En esta tercera entrega de la sección Promesas de la interpretación en Canarias, conocemos a la actriz Amanda Fuentes, una profesional de la actuación que ha despuntado desde que era muy joven en el archipiélago canario en el ámbito teatral y en el cinematográfico.
PREGUNTA: ¿Cómo de importante es la formación para desempeñar tu trabajo como actriz?
RESPUESTA: «La formación es crucial e imprescindible tanto para el interprete como para cualquier artista. Y esta se puede realizar de múltiples maneras; ya sea a través de cursos, talleres, masterclass, etc. El estudio es lo principal para tener un conocimiento previo de la materia y adquirir herramientas que posteriormente vas a necesitar. Hay diversas opiniones sobre si para ser un buen actor o actriz debes tener o no el titulo oficial. Personalmente pienso que no es necesario tener la licenciatura, pero si una formación. Las academias de interpretación te ofrecen una amplia gama de materias artísticas en las que puedes probar cosas muy diferentes y a su vez descubrir que herramientas te sirven y cuáles no, y así poco a poco ir metiendo en lo que yo llamo “la mochila” las herramientas que son válidas para ti y crear tu propio método de trabajo. Pero este sistema puede que no se adapte a todos los aspirantes a interprete. Muchos compañeros de profesión han adquirido sus conocimientos fuera de una escuela, a través de cursos intensivos y seminarios, y son grandísimos actores a los que admiro. Yo, personalmente me he formado dentro y fuera de la academia, he intentado adquirir la mayor cantidad de conocimientos que he podido, y no solo como actriz. He probado casi todos los oficios relacionados con el cine y el teatro, para poder tener una visión más amplia y práctica, de todo lo que sucede detrás de la cámara o de los telones. Y a su vez poder valorar aún más el trabajo que realiza cada miembro del equipo. Esto me ha enriquecido muchísimo a la hora de interpretar. Ya que el talento sin conocimiento y esfuerzo, se esfuma. El oficio del actor se base en la continua investigación, en la perseverancia y el autocrecimiento».
P: Te hemos podido ver en el teatro y el cine en papeles muy diferentes, ¿en qué género te sientes más cómoda y por qué?
R: «Interpretar es jugar, volver al “yo niño” y dejar de lado “los jueces”, que son la vergüenza, el miedo, etc. Partiendo de esta base, cada vez que me pongo en la piel de un personaje, soy una niña que está interpretando una verdad. Por ejemplo, imaginemos a unos niños en un parque que juegan a ser piratas, el tobogán es el barco y la ramita seca de un árbol es una espada. Estos niños son conscientes de que no son piratas, pero en ese momento creen firmemente que lo son. Hablan como un pirata, caminan como un pirata, sienten como un pirata… Están interpretando una verdad, aunque no sea su verdad. Y no tienen miedo a equivocarse, porque todo es válido, en el juego no existe el error. Esta es la lucha del interprete, desprendernos de los juicios y los egos, y jugar para y por la verdad que interpretamos. Por esto, nos acomodamos o sentimos más seguros en un género u otro, o en una gama de personajes o en otra muy diferente. Porque genuinamente hay cosas que nos resultan menos complejas (por ejemplo, un actor que no se sienta cómodo cantando o que le resulte difícil, le va a ser mas complicado trabajar en una producción musical que en un proyecto donde el canto no tenga un papel tan importante). Por ello, me gustan toda clase de géneros y personajes y cuanto más diversos sean mejor. El sacarme de mi zona de confort me hace crecer como interprete y sentirme realizada como actriz».
P: ¿Dónde buscas inspiración? ¿Hay algún compañero/a de profesión en las islas que te inspire?
R: «A la hora de construir un personaje, el primer paso es la documentación y la investigación, una de mis partes favoritas del proceso. Aquí me inspiro a través de la observación: gestos, tonos de voz, lenguaje corporal, situaciones o personas que he observado, libros, documentales, escritos, películas, personajes, etc. Luego, respecto a la inspiración en mi trabajo, me inspiro y a su vez aprendo muchísimo de todas las personas con las que he tenido la suerte de trabajar. En Canarias hay actores y actrices muy preparados y con mucho talento. Sin ir más lejos, en La Cueva de Las Mujeres tuve la suerte de compartir este proyecto con grandes profesionales a los que admiraba y admiro. Intento aprender de todas las personas talentosas que conozco a lo largo de mi camino profesional. Otras dos grandes actrices condicionantes y referentes para mí, como iconos del mundo cinematográfico serían Audrey Hepburn, por su elegancia y por la sutileza y gran destreza a la hora de transmitir con lo que llamamos “los micro gestos” y el lenguaje no verbal y Meryl Streep, por su gran capacidad camaleónica, al interpretar un amplio abanico de personajes muy diversos de una forma implacable».
P: La última obra en la que te hemos visto es ‘La cueva de las mujeres’ (Armando Ravelo, 2018). ¿Cómo fue el proceso para ponerte en la piel de Elena?
R: «Armando Ravelo es un director que te facilita mucho las cosas; tiene muy claras las ideas, el mensaje que quiere transmitir y como lograrlo. El personaje de Elena tiene un carácter muy definido, al igual que sus intenciones, y así me lo hizo saber Armando. Tras la lectura de guion, hicimos una puesta en común y le comenté como veía al personaje de Elena. Armando te acompaña muy de cerca durante el proceso, te guía y te facilita toda la información que te sea necesaria para tu trabajo previo de investigación, dándote referentes reales o ficticios. Tras haber realizado este trabajo llega lo más divertido, jugar. Construir diferentes matices del personaje, probando hasta dar con Elena, tal y como la imaginamos. Comencé a construir al personaje a partir del movimiento, como se desplaza por el espacio, como y a que ritmo camina, como distribuye el peso de su cuerpo o donde se focaliza la tensión física del personaje, luego la voz, el gesto y finalmente los matices. Algo a destacar del proceso es que, al saber los planos definitivos de la escena, pudimos trabajar teniendo una mayor conciencia de la amplitud de movimiento y los ángulos respecto a la cámara. Finalmente, el gran trabajo de caracterización me ayudó a verme como Elena. Todo está pensado al detalle, la forma del vestido, los zapatos y su collar de perlas, con el que Elena juega constantemente, son detalles fundamentales. En conclusión, el trabajo de creación de Elena fue muy interesante y bonito. En todo momento me dejé guiar por Armando, poniendo especial atención a sus indicaciones, ya que confío ciegamente en su gran criterio. Esta confianza a la hora de trabajar es determinante. Poder interpretar a Elena ha sido sin duda alguna, un regalo».
P: ¿Qué fue lo más complejo de interpretar a este personaje?
R: «Lo más complejo de interpretar a Elena fue sin duda alguna, por una parte, jugar con los dos contrapuntos de su carácter, poner y quitar la mascara que carga el personaje continuamente, y contener y calibrar la tensión que se iba generando en la escena hasta llegar al clímax. Por otra parte, cuando la escena está llegando al clímax, el personaje libera su agresividad contenida. Liberar la agresividad de una forma segura, a través de una pequeña coreografía para no hacerle daño a mi compañera de escena, Paula Garo que interpreta a Catalina, hace que no sea una escena fácil de interpretar. La escena es violenta e incluso puede resultar incómoda para el espectador, aunque esta es su intensión, por la critica de clases que representa. Empatizar con un personaje con estas características no es fácil, por ello tuve que indagar en la complejidad de su carácter para poder comprender el por qué, de su comportamiento, sus reacciones y la forma de trasmitir sus emociones, para así interpretar la verdad más pura del personaje».
P: Hay una escena en la que llevas el peso de la actuación, con un monólogo, ¿cómo lo viviste?
R: “En el momento que Armando me presenta al personaje de Elena y realizo una lectura de guion, me enamoré de ella, por la forma de expresarse del personaje. El monologo es perfecto, define perfectamente a la señora. Por una parte, nos muestra sus orígenes al demostrar su carácter culto y sus orígenes, pero por otro lado nos deja entrever de una manera muy sutil sus miedos e inseguridades, y a su vez su sensibilidad. Armando es un mago de las palabras; las domina perfectamente; trabaja con mucha destreza y sabiduría los subtextos, convirtiendo cada dialogo en poesía».
P: ¿Puedes contarnos alguna anécdota de rodaje de ‘La cueva de las mujeres’?
R: «Recién comenzar los ensayos de La Cueva de Las Mujeres sufrí un accidente que me generó serias lesiones físicas, por lo que tuve que incorporarme un poco más tarde. Los ensayos y el rodaje tuve que realizarlos quitando y poniéndome un collarín que llevaba en ese momento. Esto me dificultó el trabajo, por las dolencias, pero tenía a todo un equipo humano pendiente de mi bienestar, que me cuidaba, se preocupaba y me mimaba mucho, les estoy muy agradecida. Aun así, esto me ayudó para comprobar como una condición física diferente te puede servir a tu favor si sabes aprovecharla, ya que, dada la situación, tenía que buscar los pros y trabajando en la construcción física del personaje, la rigidez que estaba sufriendo me ayudaba al carácter rígido de Elena».
P: Analizando las diferentes ofertas que has tenido, ¿cómo concibes la industria del cine en Canarias?
R: «Por desgracia en Canarias, por lo general, es prácticamente imposible vivir únicamente del cine, como actor /actriz. Respecto a los realizadores, también lo tienen muy complicado a la hora de hacer una película, ya que las subvenciones son muy escasas y es necesario buscar financiación privada a través de productoras o hacer una inversión muy grande de tu propio bolsillo. Las instituciones deben de invertir en el cine canario, ya que esto puede repercutir muy positivamente en el archipiélago, de forma turística y por ende se verá reflejado económicamente. Por otro lado, se estaría invirtiendo en la preservación histórica y cultural de nuestro pueblo. Tenemos que reeducarnos como publico y como artistas, y deshacernos del estigma de que el cine canario está hecho únicamente para canarios. Nuestro cine tiene su propio lenguaje y sello de identidad, y es igual de valido que cualquier otro cine; debemos de estar orgullosos de lo que nos define y defender lo nuestro. En Canarias, hay mucho talento, una gran riqueza en localizaciones muy diversas y muy pocos recursos».
P: Es muy raro que se hagan personajes a medida para las actrices, deben estar preparadas para todo. Has practicado diversos deportes y han hecho hincapié en la música y la danza. ¿Cómo ha repercutido esta formación complementaria en tu carrera?
R: «Ha repercutido de una manera muy positiva, porque esta formación me enriquece a la hora de interpretar. Son herramientas y cuantas más tengamos, mejor. Nuestro instrumento es el cuerpo y la voz, igual que el instrumento de un cirujano puede ser su bisturí; hay que tener conocimientos de cómo utilizarlo, e indirectamente estas materias ayudan a ir afinando nuestro instrumento. También el tener una formación más completa te abre un abanico más amplio de posibilidades a la hora de poder representar ciertos personajes».
P: Teniendo en cuenta estas habilidades, ¿qué tipo de papel que no hayas tocado hasta ahora está en la lista de personajes pendientes?
R: «Cualquier personaje que tenga una construcción compleja es un regalo. Me gustan los personajes extremos, decadentes y diferentes. Cuanto mas alejados estén de mi “yo” como persona, más atractivo me resulta. Quiero representar personajes muy diversos entre sí, para poder mostrar mi capacidad de adaptación».
P: ¿Podrías recomendarnos un trabajo audiovisual canario?
R: «Animo a todos los que aún no han tenido la oportunidad de poder ver La Cueva de Las Mujeres que se animen y acudan a la próxima proyección, porque el mensaje que transmite es muy necesario. Por otra parte, no podría nombrar un solo proyecto, porque por suerte, como no me canso de repetir, en Canarias hay muchísimo talento y grandes profesionales, tanto por parte de los veteranos como de las nuevas generaciones de jóvenes. Pienso que sería importante e interesante retroalimentarnos y aprender unos de otros».
P: ¿Cuáles son tus proyectos futuros?
R: «Mis proyectos de futuro a corto plazo son seguirme formando en todas las vertientes de la interpretación, adquirir nuevas técnicas y conocimientos y seguir aprendiendo. Quiero llevar a cabo un proyecto de teatro social, como docente, con el teatro como herramienta educacional y de integración social, que con suerte podré comenzar este año. En cuanto al audiovisual hay varios proyectos grandes que espero poder llevar a cabo en estos dos próximos años».