Ant-Man y La Avispa: Quantumanía

‘Ant-Man y La Avispa: Quantumanía’, un bajón cuántico

Título original: Ant-Man and The Wasp: Quantumania

Año: 2023

Duración: 125 min.

País: Estados Unidos

Director: Peyton Reed

Guion: Jeff Loveness. Cómic: Stan Lee, Jack Kirby, Larry Lieber

Música: Christophe Beck

Fotografía: Bill Pope

Reparto: Paul Rudd, Evangeline Lilly, Michelle Pfeiffer, Michael Douglas, Jonathan Majors, Kathryn Newton, Bill Murray, William Jackson Harper

Productora: Marvel Studios, Walt Disney Pictures, Truenorth Productions

Distribuidora: Walt Disney Pictures

Género: Ciencia ficción. Fantástico. Acción. Comedia

Ficha en Filmaffinitty

Que a Marvel Studios se le está atragantando sobrevivir a sus propias expectativas ya no es ninguna sorpresa para el estreno de esta nueva entrega de su universo cinematográfico, Ant-Man y La Avispa: Quantumanía. La Fase 4, con la irrupción de las series en Disney+, sumó más minutos de metraje que todas las anteriores pero, por primera vez, dejando más dudas que certezas entre un público acostumbrado a, en mayor o menor medida, salir de la sala de cine convencido. No fue el caso para muchas de las obras de la citada fase, con pequeños desastres como Viuda Negra (Shortland, 2021) o Black Panther: Wakanda Forever (Coogler, 2022); ni lo es, al menos para mí, para el punto y final -o no, quién sabe- de las aventuras de Scott Lang (Paul Rudd) y compañía.

Yendo al grano: Quantumanía se propone a sí misma como una suerte de tráiler -uno más- del advenimiento del caos multiversal futuro, habida cuenta de que Kang el Conquistador (Jonathan Majors), el siguiente villano en mayúsculas a batir para los Vengadores, muestra aquí su carta de presentación oficial. Scott Lang y familia viajan al reino cuántico por error y se encuentran con que está dominado por esta figura tiránica y ultra poderosa que, por supuesto, intenta escapar.

Así, la cinta quiere enmarcarse en el cine de aventuras espaciales más alocado, mostrando al completo un reino cuántico que solo había sido insinuado en las entregas anteriores. No obstante, por culpa de un aspecto visual espantosamente trabajado (el peor de todo el universo hasta ahora, y los recientes también tenían tela…), Quantumanía queda muy lejos de Star Wars, Star Trek, Guardianes de la Galaxia o cualquier otro referente cercano de la ciencia ficción pop

Mucho se ha comentado a raíz del deterioro visual del UCM, especialmente notable cuando hay siete u ocho entregas al año, pero si hay una película que demandaba un paso adelante era ésta. Y, vaya, el resultado es un esperpento en el que hasta sus intérpretes, con razón, parecen perdidos. Igual de desorientado, no obstante, se siente el espectador en relación con el resto de elementos de la película. 

Los Ant-Man previos funcionaron bien como aventuras -nunca mejor dicho- a pequeña escala, pero el final de la trilogía aumenta su grandilocuencia en tono y objetivos sin un guion y unos presupuestos narrativos acordes a tales ambiciones. Me explico: quizá presentar al siguiente Thanos enfrentándolo a uno de los secundarios del canon cinematográfico marvelita no era la mejor de las ideas. 

Y es que, más allá de que haya agujeros de guion graves (algo que, realmente, no debería importar tanto), toda Quantumanía parece escrita a partir de una ruptura de la credibilidad constante, incapaz de asumir sus propias normas y reglas solo para que, en fin, alguien como Ant-Man pueda “enfrentarse” a Kang. Todo para nada. Sin entrar en spoilers, creo que la introducción minimalista de ese mismo personaje en Loki (Waldron, 2021) llevaba a cabo su cometido mucho mejor que esta película entera, fallida en cuanto a su desarrollo general pero también y sobre todo en cuanto a su principal cometido: presentar a un villano amenazante. A pesar, eso sí, del buen trabajo de Jonathan Majors, que defiende su trabajo como puede. Igual que Paul Rudd, que sostiene escenas enteras gracias a su carisma y su gran vis cómica. 

En ese sentido, pobre del equipo de guionistas que tenga que lidiar con todos los frentes abiertos del UCM, para estas alturas además llenos de incoherencias internas y problemáticas varias que a ver si saben encauzar. Sí, Quantumanía es un bajón de proporciones cuánticas más para esta franquicia. Pero seamos optimistas de cara al futuro: quizá el tan esperado multiverso nos devuelva la ilusión superheroica.

Lo mejor: al menos, gracias a Paul Rudd, es más entretenida que varias de sus predecesoras.

Lo peor: evidencia el más que claro estado de alarma en un estudio que, hasta hace poco, era infalible.

Nota: 4/10