La Dona Il·legal

‘La Dona Il·legal’, el antirracismo implicado de Lleida

Título original: La dona il·legal

Año: 2020

Duración: 118 min.

País: España

Dirección: Ramon Térmens

Guion: Daniel Faraldo, Ramon Térmens

Música: David Solans

Fotografía: Pol Orpinell

Reparto: Yolanda Sey, Gorka Lasaosa, Daniel Faraldo, Isak Férriz, Abdel Aziz El Mountassir, Godeliv Van den Brandt, Àngels Bassas, Boris Ruiz, Montse Germán, Josep Maria Alejandre, Klaudia Dudova, David Arribas, Adeline Flaun, Ahmad Alhamsho, Lluís Altés, Sílvia Aranda

Productora: Mimesis Film, Segarra Films

Género: Thriller. Drama | Inmigración

Ficha en Filmaffinity


A pesar de los obstáculos de la pandemia, y los reducidos medios para el cine, el tándem Ramon Térmens (director) con Daniel Faraldo (actor) es una voz de militancia antiracista en la Cataluña interior. Dos de los planteamientos de Catalunya über Alles, la predecesora espiritual de La Dona Il·legal, se mimetizan al del antihéroe de Taxi Driver (Scorsese, 1976), un hombre de la derecha blanca intoxicado por la radio y que absorbe los discursos de odio y violencia en tiempos de crisis. Cree poderse tomar la justicia por su mano con impunidad.

Vale la pena interpretar la utilidad de estos filmes en su contexto.  Über Alles apareció en un tiempo en que la misma Isona Passola presentaba Cataluña, Espanya y tantos otros documentales para televisión exploraban la relación entre ambos territorios tanteando la emancipación nacional durante la resaca del fallido Estatut de Cataluña. En los últimos años, TV3 ha sido partícipe de otra campaña de excepcionalidad catalana. «Volem Acollir» (queremos acoger) daba la bienvenida a los Refugiados en vísperas del 1 de Octubre. En el año posterior el foco mudó a la emergencia por los presos políticos.

La Dona Il·legal llega para recapitular sobre el problema migratorio desde el interés, cuando la compasión institucional ya se ha disipado dejando abierto el debate, y lo ha habido, de los Centros de Internamiento de Extranjeros o la islamofobia, gracias a la película Idrissa, crónica de una muerte cualquiera (Artigas, Ortega, 2018) , o la voz de cohesión tras los atentados Míriam Hatibi (que inspira a otro personaje).

Películas como esta despiertan a los medios, y en este caso anima ver que los profesionales del periodismo de la CCMA (Corporación Catalana de Medios Audiovisuales) siguen alineándose contra estas causas: Mónica Terribas, Laura Rossel i Antoni Bassas tienen su cameo en La Dona Il·legal. Pero Térmens mantiene noblemente una postura independiente y descentralizada, no interesado en nombrar a la televisión autonómica o en colaborar de un star system catalán de sábado tarde.

Faraldo se pone a la cabeza de los actores, en un papel de  abogado defensor bonachón interiorizado y creíble.

De estrellas, el siempre consistente Isak Férriz y la revelación de Yolanda Sey (El Llenguado). Nunca habíamos visto a la cantante  en un papel tan central ni de vulnerabilidad como éste. Nos quedamos con otra escena absurda en la que la llevan a un restaurante de alto standing a lucir boa y plumas tal Pretty Woman. De las cómicas entrevistas de aspecto documental en la oficina del abogado se desprende otra nominación a los Gaudí, la del actor secundario Abdel Aziz El Mountassir.

Estas escenas hacen parte del humor ácido que el director deja aflorar espontáneamente en parte de sus tramas, ya con acierto desde el mismo arranque. Nos adentrarnos así de manera más suave en las verdades crudas y contundentes, de la violencia policial y las muertes en los CIEs, apuntadas con precisión periodística (con la insinuación a la muerte de Mor Syla se llega hondo).

Como si eso fuera poco, la película da variedad con una trama secundaria dedicada a la eutanasia, otro debate a la orden del día. Pone en su centro al personaje de Monste German, en el que será su tercer papel como enferma terminal (Cites, Sonata para Violoncelo). Casi nada.

Vuelvo a destacar la fuerza con la que esta película escapa al centrismo barcelonés. Se reconoce que el catalán en la televisión pública, y por extensión en la metrópolis, se ha deteriorado a mayor velocidad que en el resto de Cataluña, en la que se mantiene otra variedad de pensares y que idealmente debería tener otras voces.

También a nivel musical Térmens se acerca de la fórmula para un hard-boiled autóctono, con la pretendida marginalidad del trap made in Catalonia de P.a.w.n. Gang y Bad Gyal.

En horas bajas para la cultura, La dona Il·legal mantiene una gran implicación como cine social y opta al galardón de mejor película en los Premios Gaudí de la Academia Catalana del 21 de marzo.

Lo mejor:  la fluidez de la película, compensando el moralismo con la humanidad.

Lo peor:  se deriva al género puro muy entrada la película pudiendo romper la verosimilitud.

Nota: 6,5