French Exit

Crítica – ‘French Exit’

Título original: French Exit

Año: 2020

Género: Comedia, Drama.

Director: Azazel Jacobs

Guion: Patrick DeWitt

Montaje: Hilda Rasula

Fotografía: Tobias Datum

Música: Nicholas DeWitt

Intérpretes: Michelle Pfeiffer, Lucas Hedges, Tracy Letts, Valerie Mahaffey, Imogen Poots, Susan Coyne, Danielle Macdonald, Isaach De Bankolé

Producción: Rocket Science Inc., Elevation Pictures, Screen Siren Pictures, Blinder Films, Sony Pictures Classics

Distribución: Sony Pictures Releasing España

Ficha en Sensacine 

El cine de la burguesía neoyorquina es prácticamente un subgénero propio. Un lugar por el que han transitado tanto Woody Allen como Whit Stillman, y que tiene como pilares fundacionales un marcado sentimiento de “ennui” entre sus personajes y la incesante verborrea con que intentan rellenar esas vidas que tanto les aburren.

Cuando Frances Price (Michelle Pfeiffer) se queda sin dinero, habiendo agotado la fortuna que su marido dejó al morir, su reacción no es la de alguien que se enfrenta a dificultades económicas. “Simplemente pensaba que moriría antes de que se acabara el dinero”, afirma mientras contempla sus escasas opciones con la energía vital de quien acaba de recibir la noticia de que va a… bueno, a morir.

Y es que en French Exit, Azazel Jacobs (director de The lovers y Terri e hijo del autor experimental Ken Jacobs) presenta de forma totalmente aséptica una historia que no es carente de drama. Con el punto de partida que ya he mencionado, Frances y su hijo, Malcolm (Lucas Hedges) ponen rumbo a París con la intención de matar allí los días que les quedan, tratando de emular al máximo posible su vida en Nueva York.

'French Exit'
Michelle Pfeiffer, protagonista de ‘French Exit’.

A estas alturas, cualquiera puede preguntarse qué es lo que hace especial a French Exit, qué la separa de la obra media de cine independiente sobre gente con dinero aburrida, y la respuesta, desde mi punto de vista, es: un gato. Resulta que Frances y Malcolm llevan un tiempo con un gato dando vueltas a su alrededor, y han llegado a la conclusión de que ese gato es Franklin, el patriarca fallecido. Todo queda relativamente claro cuando, ya en París, ambos mantienen conversaciones con el gato (Tracy Letts).

El apartamento donde los Price dan con sus huesos termina, irónicamente, convirtiéndose en un lugar bullicioso, lleno de todo tipo de personas que van y vienen, desde la excéntrica vecina, Madame Reynard (Valerie Mahaffey), que guarda un dildo en el congelador, hasta las dos pretendidas por Malcolm, Madeleine y Susan (Danielle Macdonald e Imogen Poots). Madeleine, además, es una médium, y ayudará a poner algo de orden en las vidas de esa familia.

French Exit no es una revolución en ningún sentido, pero es una película más que competente, es realmente graciosa cuando se lo propone y el elenco está entregado a vender un guion que, con un equipo menos competente, resultaría totalmente ridículo. Y si hay que reírse de los ricos… qué menos que hacerlo bien.

Lo mejor: el humor ácido y la interpretación de Michelle Pfeiffer.

Lo peor: es demasiado seca para dejar verdadero calado emocional.

Nota: 6/10