Desconocidos

‘Desconocidos’, The Power of Love

Título original: All of Us Strangers

Año: 2023

Duración: 105 min.

País: Reino Unido

Director: Andrew Haigh

Guion: Andrew Haigh. Novela: Taichi Yamada

Fotografía: Jamie Ramsay

Música: Emilie Levienaise-Farrouch

Montaje: Jonathan Alberts

Reparto: Andrew Scott, Paul Mescal, Claire Foy, Jamie Bell, Carolina Van Wyhe, Carter John Grout

Compañías: Coproducción Reino Unido-Estados Unidos; Blueprint Pictures, Film4 Productions, Fox Searchlight.

Distribuidora: Fox Searchlight. Distribuidora en España: 20th Century Studios

Género: Drama. Fantástico

Ficha en Filmaffinitty

Andrew Haigh demostró un talento innato en Weekend (2011), tras un discreto estreno, para escenificar un romance sin necesidad de ornamentaciones. Dicho título, desconocido para muchos, se convirtió en una pequeña gran historia que podría servir perfectamente como base para el guion de su nueva película Desconocidos. Pero aquí es cuando entra el nombre de Taichi Yamada, un escritor japonés que en 1987 publicó la novela Strangers (aprovecho este paréntesis para suplicar que una editorial realice la edición al castellano), y de la cual Haigh toma con precisión para adaptar a la gran pantalla.

Adam (Andrew Scott), es un solitario guionista que vive en un desolado edificio que pide a gritos la compañía del ruido. Todo transcurre en la monotonía propia de las grandes ciudades, en este caso Londres, hasta que un día conoce a Harry (Paul Mescal). Ambos parecen compartir ausencias de carácter individual hasta que su primer encuentro abre una brecha en el doloroso pasado de Adam.

La lentitud del inicio, que en esta caso no es sinónimo de pesadez, funciona como medio de transporte hacia un viaje onírico repleto de imágenes en doble exposición que juegan con el púrpura y el azul (dos colores de interesante carga espiritual). El silencio y la soledad lleva a Adam hasta la casa de su infancia, donde se reencontrará con sus padres curiosamente con la edad en la que fallecieron.

Haigh es un gran funambulista que camina por la cuerda del sentimiento sin caer al vacío del sentimentalismo. En la redención de Adam surgirán diálogos en torno a un duelo que aún no se ha superado, y que nadie debería juzgar si es demasiado tarde para ello. Únicamente con la mirada de Scott la sala de cine permanecerá callada ante semejante don de la interpretación. Porque sí, la actuación de Scott es una de las más impecables de los últimos años (con una importante réplica de sus padres Claire Foy y Jamie Bell), haciendo que Adam entre de lleno en nuestros corazones. 

La dos líneas argumentales convergen sin ninguna fisura. Tanto si hablamos del romance como si lo hacemos de la familia, sendos caminos se detallan de una manera asombrosa que terminará en una catarsis de lágrimas y redención. El sexo, y el miedo al sexo. La homosexualidad, y los tabúes. El recuerdo, y el dolor. El silencio, y las palabras (la selección musical a veces funciona como subtexto). El amor, y la pérdida. Temas y temas que van calando hondo en un espectador que hallará en cada una de sus virtudes algo con lo que empatizar.

Mescal y Scott se desean desde una pasión desmedida, y por lo tanto realista. Un sexo sincero, cariñoso, de instinto animal que muchas producciones ajenas temen a recrear por temor o por falta de talento. Qué triste es vivir en un mundo donde los asteriscos suplantan letras para que las palabras vayan perdiendo su significado. Sin embargo, Haigh elimina asteriscos e intercala miradas en primeros primerísimos planos de profundidades insondables. ¡Ay, Paul Mescal, qué buen futuro te espera!

Desconocidos es una carta a la nostalgia de lo que nunca ha llegado a existir. Un relato sobre la soledad actual que confunde el amor propio con el egoísmo. Desconocidos los es todo, e incluye a todos. También es un perdón a una sociedad que teme amar. Pero sobre todas las cosas, Desconocidos contiene una de los finales más bonitos de la reciente historia del cine romántico.

The power of love
A force from above
Cleaning my soul
Flame on, burn desire
Love with tongues of fire
Purge the soul
Make love your goal

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Lo mejor: Andrew Scott y la imborrable huella que deja la historia.
Lo peor: Que el cine actual se haya vuelto más frío.
10