‘Suk Suk’, redescubriendo el amor

Título: Suk Suk

Año: 2019

Duración: 91 min.

País: Hong Kong

Dirección: Ray Yeung

Guión: Ray Yeung

Música: Veronica Lee

Fotografía: Leung Ming-Kai

Reparto: Tai Bo, Ben Yuen, Patra Au Ga Man, Lo Chun-Yip, Kong To, Lam Yiu-Sing, Hiu Yee Wong, Yixin Hu, Lau Ting Kwan, Wai-Keung Chu

Productora: New Voice Film Production

Género: Drama

Ficha en Filmaffinity

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A pesar de tener una de las industrias más grandes de todo el cine, en Hong Kong el tema queer sigue siendo prácticamente tabú. Entre tantas producciones apenas deslumbra un mínima parte del colectivo en ellas. La financiación para este tipo de cine es prácticamente nula, a lo que se debe sumar la dificultad de conseguir actores que quieran participar. Por todo esto, y más, mucho más, la tercera película de Ray Yeung es todo un soplo de aire fresco. Suk Suk (término cantonés para referirse a los hombres de la tercera edad), recoge 3 meses con una sola semana de libertad para la pareja protagonista, que se refleja como una mínima parte de la película.

Suk Suk sigue la vida de Pak, un taxista padre de familia y abuelo de 70 años, que se encuentra con Hoi, 65 años, jubilado y padre soltero. Ambos ocultan su sexualidad a su familia, Pak con 2 hijos y una nieta, y Choi con un hijo cristiano devoto casado y una nieta. Mientras se redescubren así mismos en el otro, la pareja debe lidiar con la vida de sus familias y sus propios problemas personales afectivos.

El éxito personal en la vida de cada individuo de esta generación, y tristemente las posteriores a esta, parece deberse al hecho de haberse casado y tenido hijos. El cumplimiento de estos objetivos parece lo que debería ser la clave de la felicidad de los protagonistas y sus familias, pero en ningún momento se habla de la verdadera felicidad personal. Reencontrarse con el amor es algo que parece imposible en el cine de los mayores de 50 años, por lo que la representación de Pak y Choi en Suk Suk es admirable. La visualización del colectivo LGBTIQ+, añadido a la edad de los protagonistas, hace que la película sea una pequeña joya que reluce entre tanto cine comercial sobre el colectivo en representación de 20-30 años que cae en tantos y tantos clichés.

SUK SUK
Fotograma de la película Suk Suk

A pesar de los avances que se han podido dar para ir eliminando prejuicios del colectivo, no son suficientes. Cualquier edad se enfrenta a miradas, abusos, críticas por simplemente ser quienes son, ninguna generación se escapa. Al tener 70 y 65 años, los protagonistas que crearon sus familias, no tienen otra opción que seguir ocupándose de ellas sin poder revelarles la realidad de sus sentimientos. A través de la vida de Hoi, partícipe de círculos del colectivo, se presenta la enorme variedad de edades y vidas que se recogen en Suk Suk. Este grupo quiere crear un asilo para personas LGBTIQ+ donde puedan pasar los últimos momentos de su vida completamente en paz, sin sentirse juzgados ni avergonzados por querer vivir. Pero eso significaría revelar quiénes son realmente a sus vecinos, amigos y familiares, exponiéndose al rechazo de estos.

SUK SUK
Ben Yuen en su papel de Hoi.

Tres meses pasan con idas y venidas de Pak y Hoi, entre encuentros en un parque y besos en una sauna. Las comidas familiares son frecuentes en la vida de Pak, donde se siente orgulloso y a gusto de haber podido criado y participado en la vida de cada uno de ellos. Por su parte Hoi intenta encontrar, junto a su hijo y la familia de este, un camino que les guíe por medio de la iglesia cristiana. La importancia de la religión en la vida de este y la constante mención de la cristiandad a la que debería pertenecer Pak por la excusa de «poder encontrarse el uno al otro en otra vida» son los únicos momentos que parecen forzarse en la película. Cuando la verdadera guía de la felicidad se presenta en pantalla a través de una pequeña semana que consiguen tener libre.

Poder ir al mercado, discutir sobre dónde y qué comprar, o poder cocinar juntos para después sentarse a disfrutar del día es lo único que piden y quieren, pero que tanto les cuesta tener.

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Lo mejor: No utiliza el cliché del drama para forzar sentimentalismos

Lo peor: El uso enrevesado de la religión para crear una conexión

Nota: 7’5/10