Llega mayo, y con él, las season finale de las series que se emiten en temporada regular. Blindspot se ha despedido de su audiencia hasta el próximo otoño, tras conocerse hace menos de dos semanas que la ficción policíaca era renovada por una tercera temporada. Aunque tras el final de la segunda temporada, muchos son los seguidores que tienen dudas acerca de qué les puede ofrecer la nueva entrega de episodios. Y es que un capítulo final que podemos etiquetarlo con un suficiente, distorsiona el trabajo del resto del año, que había conseguido una temporada correcta.
La season finale de Blindspot y en especial, su escena final (en la cuál conocemos que ha habido un salto en el tiempo) han sido decepcionates. Con una mezcla de ser previsible y con prisas para cerrar el arco principal, con lo que el espectador recibe que hay una cierta confusión en la sala de guionistas acerca de cómo acabar la temporada, la primera que se habían atrevido con una mitología mayor: Shepard, la madre de Jane (Jaimie Alexander) era la líder del grupo terrorista que estaba detrás de los tatuajes y con el plan de conseguir que los Estados Unidos renacieran.
Su caída, el sentido de los tatuajes y la materialización del plan, se han concentrado en el último capítulo. Se nota demasiada prisa en todos en cada uno de los aspectos. La guinda al pastel ha sido la escena final y el salto en el tiempo de dos años. No creo que Blindspot lo necesitara y menos aún como ‘excusa’ para desarrollar una nueva temporada que a día de hoy, parece que compartirá muchos rasgos con la primera.
Pero lo que sí que es cierto es que en líneas generales, esta temporada ha sido mejor que la anterior. Más entretenida, más interesante y más consistente, al menos, antes del final. Al fin, se ha dejado un poco de lado el hábito procedimental, de ir tatuaje por tatuaje, y a final del capítulo, todos a casa. Aunque esto ha seguido pasando en más de un capítulo, ha existido una mitología grande detrás. Y aunque creo que no le han exprimido todo su potencial, ha dado bastante la talla. No ha fallado a la hora de darle sentido al pasado de Jane y de justificar con creces su personalidad y el rechazo a su yo del pasado. Junto con el personaje de Roman (Luke Mitchell) ha sido de lo más interesante de la temporada. La trama de Reade (Rob Brown), relacionada con el abuso sexual de menores y las drogas, ha estado siempre en segundo plano y no ha tenido una resolución, simplemente se cortó. Cuesta de entender esta decisión de los guionistas.
En su contra, por ejemplo, ha tenido que la resolución ha sido demasiado simple y precipitada. Por ejemplo, el concepto de ‘‘Fase Dos», ataque que se lleva a cabo en los capítulos 21 y 22 se introduce mucho antes de la mid season y a lo largo de la temporada no desarrollan más el tema. El hecho de haber pasado superficialmente la realidad que Sheaperd es una mala madre o su ‘capricho’ por Kurt (Sullivan Stapleton) le hacen bajar un poco el listón.
Los nuevos personajes han dado méritos y desméritos a la temporada y ayudan a ponerle una nota final. Nas, de menos a más. Llegó con la misión de dirigir al equipo des de su experiencia (y quizá desestabilizar la trama amorososa de Kurt y Jane) y evolucionó hasta ser una más de ellos y que la audiencia se acabara identificando con ella. Su rol ya no debería dar para más, pero ha sido interesante introducir este personaje. Aunque la joya de la corona se la lleva Roman. Su fichaje como fijo, en especial para la segunda parte de la temporada, le ha dado aire a Blindspot y una trama muy interesante, aún con recorrido, sobre su personalidad, su fidelidad y su relación con Jane.
Ha sido maravilloso poder disfrutar de esta trama poco a poco y de un personaje que creo que tiene más matices de los que nos han enseñado. Probablemente, una de las pocas ‘perlas’ que arroja algo de luz a la tercera temporada. Y con Sheperd, como ya hemos citado, no hemos podido profundizar en sus tramas, con lo que finalmente, su papel de antagonista ha sido más superficial de lo que se podía pensar en un principio y con muy pocos grises.
Si es cierto que Blindspot quizá es una serie que no exige tanto como otras a algunos niveles, pero las cosas pueden hacerse mejor. Darle un poco más de sentido, consistencia, rumbo. Parecía tenerla (hay capítulos que destacan y dónde realmente consiguen hacer disfrutar al espectador) pero el final, entre otros errores, lo ensombrece un poco y te hace mirarlo de otra perspectiva. Es entonces cuándo te das cuenta que la temporada ha tenido demasiadas lagunas y que sobre el papel, la tercera no parece del todo prometedora.