El director de cine y guionista sueco David Färdmar ha presentado esta semana en nuestro país Vivir sin nosotros. La cinta, que se estrenó en el Festival Internacional de Cine de Gotemburgo, nos cuenta, a través de un viaje emocional sobre el amor y la pérdida, la historia de una joven pareja homosexual. Una obra comprometida que invita a la reflexión y a la empatía a través de una narrativa sincera y emotiva.
En esta entrevista, Färdmar nos habla sobre el proceso creativo detrás de su obra y su visión acerca del cine como herramienta para explorar las emociones humanas y temas relacionados con la comunidad LGBTQ+ Descubrimos los secretos detrás de su inspiración, el proceso de creación de la película y su opinión sobre el cine actual.
PREGUNTA: Tengo entendido que Vivir sin nosotros nació hace unos años como un cortometraje, ¿Qué le empujó a ampliar la historia de esta pareja en un largometraje?
DAVID FÄRDMAR: El cortometraje se escribió originalmente pensando en que fuera un largometraje. Intentamos conseguir financiación para ello para su desarrollo. El Instituto de Cine Sueco nos apoyó y comenzamos el rodaje. Pero tuvimos que dejarlo pasado una semana porque no logramos el resto del presupuesto que necesitábamos. El material que teníamos rodado se quedó ahí, y un año después decidí convertirlo en un corto. Lo estrené en el Festival de Cine de Gotemburgo, en 2018, y tuvo mucho éxito en el circuito de festivales. Conforme se presentaba en otros sitios, la gente me preguntaba por los personajes. Y en 2019 pudimos conseguir inversores suecos y estadounidenses para seguir con el largo.
P: Me llama la atención como ha trabajado los pequeños detalles por los que se siguieren que Adrian no ha superado la ruptura. Sobre todo que su nuevo novio, se parezca físicamente y tenga un nombre parecido a Angus…
DF: Me parecía divertido que Adrian conociera a una copia de Angus. Es una declaración clara que Adrian está todavía atascado en el pasado, en su manía por querer controlarlo todo. Y sobre todo en esa búsqueda de un nuevo Angus. O si no es él, al menos una copia.
P: Al margen de otras películas donde hay rupturas sentimentales, aquí no se dan escenas con discusiones o encuentros violentos. Sin embargo, trabaja con pausas y silencios esa misma sensación…¿Pretende así marcar la diferencia?
DF: El silencio es quizás le peor tratamiento que se puede hacer en ese tipo de situación, mucho peor que el griterío. Es como una especie de tortura psicológica. Yo no soy muy dado a los melodramas, a las peleas…Y eso también va con el carácter de Adrian, que controla muy bien sus emociones y solo grita una vez, que es en el balcón cuando reclama su cama. Eso es bastante escandinavo. Muy dado a la tranquilidad y el silencio.
P: Los encuentros sexuales en la película destacan por su gran autenticidad y verosimilitud. ¿Cómo trabajo con los actores estas secuencias?
DF: Las tratamos como las otras secuencias, como los diálogos, bastante tranquilos. Además, lo pasamos muy bien. Los actores lo hicieron a verdad con mucha tranquilidad y se divirtieron mucho. Se rieron mucho. Además, somos un equipo pequeño, que nos conocemos todos, hicimos ensayos.
P: ¿Cree que puede llegar la historia de Adrian y Hampus a continuar de alguna forma? ¿Una secuela o nuevo cortometraje?
DF: Es una buena pregunta. ¿A ti te gustaría verla? La bicicleta que monta Adrian al final, ¿te diste cuenta de quien era? Era la de Angus. Entonces igual podría haber una secuela sobre como sigue la historia.
P: ¿Cómo espera que sea recibida en nuestro país?
DF: A juzgar por las primeras criticas que he visto parece que gusta y se sabe apreciar una historia universal sobre los sentimientos y las emociones. Espero que sea bien recibida y que la gente venga, la vea, sientan tristeza, que se diviertan, que piensas en sus propias vivencias, sus rupturas, y vea una pareja gay de una manera nueva. Y estoy contento que la distribución se haga en cines gracias a Surtsey Films. España es el primer país donde salga en cines. Y sobre todo que la gente joven venga la película, que vean personajes gais, que no aparecen los típicos clichés, que si salgo del armario, que si el acoso, que si la homofobia, el SIDA…en fin, esas cosas. Eso para los jóvenes me parece muy importante. Pero también que los públicos más mayores también vean algo nuevo. Las películas que yo en los 80-90 con esta temática siempre eran duras, complicadas, simplemente que vean esta temática como algo nuevo y normalizado.
Vivir sin nosotros de David Färdmar se estrena en cines de 14 de mayo