babygirl

‘Babygirl’, que deseas de verdad

Título original: BabyGirl

Año: 2024

Duración: 114 min

País: Estados Unidos

Director: Halina Reijn

Guion: Halina Reijn

Fotografía: Jasper Wolf

Música: Cristobal Tapia de Veer

Reparto: Nicole Kidman, Haris Dickinson, Antonio Banderas, Sophie WIlde, Esther McGregor.

Compañías:  2AeM, Man Up Film, A24.

Género: Drama

Ficha en Filmaffinitty

Babygirl es un film que en consideración se siente más que verse. La obra está compuesta de fotogramas cargados de contradicciones y ambigüedades. Y aunque en un primer momento podamos estar considerando que podría parecer un relato más sobre la condición sexual, el poder, la edad y la identidad.  Lo que realmente revela es algo mucho más subtextual: un espejo de la fragilidad humana, de la necesidad que acallamos constantemente, de aprobación y vacilación de los estatus sociales, el espacio vacío que habitamos cuando nos enfrentamos a nuestras propias contradicciones.

Lo que marca la diferencia en Babygirl es la interpretación de su espléndido elenco, especialmente de Nicole Kidman (El hombre del norte). Kidman se despoja por completo de los estereotipos, se entrega con una actuación entre la sutileza y la intensidad, siempre al borde del colapso, pero sin excederse. Cada gesto, cada mirada está llena de subtexto que la lleva más allá de la superficie. Su presencia en pantalla siempre es imponente, pero se dibuja aquí una forma lívida, casi como si estuviera a punto de romperse. La vulnerabilidad palpable en su personaje invita a cuestionar las expectativas que se tienen sobre las figuras como Romy, sobre las clases sociales y, por supuesto, sobre la condición femenina en sí misma.

La suma completa de esta atmósfera se sostiene especialmente en la química entre ella y Harris Dickinson (El clan de hierro). La dinámica entre ambos personajes es una de las relaciones que, aunque parece mantener un conflicto externo, es solución a sus tensiones internas. Los diálogos, a menudo silenciosos, quedan flotando. Cada intercambio de palabras se convierte en un susurro de lo que realmente está ocurriendo en el interior de cada personaje: una necesidad no satisfecha, una lucha interna que no puede ser explicada con palabras.

El guion, aunque con algún momento más desconexo, planta una reflexión profunda: la ambición personal y la búsqueda de un espacio propio. Al final, Babygirl se convierte en un espejo de nuestras propias inseguridades, nuestros pensamientos más oscuros y los sentimientos ocultos. Quizás una invitación a ser honestos con nosotros mismos, sin la necesidad de exponerse .

La dirección equilibra el caos de los personajes con una estética visual que se alinea a la narrativa. Una representación precisa de la fragilidad y la confusión que trae consigo el proceso de autodescubrimiento. Cada toma, aunque dinámica, nos recuerda lo que se pierde en la búsqueda de algo que no sabemos.

Así, lo trascendental de Babygirl es cómo muestra los hilos de una sociedad que constantemente nos empuja a cumplir con estándares de poder, belleza y éxito. No se limita a ser un relato provocador sobre la juventud o el amor; se adentra en algo más esencial: la identidad. Nos muestra cómo los deseos personales, los más profundos, pueden chocar con las expectativas externas. Y esto, lo hace sin miedos, pero con una delicadeza y humor inesperado .

Un desafío con ironía a los códigos y tabúes, sin caer en el terreno de lo erótico, adopta un tono más bien cómico y esperpéntico, una invitación a reflexionar sobre cómo nos definimos, cómo nos vemos a nosotros mismos y, en última instancia, cómo nos anhelamos en los demás como forma de sobrevivir.

Nota de lectores0 Votos
0