Fotograma de la película Sin instrucciones
Fotograma de la película Sin Instrucciones

“Sin instrucciones”, sobra fantasía

Título original: Sin instrucciones

Año: 2024

“Sin instrucciones”, sobra fantasía

Duración: 99 min

País: España

Dirección: Marina Seresesky

Guion: Marta Sánchez, Irene Niubo

Reparto: Paco León, Maia Zaitegi, Silvia Alonso, Malcolm Sitté, Yailene Sierra

Música: Zacarías M. de la Riva

Fotografía: Kenneth Oribe

Compañías: La Pepa Films, Basque Films

Género: Comedia. Drama

Ficha completa en FilmAffinity


Es un cálido día de playa en las islas Canarias. Leo, un treintañero alegre y tostado por el sol, ha pasado una gran noche acompañado, como de costumbre, por ligues pasajeros. De repente, una chica se presenta preguntando por él con un bebé en brazos. Él no lo sabe, pero al día siguiente, Marina Seresesky le habrá convertido en padre soltero y primerizo en una ciudad muy fría. Y sin instrucciones.

Ocho años después de La Puerta abierta, la directora argentina vuelve a abordar el tema de la familia en Sin instrucciones, de la mano de La Pepa Films y Basque Films. La comedia dramática cuenta con Paco León (Leo), Maia Zaitegi (hija) y Silvia Alonso (madre) como actores principales, y está basada en la película mejicana No se aceptan devoluciones (Eugenio Derbez, 2013). En esta ocasión, Seresesky se dedica exclusivamente a la dirección, dejando el guion a manos de Marta Sánchez e Irene Niubo.

El buen gusto por los actores principales sigue estando asegurado, y se palpa en los primeros minutos de la película, cuando un Paco León enérgico y divertido presenta su caótica pero placentera vida. Él mismo hace avanzar todo lo demás, compensando la simpleza de una trama que pretende ponernos nostálgicos, pero sin ofrecernos nada nuevo para conseguirlo.

En el momento en que Alba aparece, Leo se enfrenta a la necesidad de un cambio de estilo de vida radical. La crianza es un reto que se plantea al principio, y que podría haber aportado muchos puntos de comedia y profundidad a la historia, pero por alguna razón el guion pasa de puntillas por esta parte para ir a regodearse en las desgracias del desdichado padre del futuro.  En pocos minutos, un picaflor de playa se ha transformado en el mejor padre del mundo. Ahora podrá sufrir.

Sin instrucciones, vía IMDb

El espectador debe hacer un acto de fe para creer una transformación que no tiene nada de orgánica. En Sin instrucciones se pierde la sutileza que respiramos en otras películas estrenadas este año, y que tan sencillo hacen adentrarse en la historia, siendo un muy buen ejemplo Casa en Llamas (Dani de la Orden) o Los pequeños amores (Celia Rico). En un momento en el que nuestro cine se expande hacia argumentos emocionalmente más ricos y complejos, los superhéroes y mártires injustificados quedan algo obsoletos. Queremos personas imperfectas haciendo lo que pueden por sobrellevar la situación.

A pesar de todo, la directora consigue crear una atmósfera acogedora. Los espacios elegidos suman a la narrativa interior de los personajes, y los detalles de cada escena dan puntos a la cotidianidad descrita. A todo ello se suma la luz del personaje de Alba, una niña que vive en un mundo de fantasía creado por su padre, del que, resignadamente, nadie se atreve a sacarla. La música acompaña, y hace que lo visual y lo sonoro encuentren un equilibrio confortable.

«Ir a emocionarse al cine me parece una de las cosas más bonitas que existen» afirma la directora. Y las desgracias y la nostalgia pueden ser un medio para ello, pero el espectador del cine de hoy necesita algo más. Es evidente que echamos de menos a Seresesky en el guion en Sin instrucciones. ¿Dónde está la dosis de realidad que nos conmovía hace unos años con Carmen Machi? Sabemos que hay identidad en la cineasta, voz propia, como ya demostró en Empieza el Baile o La puerta abierta. Esperamos su próximo estreno con la esperanza de oírla a ella.

Lo mejor: la actuación de Paco León Lo peor: la simpleza del guion
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