Título original: Night Swim
Año: 2024
Duración: 98 min.
País: Estados Unidos
Director: Bryce McGuire
Guion: Bryce McGuire. Historia: Rod Blackhurst, Bryce McGuire
Fotografía: Charlie Sarroff
Música: Mark Korven
Montaje: Jeff McEvoy
Reparto: Wyatt Russell, Kerry Condon, Amélie Hoeferle, Gavin Warren, Jodi Long, Nancy Lenehan, Eddie Martinez, Elijah J. Roberts
Compañías: Atomic Monster, Blumhouse Productions, Witchcraft Motion Picture Company, Universal Pictures. Distribuidora: Universal Pictures España
Género: Terror
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En 2013 se hizo viral en YouTube un cortometraje de tres minutos titulado Lights Out. Tres minutos fueron los suficientes para conseguir que un susto se convirtiera, paradójicamente tres años después, en un fallido largometraje (bautizado en España como Nunca apagues la luz). Muchos títulos de terror siguieron la misma estela y este año Blumhouse, una de las mejores productoras del género, ha elegido los cuatro minutos de La piscina como idea para su nuevo estreno dirigido por el debutante Bryce McGuire. Si algo nos ha dejado claro el cine de Serie B es que de cualquier elemento se puede crear un relato sobrenatural donde cabe destacar por encima la de todo la maravillosamente infame Killer Sofa (2019).
Esta piscina maldita, poseída o endemoniada, tampoco importa mucho el motivo, sirve como pretexto para presentar a una familia estadounidense que aúna en sus personajes tópicos propios de un panfleto de barrio residencial normativo. Tenemos al mítico padre exjugador de béisbol (con una enfermad clave en uno de los giros argumentales) que se dirige a su pusilánime e inteligente hijo con el mítico argot machito en frases del estilo «¿Qué pasa colega, echamos una partidita?», a una madre que nunca llega a estar cómoda con el cambio de casa pero que decide silenciarlo por el bien de la familia, y a una adolescente que «pasa de todo» y que nunca llega a ser más que le vehículo perfecto hacia el final de la trama. Los cuatro prototipos del clan comenzaran a experimentar los problemas del primer mundo en cada remojo de una piscina que, ya desde un principio, no invita a entrar .
Aunque lo anterior no suele ser un problema a la hora de hallar un buen rato de entretenimiento (siempre gracias a un metraje no demasiado extenso), sí lo es el tono en el que está construido el film. Tomarse demasiado en serio un guion que va de más a menos es uno de sus mayores errores. La solución no está en que McGuire recurriese a la sátira, pero sí en tomar un camino directo al absurdo más bizarro. Pero pese a esta débil base, La piscina también nos ofrece lo mejor gracias a una factura técnica impecable y a unas interpretaciones sorprendentemente convincentes. Y es en el nudo de la narrativa cuando el terror logra no caer en el suspenso y alcanza cuotas de interés que tristemente terminan por hundirse en un final que quiere beber sin atragantarse de El Resplandor (1980).
Y sí, hay momentos de tensión bastante buenos, especialmente cuando se aleja del susto efectista. Porque hay dos escenas han de ser mencionadas por buena calidad; el manejo del tempo en un prólogo bastante clava-butacas y en la escalofriante situación vivida por la adolescente que «pasa de todo» junto a su rollete (como no, campeón de natación) jugando a Marco Polo.
La piscina aprueba (por los pelos de Rebecca) gracias a sus buenas intenciones, obviando que en general termina siendo una práctica de apnea que casi no necesita de Salbutamol. Y no puede haber un punto final sin antes elogiar a Stiff Sullivan, creador de buen contenido en redes sociales que ha sido parte de la promoción del film en España. @Stiffsullivan consigue, por increíble que parezca, excelentes cuotas de horror y creatividad en tan solo un minuto con pocos recursos pero con gran creatividad. ¿Cómo sería La piscina dirigida por él? No hay duda, mucho mejor. Ahí tenemos una de las mejores promesas del cine de terror.