‘Matria’, esperanza por la huida

Título original: Matria

Año: 2023

Duración: 99 min

País: España

Dirección: Álvaro Gago Díaz

Guion: Álvaro Gago Díaz

Música: Patricia Cadaveira, Marcel Pascual

Fotografía: Lucía C. Pan

Reparto: María Vázquez, Santi Prego, Soraya Luaces, Tatán, Susana Sampedro, Francisca Iglesias Bouzón, Sergio Baleirón

Género: drama

Ficha completa en Filmaffinity

Vivir como María Vázquez lo hace en su última película no es fácil. Ramona, mujer menuda y nerviosa, es limpiadora de una empresa por las mañanas, recolectora de mejillones cuando puede, esposa de un marido alcohólico (Santi Prego) que no la valora y madre de una adolescente (Soraya Luaces) destinada a un futuro como el suyo.

Angustia, ansiedad y desesperación impregnan el primer largometraje de Álvaro Gago, que decide desarrollar Matria a partir del corto de nombre homónimo que le valió una nominación a los Goya en 2019. El director vuelve a narrar una historia conocida de primera mano: «Y fue allí cuando empecé a intimar más con ella porque entró en mi casa como un rayo y a mi abuelo en particular lo insufló de vida» cuenta de Francisca, mujer que inspira el personaje principal y que trabajó al cuidado de su abuelo.

Ramona nos conmueve desde el primer momento, en parte por la extraordinaria y especial construcción del personaje, en la que la propia Francisca intervino de buena gana, y en parte porque encarna a un prototipo de mujer conocido por todos: aquella de mirada cansada, que sufre en silencio, pero de energía y voluntad inagotable.

Podemos afirmar que estas mujeres son mujeres encantadoras. Así nos lo hace saber la cámara, que recorre con mimo cada uno de sus escasos momentos de intimidad de Ramona: cuando se recoge el pelo frente al espejo, cuando elige sus blusas de flores o cuando hace sonar su canción favorita en el coche mientras mira el mar. Vestuario y banda sonora son los elementos que acompañan en los momentos de calma de la película, y que equilibran el frenético ritmo y los gritos agresivos de la protagonista, que en muchas ocasiones se muestra embrutecida y ansiosa. Los brillantes contrastes narrativos ofrecidos son posibles gracias al ambivalente trabajo técnico que se ofrece por parte del equipo de Matria: cámara dinámica y saltona con planos reposados, una luz regulada en función del estado emocional de Ramona y un ritmo de tensión creciente frenado por hermosísimos momentos de tranquilidad.

MATRIA
Fotograma de ‘Matria’ (Foto: Avalon)

 

El director consigue evocar sensaciones incómodas que el espectador tolera con dificultad, algo similar a lo ocurrido con otras películas excepcionales, como El reino. Sorogoyen y Gago podrían empezar a tener algo más en común, y es que Matria huele, como mínimo, a una nueva nominación a los premios de la Academia de Cine. Tras su paso por el Festival de Berlín, se contonea por las pantallas del Festival de Málaga, al nivel de otras dos óperas primas que tampoco dejan indiferente: 20.000 especies de abejas de Estíbaliz Urresola, y Sica, de Carla Subirana. Este año, los dramas sociales vuelven a ganar la partida, y lo hacen desde grises costas norteñas.

Tal vez la esencia de todos ellos sea similar: contar sin tapujos el secreto a voces con el que durante mucho tiempo hemos vivido en esta sociedad. Matria es la historia de nuestras madres, abuelas y vecinas. Mujeres fuertes a las que se les va la vida acarreando la piedra que han concebido, como Sísifo en el mito, que mantienen la compostura con los huesos quebrados y que ya no distinguen entre felicidad y amargura, tranquilidad o cansancio, vida y trabajo. Esta película narra su historia, pero también su futuro. Para que dejen caer su piedra, para que abandonen su monte y, sobretodo, para que cuando paren a coger aire, cojan también algo de esperanza.

Lo mejor: la interpretación de María Vázquez.

Lo peor: los giros de guion no hacen justicia a la tensión narrativa creciente.

Nota: 8/10