‘Spiral: Saw’, el intento de Chris Rock por aportar a una saga más que sobada

Título original: Spiral: From The Book of Saw

Año: 2021

Duración: 93 min.

País: Estados Unidos

Dirección: Darren Lynn Bousman

Guion: Josh Stolberg, Pete Goldfinger

Música: Charlie Clouser

Fotografía: Jordan Oram

Reparto: Chris Rock, Samuel L. Jackson, Max Minghella, Marisol Nichols, Zoie Palmer, Nazneen Contractor, Dan Petronijevic, Morgan David Jones, Edie Inksetter, K.C. Collins, Josh Stolberg, Ali Johnson, Brian Cook

Productoras: Serendipity Productions, Twisted Pictures, Burg/Koules Productions, Dahlstar.

Distribuidora: Lionsgate

Género: Thriller, Terror

Ficha en Sensacine

Hace tiempo ya que Jigsaw murió, pero su legado continúa. El segundo revival – después de Saw: The Final Chapter – ha sido idea de Chris Rock, que ha recuperado la franquicia que inició James Wan. Convencido de que tenía la clave para darle una vuelta diferente, reclutó para la azaña a los guionistas Josh Stolberg y Pete Goldfinger (Jigsaw), al director Darren Lynn Bousman (Saw II, III y IV) y al que será su padre ficticio, Samuel L. Jackson. Y aunque el equipo da para algo potente, Spiral: Saw quedará, lamentablemente, en anécdota.

Spiral: Saw
Chris Rock en ‘Spiral: Saw’

El metraje de Spiral: Saw abre – usual en la saga – con un crimen macabro. El robo de un bolso sirve de señuelo para que un policía corrupto caiga en una trampa. Más tarde, despierta en el túnel del metro, colgando de la lengua. Como manda la tradición, deberá elegir si morir atropellado por el metro, que llegará en dos minutos, o prescindir de su lengua. Así se lo cuenta un hombre con máscara de cerdo – un imitador de Jigsaw – desde un pequeño televisor. Ni lengua ni hombre sobreviven y el espectador recibe su primera dosis de torture porn.

Y es que la película no anda faltada ni de sangre ni de vísceras y tampoco de atmósfera húmeda y oscura. Pero sí de diálogos inteligentes, giros inesperados y las creativas y retorcidas trampas que caracterizan la franquicia. En su lugar, queda un thriller policíaco de manual, de trama predecible y bastante plana que quiere tocar el tema de la reforma de los cuerpos policiales americanos, pero no lo logra del todo.

Spiral: Saw
Samuel L. Jackson en ‘Spiral: Saw’

Más que en los crímenes o el asesino, el filme se centra en la trama policial al estilo Seven. Zeke (Rock), un policía que vive a la sombra de su padre (Jackson) y su nuevo compañero (Max Minghella) juegan con el asesino al gato y el ratón mientras los polis corruptos de su comisaría van cayendo uno a uno.

El papel de Rock se percibe como demasiado intenso, a menudo forzado y más propio de una policíaca de los 2000. Tanto él como L. Jackson quedan totalmente desaprovechados por falta de verdad y el espectador no consigue conectar con ninguno. Tampoco ayuda la trama de fórmula y excesivamente explicativa. El abuso de flashbacks y de diálogos cargados de sobreinformación – en las numerosas conversaciones con la capitana de Zeke (Marisol Nichols), por ejemplo – desestiman aquello de «show, don’t tell» y se lo mastican todo al público.

El ritmo acelerado y la atmósfera pueden entretener a la butaca general, pero los verdaderos fans de Saw no quedarán convencidos, por mucha sangre que le echen.

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Lo mejor: El gore de toda la vida

Lo peor: No aporta nada interesante a la saga ni al género

Nota: 5,5/ 6

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