Conversamos con Imanol Arias y Francesc Orella sobre ‘Legado en los huesos’

Legado en los huesos, la segunda parte de la Trilogía del Baztán, adaptación de las novelas de Dolores Redondo, comienza su segunda semana en cartelera. La historia sigue a Amaia Salazar (Marta Etura), que vuelve a Elizondo un año después de los asesinatos del Baztán. Una nuevo caso sigue la investigación de una serie de suicidios que parecen estar relacionados con su propia familia. En esta segunda entrega llegan personajes nuevos, a la vez que profundizamos en aquellos que que conocimos en la primera.

Después de hablar con el director, Fernando González Molina (Palmeras en la nieve) y con la protagonista, Marta Etura en el Festival de Sitges, estuvimos también con Imanol Arias (la serie de televisión Cuentame), que interpreta a uno de los nuevos personajes de la Trilogía, el Padre Sarasola y con Francesc Orella, que repite en su papel de Fermín Montes, policía compañero de Amaia.

PREGUNTA: ¿Cómo ha sido la evolución de vuestros personajes desde la primera película hasta la segunda? ¿La habéis visto terminada ya? ¿Era lo que teníais en mente?

IMANOL ARIAS: A mí me gustó mucho la primera y todavia no estaba en el proyecto. Esta segunda me parece una película muy, muy poderosa. Me sorprende lo que produce mi trabajo y agradezco mucho el desmontaje que está haciendo el director. Como actor, como trabajas con el mismo instrumento, hay cosas tuyas que te traes de casa. Tus gestos, tu complexión física, si eres descolgado de hombros, si tienes un cuello muy poderoso – o no tienes cuello, como yo, con lo cual estás jodido – etcétera. Y lo vas como subsanando. Viendo esta película me he dado cuenta de que todos los defectos que yo tapo, Fernando me los ha sacado a la luz. Y al final ves que cuanto más descolgado estoy en el pasillo, más terrorífica es la imagen. Ha sido un placer encontrarme conmigo mismo, sin tapujos, con mi edad, en una película que me gusta, con un director maravilloso. Esto es una suerte porque, además, dentro de tu libro de trabajo, de relaciones, cierras un capítulo con tranquilidad, sin ninguna expectativa que no sea simplemente estar. Y eso ha sido muy hermoso. Porque, además, yo no rodé conociendo el personaje entero. A mí me quitaron una parte. Muy sabio el director, que me puso en la cuerda floja.

FRANCESC ORELLA: Yo no he visto la película terminada todavía, pero te puedo hablar de la evolución de Montes. La gracia o el interés que tiene este personaje a lo largo de las tres partes es precisamente su evolución, la relación que tiene con Amaia y con todo el equipo policial. Yo pienso que los acontecimientos que ocurren son tan poderosos y tan inquietantes y extremos, que eso hace que el equipo se una mucho y la relación de Montes con Amaia sea cada vez más cercana. Son dos profesionales de lo suyo, dos policías de estilos distintos, pero al final les une la profesión, la pasión por su trabajo y sobretodo que están desbordados por todo lo que ocurre. Yo creo que Montes, también viendo esa parte de Amaia, vulnerable respecto a todo el tema familiar que ocurre, de alguna forma empatiza con ella. Es decir, piensa que es una gran policía, una tía valiente, pero lo que se le viene encima es tan fuerte… Esa evolución es interesante, que al principio sea una cosa más distante y luego más cálida. Y que incluso llegue a sufrir. En la tercera parte Montes sufrirá con y por Amaia. La verdad es que el personaje está muy claro. Está muy bien escrito en los guiones. Montes tiene, en privado, una serie de problemas y está un poco amargado. Pero es un policía al que le gusta su trabajo y que es profesional. Entonces tiene estos dos factores que son siempre iguales y que están presentes de forma muy clara en las tres películas. Pero creo que los acontecimientos le superan tanto que se echa de cabeza a esto. Es bonito que el personaje esté muy metido en la historia.

Legado en los huesos
Francesc Orella, junto a Fernando González Molina y Marta Etura, en el rodaje de la película

IA: Montes es un personaje muy complicado si no se encuentra un intérprete como Francesc.

FO: ¡No, hombre, no! (ríe)

IA: Sí, sí. Y tú eres un actor muy poderoso. Pero además, hay un momento en el que lo que le pasa al personaje tiene que ver con su historia también, casi con su entorno. Y esa cara de observación en esta segunda parte, de este hombre que empieza a ver que no sólo son unos asesinatos, sino que hay algo más, se le cae el Baztán encima y se convierte en el Montes de Elizondo. Eso es una habilidad como intérprete maravillosa. Tiene un mapa geográfico que lo da todo. A mí me gusta mucho cuando llega a la cueva y de repente empieza a vislumbrar todo. Que es lo que le pasa al espectador en ese mismo momento. Me encanta ese momento.

FO: Ahora tengo ganas de verlo. (ríen) Yo sé lo que hacía, pero todo esto no lo ves hasta que miras la película.

Imanol Arias Legado en los huesos
Imanol Arias, preparando una escena junto al equipo de dirección

P: Claro, es que la elección del cásting ha sido un muy buen acierto de la Trilogía.

FO: Es muy importante el cásting en esta película, sí.

IA: Yo con el primero que hablé, de hecho, fue con Francesc. (A Imanol) Estábamos en Barcelona, que me viniste a ver en una función. Y te comenté que iba a hacer este personaje y me dijiste “tú métete, disfruta y ya verás”.

FO: Sí, sí. A ver, el cásting es esencial siempre. Pero es verdad que en esta historia, todos son importantes. Y la incorporación en la segunda parte de todos estos personajes nuevos, como el de Imanol o Sbaraglia o Susi Sánchez, que crece. O de Álvaro Cervantes. Le da mucha riqueza.

P: Interpretativamente, ¿sentísteis una presión extra al interpretar a Sarasola y Montes, teniendo en cuenta que partís de unos personajes literarios? Porque cuando partís de un personaje que nace de 0, el espectador no tiene ningún tipo de preconcepción

FO: Personalmente, yo no especialmente. Está claro que viene de una novela y se supone que la película tiene que ser fiel a ella. Pero en mi caso, mi personaje estaba muy bien configurado, muy bien descrito. Y no quiero que esto influya ni que tener la sensación de que debo estar a una altura determinada. Yo intento dar lo mejor en todos los trabajos que hago. Lo mejor que sé, lo mejor que puedo.

IA: Yo, cuando se publicó que iba a hacer la película llevaba una semana en el proyecto. Hasta entonces no tuve ninguna presión. A partir de ahí empezaron a llegar un montón de comunicaciones de lectores diciendo “el Padre Sarasola es mi personaje favorito…”. Y entonces sí que me entró cierto nerviosismo, en el sentido de estar en una historia en la que hay un personaje que al lector le altera y es por lo misterioso que es, por lo ambiguo. No se trata de un personaje como el típico cuñado que están todos en el entierro y están todos llorando menos él, que está muy tranquilo y dices “ha sido el cuñado”. En este caso, no. Me preguntaba si los lectores habrán encontrado en el personaje lo que yo he encontrado. Este hombre es un sacerdote diferente, es un científico. Es poderoso en la cúria romana pero no quiere ser Papa. Ha habido otros exorcisadores que han ido a ser Papas. Y algunos papas muy racionarios. Que vienen de ese poder, del poder del conocimiento. Eso, en la novela está y en la película es muy presente pero mucho más subtil. Entonces, me entró un poco de aquello de decir “esto hay que vibrarlo”. El mundo del exorcismo en la Iglesia tiene mucho que ver con las otras culturas, con el sincretismo, con lo no conocido. Y ese hombre usa todo esto para investigar un entorno de unos valles con los familiares, los herederos, … Pero a ver qué han sentido los lectores. Los lectores tienen una capacidad de sentir inigualable. Afortunadamente, en esta película se transmitirá mucho también. Es un thriller pero hay algo misterioso, extraño. Y una sola mano te abre todo un mundo, cuando estás acostumbrado a ver asesinatos sangrientos, tiroteos, explosiones, …

Imanol Arias Legado en los huesos
Imanol Arias y Marta Etura en una escena de ‘Legado en los huesos’

P: ¿Cuánto de vosotros hay en vuestros personajes y qué habéis aprendido de ellos?

FO: Siempre aprendes y siempre intentas aportar tu visión personal y tus recursos propios. Aprendes que este trabajo no es solamente recrear y poner cuerpo y alma a un personaje, sino que es un viaje. Es un viaje en el que tienes que evolucionar con el personaje. Aprendes a adaptarte a todo lo que te rodea, a los compañeros, a la historia. La ductilidad, la versatilidad, poderte transformar en aquello que tienes que interpretar.

IA: A mí me ha quitado muchos prejuicios, la verdad. Justo cuando me preparaba el personaje coincidió que tuve que ir a la Clínica de Navarra en Madrid a hacerme un chequeo del pulmón. El médico que me atendió lo hizo durante 49 minutos, que ya es algo extraño. No era un sacerdote, porque era un doctor formado en Estados Unidos, pero sí tenía algo clerical. Sin embargo, la introspección, el análisis y la aproximación que hizo a mi vida tabaquil me demostró que había un gran científico detrás. Y eso me abrió una puerta de decir “bueno, dentro de esta institución, los habrá meapilas, con problemas de mamá o de papá, le habrán hecho bullying… Pero hay mucho científico también”. Y en esta película, lo que importa es el aspecto científico e investigador de este hombre. Y sí que he aprendido de eso también.

Legado en los huesos está en cartelera española a partir del 5 de diciembre.