Ha sido una noche intensa para Pilar Palomero y el equipo de La maternal. Anoche se presentó en la Sección Oficial del Festival de San Sebastián y su éxito fue abrumador. Acuden a la entrevista con esa resaca emocional sabiendo que las voces hablan de que aparecerán en la lista de premiados del sábado.
La maternal es de esas películas por las que merece la pena amar el cine. De esas películas puras, verdaderas y emocionantes que te atrapan con un golpe de realidad y te dejan frágil. Pero también es el cine que descubre nuevos talentos y sorprende.
Entre lo contemplativo y lo narrativo, La maternal retrata la historia de un chica de 14 años que ha de hacer frente a un embarazo prematuro. Rodado desde el estilo documental que le caracteriza, Pilar Palomero descubre y presenta a la pequeña actriz Carla Quílez, de tan solo 15 años. Acompañada por la experimentada Ángela Cervantes (Chavalas) junto a un reparto repleto de chicas que fueron madre en la adolescencia. Esto es lo que nos han contado.
Las niñas y ahora La maternal, vuelves a la adolescencia pero desde un punto de vista distinto.
PILAR PALOMERO: En este caso ha sido un poco coincidencia. Las niñas si fue una decisión premeditada porque partió de mis recuerdos y vivencias. Mi intención fue reflejar como había sido la pubertad que conocía. En La maternal ya venía implícito esa adolescencia en las chicas que experimentan una maternidad joven.
Sigues con tu equilibrio entre la ficción y el documental, ¿en qué punto decides incluir estos personajes reales y no actores que teatralicen la ficción?
PP: Primero hice una labor de documentación. Mientras escribía el guion me entrevisté con muchas chicas que habían sido madre en la adolescencia. En cierto punto me di cuenta que las vivencias que me explicaban y sus formas de ser estaban muy impregnadas en la historia, así que ya no me imaginaba otras personas. Rodando volvieron a vivir su paso por el centro para madres menores llamado ‘La Maternal’ y tuvieron que recrear lo que les había sucedido. Ahora están en otro punto de sus vidas y su trabajo en la película no les fue fácil.
Una actriz consagrada, una pequeña actriz novel y actores naturales…
CARLA QUÍLEZ: Yo nunca llegué a leer el guion. Trabajamos mucho sobre la base de la improvisación con todo muy marcado. Las secuencias las mejorábamos en el momento de rodar y eso fue gracias a lo fácil que fue trabajar con todo el equipo.
ÁNGELA CERVANTES: Todo empezó cuando nos fuimos a una casa perdida semanas antes de rodar. Allí trabajamos con Pilar la relación que tenía el personaje de Carla y el mío. Me abrumé porque trabajábamos en una realidad muy distinta a la que yo estaba acostumbrada, pero con la improvisación llegamos a encontrar los personajes y la relación entre ambos. También fue un impulso el conocer a las chicas cada una con su historia real.
Escuchándoos se afirma que hay una nueva ola de cine español que huye del convencionalismo conocido, ¿el poso de estudiar cine con Béla Tarr?
PP: Estudiar con Béla Tarr me cambió la vida desde luego. Allí fueron cuatro años de pura experimentación cinematográfica con la idea machacona de dar mucha importancia al casting. Él siempre decía que hasta que no tengas un rostro no tienes una película y tenía tres pilares básicos: el casting, la historia (que no el guion) y las localizaciones. Esas enseñanzas se me quedaron grabadas a fuego. Y ahí fue cuando comencé a trabajar con personas no actores para conseguir algo que estuviera vivo en ese momento. Hasta entonces siempre lo he usado y en La maternal hemos trabajado escenas muy guionizadas en ese estilo más libre.
La maternal se estrenará en cines el próximo 18 de noviembre.