Título original: Orphan: First Kill
Año: 2022
País: Estados Unidos
Dirección: William Brent Bell
Guion: David Coggeshall
Fotografía: Karim Hussain
Reparto: Isabelle Fuhrman, Julia Stiles, Rossif Sutherland, Hiro Kanagawa, Stephanie Sy, Jade Michael, Andrea del Campo, Lauren Cochrane, Erik Athavale,
Productora: Dark Castle Entertainment, Entertainment One, Eagle Vision
Género: Terror. Thriller. Drama. Intriga
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No soy en absoluto un fan de La huérfana (2009). Creo que la cinta de Jaume Collet-Serra se esfuerza demasiado en ser algo que no es. En un momento donde figuras como James Wan o Andy Muschietti empiezaban a amenazar con cambiar por completo el paradigma del cine de terror mainstream estadounidense, el cineasta catalán decidió apoyar su relato en el falso jumpscare y el peso de un trauma familiar no resuelto, dejando de lado las piezas realmente carismáticas que su obra dejaba entrever. Si La huérfana: Primer asesinato es una propuesta que funciona, y que sin duda supera a su predecesora, es porque sabe detectar esos elementos que la historia de Collet-Serra no supo (o no se atrevió) a explorar.
La precuela de La huérfana tiene todo lo necesario para convertirse en una de esas rarezas que los fans del terror reivindicarán pasados unos años. William Brent Bell coreografía, en un ejercicio de dirección sorprendentemente inspirado, un origin story de Esther tan despiadado como divertido. La cinta deja de lado el terror del sobresalto y el drama familiar con tal de priorizar lo adrenalínico y dinámico, presentando así un slasher cruel y oscuro que sabe cuando recurrir al humor negro. A medio camino entre el Get Out de Jordan Peele y el nuevo Scream de Matt Bettinelli-Olpin y Tyler Gillett, La huérfana: Primer asesinato es un regalo para aquellos que veían en el carisma de Esther una posible sustituta para Michael Mayers.
El guión de David Coggeshall sabe leer los errores de su predecesora y no tiene miedo a hiperbolizarse, a convertirse en una especie de fanfic centrado en lo que tuvo que ser (y no fue) el centro de la película de Collet-Serra: Esther. Esta precuela estira al máximo las posibilidades del personaje de Isabelle Fuhrman (que está, al igual que en la primera, maravillosa), presentando una faceta mucho más sanguinaria y desalmada de la huérfana al mismo que la humaniza e incluso vulnerabiliza. Coggeshall tiene el cielo ganado, pues consigue no sólo colocar a Esther entre los iconos indiscutibles del terror moderno, sino también regalarnos a una protagonista tan llena de matices como entregada al espectáculo (va a haber fancams de la huérfana, tiempo al tiempo…).
Creo que La huérfana: Primer asesinato tiene su hueco reservado en uno de los mejores años para el slasher de la última década. La propuesta de William Brent Bell puede no llegar al nivel de X de Ti West, pero sin duda puede defenderse como algo más que un simple complemento a la película original. Es cierto que le pondría poner bastantes peros a un montaje exageradamente brusco, que a ratos parece no empatizar con la dirección estilizada del cineasta estadounidense. También es cierto que quien se empeñe en buscar agujeros de guion no tardará más de 15 minutos en encontrarlos (los tests de ADN no existen en esta película). Pero que todo esto quede eclipsado por una historia de terror tan dispuesta a ser fiel al material original como a entregarse al puro divertimento es una buena señal. Y sí, también tenemos plot twists en esta. ¿Qué más queremos?
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Lo mejor: La consolidación del personaje de Isabelle Fuhrman como icono del terror contemporáneo
Lo peor: Que dirección y montaje no estén de acuerdo en cómo contar esta historia
Nota: 7,5/10