respiro (en el peor de los sentidos), una cascada de estímulos constantes que te va dejando exhausto a medida que avanza. Quiere abarcar más de lo que puede, y a veces menos es más.
Probablemente esto se debe a que la película en sí no tiene una estructura clara, o mejor dicho, una estructura clásica. ¿Por qué digo esto? Porque uno pone la mirada hacia atrás y piensa en la trilogía de los Guardianes (o incluso en las series de televisión como Peacemaker o Creature Commandos) y siente que hay una hoja de ruta clara: se introducen a los personajes (o en el caso de que ya los conozcamos, la situación actual de estos), se plantea un conflicto a estos personajes y finalmente se ofrece un desenlace a su aventura. Esto aquí no ocurre…

Aquí lo que tenemos es un gran número de personajes que aparecen por primera vez «en nuestras vidas» y que hay que presentar, tenemos una gran cantidad de diálogos explicativos que se requieren para entender el porqué de las cosas, un gran número de escenarios nuevos para el espectador que se van exponiendo a lo largo del film,... Da la sensación que, en vez de estar viendo la primera aventura de Superman, estemos viendo Superman 1, 2 y 3 todas en una.
Esto hace que la aventura se vuelva muy farragosa, porque no hay momentos para la calma, para la introspección, para la reflexión,... Cada escena es una escena de acción o un diálogo expositivo larguísimo sobre que es que o quien es quien… Se echan muy en falta esos momentos íntimos de personajes que apelan al espectador y los hacen partícipes de la historia.

No todo es malo en Superman, ni mucho menos, al final es una película con el sello Gunn: ser una historia muy emocional y con mucho corazón. Notas como el guion quiere representar en Clark Kent el modelo de persona al que todos deberíamos aspirar, el que siempre antepone el bien al mal y al que mira antes por los otros que a uno mismo.
Es en esos momentos de la película que es imposible no sacar una sonrisa, porque desearías que ese ser de luz existiera. No solo eso, sino que Gunn se las ingenia para que esta bondad en tiempos de guerra se sienta más real que nunca, ya que a través de un entramado ficticio (el cual no detallaremos) hace referencia a una dura realidad actual que nos toca muy de cerca. Como digo, aquí Gunn da en el clavo.
Por eso agradezco cuando la cinta se toma un descanso y decide hacer crecer a los personajes y plasmar sus relaciones: las escenas entre Lois y Clark, los momentos de Clark con su padre y su madre, las apariciones de Krypto,... Son estos momentos los que hacen volar (perdón el juego de palabras) a la película, porque es cuando la cinta permite al espectador entrar en ella y que la fantasía se vuelva real.
Mención especia a su dirección, la cual es fresca y original, y a unos efectos visuales muy trabajados y una fotografía sorprendentemente colorida.



