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Entrevista a Cesc Gay: «Por primera vez en mi vida me reí escribiendo»

Con motivo del estreno de su nueva película, Sentimental, tuvimos el placer de intercambiar unas palabras (en pijama y desde el sofá, cosas de vivir en una distopia post-apocalíptica) con su director y guionista Cesc Gay. 5 años después de Truman, el cineasta catalán vuelve con una adaptación de su obra de teatro a la gran pantalla. Un apartamento, una cena, dos parejas y ningún filtro son los ingredientes de esta comedia que llega a los cines el 30 de octubre.

PREGUNTA: Quería empezar preguntándote de dónde te nace la necesidad de contar esta historia. Al final es una película sobre derrumbar prejuicios y quitarse máscaras…

CESC GAY: Es una película que me viene un poco de lejos. La escribí mientras escribía Truman y con el tiempo me he dado cuenta de que era prácticamente un ejercicio de liberación o de balanceo por lo que me exigía esta. Me relajaba escribiendo esta comedia que surgió, por cierto, porque mi vecina se puso un día a gritar y gemir como una loca. Me puse a escribir sin saber muy bien lo que estaba escribiendo.

Supongo que esa libertad me permitió escribir en un tono de comedia que nunca había abordado antes. Un tono con más ritmo, más ácido. Como esas comedias americanas de los 40 que tanto me gustan. Me nació así, como una cosa poco pensada. Me lo empecé a pasar muy bien. Por primera vez en mi vida me reí escribiendo. Y cuando me pasó eso dije: «Si me hace gracia a mí es que está bien». Porque en el fondo cuando uno escribe tiene la sensación de que tiene que escribir para los demás, pero se equivoca. Y más en la comedia. Tienes que escribir pensando en ti y en lo que para ti funciona.

Siempre había querido hacer teatro. Mi mujer es actriz y muchos de mis mejores amigos se dedican también. Me empezaron a ofrecer teatros y me decidí. Tengo ya mucha aventura con lo que fue la obra de teatro. Estuvimos mucho tiempo en Barcelona, luego fuimos a Madrid. Ha dado la vuelta casi por medio mundo. Pero siempre supe que quería filmarla, pero no quería apresurarme. A Javier Cámara le había gustado mucho la obra y, en cuánto él pudo, buscamos un par de meses y nos decidimos.

Cesc Gay
El director Cesc Gay en el set de rodaje de Sentimental (2020)

P: Hablabas ahora de la naturaleza teatral que tiene la película. Sólo ocurre en un espacio, es una propuesta basada mucho en los personajes… ¿Cómo afecta a nivel de dirección el hecho de que todo el metraje ocurra en un apartamento? ¿Te facilita el trabajo porque se reducen los elementos a tener en consideración o te lo dificulta porque hay que tener mucho más en cuenta el papel que estos juegan?

C.G: Para mí ha sido mucho más complicada de dirigir. Tienes que estar muy atento a muchas cosas que en un rodaje más normal obviarías. Tienes que mover la película durante 90 minutos para que la gente no se aburra de estar en un único escenario. Poder rodar en un plató fue una gran decisión. Si hubiéramos rodado en un piso de verdad hubiera sido horrible.

Pudimos dibujar ese espacio, trabajar bien en él. Tuvimos mucho cuidado con no repetir los espacio, intentamos estar siempre moviéndonos. También planteamos el rodaje de forma cronológica, lo que nos ayudó mucho. Eso casi nunca se puede hacer. Todos sabíamos dónde lo habíamos dejado el día antes. Llegábamos y retomábamos desde ahí.

P: Es cierto que Sentimental es una propuesta donde los personajes tienen muchísima relevancia porque, al final, hay poco filtro además de ellos. ¿Cómo fue el proceso de casting?

C.G: En cuanto decidimos tirarla adelante y rodarla con Javier me puse a pensar en una pareja para él, en dar credibilidad a ese personaje femenino. Yo conozco mucho Argentina y me gusta mucho su cine y sus actores. Hay algo distinto en su forma de trabajar. Cada lugar tiene sus peculiaridades. Siempre que puedo meter a un actor argentino lo hago. A Griselda Siciliani ya la conocía un poco y me pareció que tenía un equilibrio impresionante entre ser una comediante estupenda y tener mucho carácter y mucha dulzura. Es muy interesante lo que genera como actriz. Me pareció que hacían buena pareja.

A Alberto San Juan por otro lado ya lo conocía de cuando hice Con una pistola en cada mano. Buscaba actores que tuvieran la comedia cerca y me pareció que hacía una muy buena pareja con Belén Cuesta. Tuve la suerte de que todos estaban disponibles en las fechas de rodaje.

Cesc Gay
El director Cesc Gay junto a Belén Cuesta y Javier Cámara en el set de rodaje de Sentimental (2020)

P: Antes has citado como influencia a esas comedias americanas de los 40 y me gustaría hablar un poco de eso, de tus influencias. Porque viendo la película pensaba incluso más en Cassavetes por la propia premisa y el tono. 

C.G: Lo de Cassavetes sobre todo remarca que lo piensas tú y no que lo digo yo porque me encanta que lo digas. Soy muy fan de Cassavetes, aunque es cierto que él tiene un humor muy cabrón, muy distinto. Sus películas vienen de otro lugar. Respecto a tu pregunta, al final te vas llenando de influencias. Es verdad que me fijo en ese género y ese tipo de cine americano que ya no se hace tanto, con los Cary Grant o los Spencer Tracy. Un cine que de pequeño veía mucho en televisión y por desgracia ahora ya no tanto. Billy Wilder tiene muchas pelis así también.

Al final me fijo en toda esta generación donde el diálogo es la estrella. Ahora voy a ver muchas películas donde lo importante es la fotografía y la atmósfera. Esto es todo lo contrario. Como has dicho tú muy bien, aquí no hay nada, está desnuda. Todo se basa en que un actor interprete un personaje como lo tiene que interpretar y tener fe en que los diálogos te sostengan eso. Porque al final es eso, un diálogo. Una frase te lleva a la otra, es algo muy musical. Un problema que había es que los actores no podían improvisar nada, porque tú ponías un pero de más y ya se te jodía la siguiente replica. También hay que tener en cuenta la experiencia que yo traía con la obra de teatro. Al final creo que combiné esas dos cosas.

P: Quizás esta pregunta pueda resultar totalmente fuera de contexto a alguien que no haya visto la película. ¿Eres más de música clásica o de country?

C.G: De música clásica, por supuesto. Pero me encanta el country. De hecho me encanta la música. Yo soy músico frustrado. Lo que pasa es que el country, que tiene cosas fantásticas, tiene asociado para mí un componente de humor. Porque al final lo asociamos al cowboy, a la gente bailando en los pubs. Hay una cosa de la América rural del sur que me hace gracia. Por eso me resulta curioso cuando de pronto un tio de Caravanchel o de Hospitalet se va a bailar country. Que está muy bien. Pero si tengo que escoger qué llevarme a una isla desierta me llevo música clásica.

Sentimental
Fotograma de Sentimental (2020) de Cesc Gay

P: ¿Por qué esta cosa de poner como protagonista a un músico frustrado en una película sin música tiene algo de premeditado?

C.G: No lo había pensado la verdad. En relación a la música si que es verdad que sabíamos que la película tendría al inicio y al final, eso sí. Hicimos alguna prueba en fase de montaje con música y me di cuenta de que si le metía soundtrack este cogía demasiada importancia. Al no estar en localizaciones distintas y abiertas, la música destacaba demasiado. Hay música en la primera parte en la radio, pero no molesta, no tiene ese carácter.

P: En los últimos tres días he visto dos películas españolas en el cine, la tuya y la de Almodóvar, y me ha sorprendido fijarme tanto durante la proyección de estas en que ambas suceden en un único espacio cerrado, lo cual me acababa remitiendo inconscientemente al confinamiento. ¿Crees que el espectador va a consumir de forma diferentes las películas después de toda la crisis del coronavirus? ¿Qué quizás vamos a buscar otro tipo de narrativas?

C.G: Creo que esto se debe o bien a la casualidad o bien a que este año se están priorizando todos esos rodajes mucho más controlados, de decorado. Una cosa que nos está pasando con Sentimental es que se está vendiendo mucho el remake a nivel internacional. Se ha vendido ya en Italia, en Alemania… Un productor ve esta película y más que estrenarla lo que le interesa es producirla por lo que dices tú. Es un texto que funciona, cuatro actores y dos semanas en un plató. Es controlable el tema del virus. Pero esto va a pasar. Dentro de unos meses ya no habrá virus y ya nos habremos olvidado. Para bien o para mal, nos olvidamos muy rápido de las cosas.

P: ¿Por qué cómo ha sido distribuir una película en un contexto como este? ¿Cómo se vive este momento tan crítico para el cine y las salas desde dentro de la industria?

C.G: Yo creo que como todos los compañeros que estrenamos ahora. Sabemos que las películas no van a funcionar de una forma normal ni van a conseguir el rendimiento económico que uno podría soñar. Todos somos conscientes de que estamos en guerra, tanto yo como el que tiene un bar. Todos nos ponemos cada día el casco, cogemos la metralleta y salimos a pelear, cada uno con lo suyo. Es lo que nos ha tocado.

A mí personalmente me gusta ir al cine y al teatro. Yo todo esto de la cultura segura me lo creo, no creo que sea un eslogan. Me cuesta más meterme en el metro que ir a un cine. Creo que hay mucha gente a la que también le pasa y que quiere aparte distraerse un poco. Creo que seguirá funcionando, aunque sea a otro nivel.

P: ¿Qué le dirías a alguien que aún no sabe si acercarse al cine a ver tu película o no?

C.G: Siempre digo que mi obsesión desde siempre es que alguien que vaya a ver una película mía no salga arrepintiéndose de haber entrado, le haya gustado más o menos. Como creador uno lo que quiere es que el espectador sienta que esa hora y media ha valido la pena. Que piense que está bien, que la ha disfrutado y que le ha parecido un trabajo digno y en este caso divertido. Porque creo que se lo va a pasar bien con él. Que eso siempre es un plus.