Título original: Gemma Bovery
Año: 2014
País: Francia
Dirección: Anne Fontaine
Guión: Pascal Bonitzer y Anne Fontaine
Fotografía: Christophe Beaucarne
Música: Bruno Couilais
Reparto: Fabrice Luchini, Gemma Arterton, Jason Flemyng
Productora: Gaumont, Albertine Productions, Ciné @, Cinéfrance 1888, France 2 Cinéma
Género: Comedia / Drama / Romance
Duración: 99′
El próximo 18 de marzo llega a nuestras pantallas ‘Primavera en Normandía’, la película con la que Anne Fontaine (‘Dos madres perfectas’, ‘Coco: De la rebeldía a la leyenda de Chanel’) lleva al cine ‘Gemma Bovery’, la novela gráfica de Possy Simmonds que actualiza a nuestros tiempos el clásico de Flaubert, ‘Madame Bovary’.
Con guion de Pascal Bonitzer y la propia Fontaine, el film deja a un lado los momentos más oscuros del relato de Flaubert y se embarca en el reto de hacer comedia a partir de una de las historias más crudas del autor, dando como resultado una correcta –pero no perfecta– película que busca hilar las conexiones entre la literatura y el audiovisual.
No en vano, ‘Primavera en Normandía’ se deleita en un comienzo que imita el pasaje del baile de Vaubyessard, consiguiendo ya no solo una buena referencia al libro que da origen a todo lo que sucede a lo largo del film, sino a aquella maravillosa adaptación que ya hiciera Vincente Minnelli en 1949. Y sin embargo, la última comedia de Fontaine no se centra tanto en el retrato de la aburrida Emma Bovary que conocimos en la obra de Flaubert, y prefiere arrancar con una narración en primera persona en la que empezamos a entendernos con Martin Joubert (Fabrice Luchini), apasionado de Gustave Flaubert y la novela que lo llevó a la fama.
Recién regresado a Normandía tras un fallido intento por catapultar su carrera como editor en París, Martin pasa sus días haciéndose cargo de la panadería de su padre junto a su esposa Valerie (Isabelle Candelier), que parece estar tan aburrida de la vida como lo estaba la protagonista de la obra de Flaubert. Pero no es Valerie la Emma Bovary de esta historia, y aquella en quien Martin verá reflejada a la heroína de su clásico favorito no será otra que su nueva vecina Gemma Bovery (Gemma Arterton) – cuyo marido (Jason Flemyng), por si no fuera ya suficiente coincidencia, resulta llamarse Charlie.
Como es de esperar, el film se recrea en los paralelismos que van surgiendo entre la vida de Gemma y la de la protagonista de la obra maestra de Flaubert, que llevan a Martin a desarrollar un voyeurismo por la vida de su vecina mezclado con el afán por alejarla del fatídico final que los lectores del clásico de Flaubert ya se esperan.
Pero a pesar de las similitudes establecidas desde un principio entre Emma Bovery y su antecesora literaria, el espectador no tardará en descubrir que es precisamente Martin el que es presa del aburrimiento y la angustia vital que hicieron de Emma Bovary un personaje universal, y es exactamente aquí donde se encuentra la baza de la que Anne Fontaine se sirve para conseguir crear humor allá donde solo podía haber drama.
Fabrice Luchini se apodera así de la pantalla y la atención del espectador en un film que esperábamos ver protagonizado por Arterton, haciendo que ‘Primavera en Normandía’ se quede lejos de ser un mero retrato de la Emma Bovary de Flaubert para mostrarnos un divertido relato sobre un hombre presa de una doble obsesión, que vive en un estado de estupefacción constante ante lo que cree la personificación de su heroína literaria favorita.
Sin embargo, la misma estrategia que permite dar cabida al humor en esta historia es la que hace que este híbrido entre drama realista y comedia se quede lejos de conquistar a su espectador, y ‘Primavera en Normandía’ termina centrándose tanto en el personaje interpretado por Luchini que no deja espacio para el peso de lo existencialista que debería ser inherente a cualquier obra que tenga sus raíces en el clásico de Flaubert.
El centralismo del personaje de Martin en la última obra de Fontaine termina llevándose por delante todo lo que el personaje de Gemma Bovery pudiera aportar al relato, convirtiéndose en una mujer objetualizada que solo conseguimos ver a través de la mirada sesgada del personaje interpretado por Luchini. La propia configuración de la historia hace de la actuación de Arterton un bien desaprovechado, y la compleja personalidad y crisis interna del personaje que encarna no consiguen alcanzar al espectador en su visionado.
Así, lo que en un principio podía haber sido una forma magistral de dotar de humor a una historia en la que francamente es difícil encontrarlo, termina convirtiéndose en una estrategia mal ejecutada que acaba con gran parte de las posibilidades que un relato como el de Madame Bovary ofrece, aplanando a un personaje cuya angustia existencial es incapaz de arribarnos como lo hiciera tanto en la obra de Flaubert como la de Simmonds.
En definitiva, ‘Primavera en Normandía’ sale airosa gracias a la maravillosa interpretación de Luchini y el humor inteligente que surge de la visión que Fontaine y Bonitzer elaboran sobre la vida de Gemma Bovery desde los ojos de Martin, pero la misma estrategia que le hace ganar en originalidad hace que este film quede despojado de toda posibilidad de profundizar en lo que podría haber sido una ejemplar revisión del clásico de Flaubert.
Lo mejor: La interpretación de Fabrice Lucini, coronada con un hilarante final que lleva al extremo lo obsesivo del personaje de Martin Joubert
Lo peor: El modo en que el film desaprovecha la historia en la que se basa
Nota: 5/10