Jessica Jones, creada por Melissa Rosenberg, fue una serie estrenada en 2015 para la plataforma Netflix. En el año 2019, dieron cierre a la serie tras tres temporadas y 39 episodios. Actualmente corren rumores de que, con la llegada de Disney + y su relación con Marvel, se retome tanto Jessica Jones como sus series compañeras (Daredevil, Luke Cage, Iron Fist, Defenders… Siendo la más plausible la primera).
¿De qué va Jessica Jones? Muchos de los que habéis pinchado en este artículo, lo sabréis perfectamente porque la habéis visto. Pero, nunca viene mal hacer un pequeño repaso y así, se les va abriendo boca a los que no la hayan visto.
Jessica Jones (Krysten Ritter), es una detective privada cuyos medios para solventar sus casos son poco ortodoxos, que suelen tirar por la violencia. Y es que, durante su adolescencia comenzó a desarrollar una habilidad especial, lo que se conoce como un superpoder, vamos. La habilidad en cuestión es: super fuerza. Dicen las leyendas, que su fuerza es tan increíble que más de una vez, ha «volado”, eso o, mejor dicho, ha saltado con mucha potencia.
Una vez introducido el personaje de Jessica, vamos a hablar de su mochila emocional, que está totalmente ligada a toda esta historia de los poderes. Jessica desarrolla esta habilidad poco después de quedarse huérfana y ser acogida por la familia de Triss (Rachael Taylor), su mejor amiga, hermana adoptiva y actriz/presentadora famosa de la tele. Todo este conflicto a una edad tan temprana, hizo que Jessica prácticamente no pudiese involucrarse emocionalmente con nadie, a excepción de Triss y poco más. Así que, cuanto más mayor se ha ido haciendo, más huraña se ha ido convirtiendo.
Esta evolución emocional tan negativa, ha hecho que vea a sus poderes casi como un estigma, queriéndose desligar de ello todo lo posible. Véase por ejemplo cómo, desde los inicios de la serie, ella reniega de la palabra «heroína», no quiere ser calificada como tal. Afortunadamente, poco a poco irá superando esta barrera y sintiéndose orgullosa de usar sus poderes para el bien.
Si sumamos todos esos traumas, focalizados en una personalidad un poco borde, junto con el súper poder de la fuerza, acabamos teniendo una combinación explosiva cargada de badass de manual. ¿y sabéis que rasgo de manual es el que suele venir a la mente? El de la anti-feminidad. Jessica es la representación de lo que audiovisualmente se conoce como la mujer tomboy, esa mujer que adopta el concepto de «masculino» y lo lleva a su terreno.
Personalmente, aunque hay que mencionar este caso, el concepto de tomboy o mujer poco femenina, está desfasado, ya que es mega machista y va asociado al concepto patriarcal de cómo no debe ser una mujer, ya que en la propia palabra se indica la expresión boy, con pinceladas despectivas. Ahora bien, la autora aprovecha ese concepto generalizado y “negativizado”, trayéndolo a su terreno. Todos los personajes femeninos son verdaderos y únicos, todas tienen conflictos reales más allá de los súper poderes y el hecho de que rompan con la «feminidad», es de forma positiva. Es un grito hacia la libertad de la mujer a ser como quiere ser y a no ser coaccionada por la sociedad patriarcal.
Triss, por ejemplo, es un personaje que evoluciona así. Ha sido educada en las doctrinas de la feminidad, de ser atractiva y entrar en el mundo de los hombres (la televisión) y es ella misma, la que a través de su evolución quien se da cuenta de eso es un personaje, una fachada y no es ella. Lo que es ella en realidad es una luchadora.
Volviendo a nuestra querida Jessica Jones, se han mencionado los resquicios emocionales de por qué termina siendo muy fría, y es normal con todo lo que ha tenido que pasar. De hecho muchas de las mujeres de nuestra sociedad han pasado por eso mismo, ya que su relación con Kilgrave (David Tennant), más allá de los poderes del uno y de la otra, lo que representa es una relación de poder por parte del hombre que ejerce sobre la mujer.
El poder de Kilgrave es el de controlar las mentes de las personas a través de su voz. Es cierto, que con un poder así es difícil no verse sometido a una relación abusiva. Ahora bien, quitémosle esa capacidad, tal vez Jessica por su personalidad no habría caído en sus garras, ¿pero quién no lo iba a hacer con un hombre tan atractivo como es él y lo protector que se ve al principio?
Toda esta relación, es una clara reflexión del comportamiento masculino dentro de una relación tóxica de maltrato. Una vez tiene en sus garras a la mujer tras utilizar esos encantos, es el momento de llegar a la manipulación mental, de usar las palabras de ella en su contra y aprovechar las inseguridades de esta para salirse con la suya. Que sí, que aquí se aprovechan los poder y se llega a extremos muy violentos, pero en su esencia, es eso.
Jessica, a través del alcohol y actitud fría, intenta ignorar el trauma que le ha dejado Kilgrave. Y no es, hasta que aparece el caso de Hope (Erin Moriarty), que no empieza a tomar medidas.
Hope ha caído en la seducción de Kilgrave, está haciendo lo mismo que hizo con Jessica y todo, para vengarse de ella. Es ahí cuando una sabe, que si no se le para los pies al maltratador, va a seguir haciéndolo hasta el fin de los tiempos, siguiendo un mismo patrón.
Afortunadamente para nuestra protagonista, consiguió liberarse de las ataduras de la manipulación. Todo esto, le costó trabajo y grandes traumas, sí, pero es una valiosa forma de demostrar a las espectadoras que han pasado por algo similar, que se puede salir de ahí si te enfrentas y denuncias a tu maltratador.
Aun así, superar el trauma, no es un camino de rosas. Este tipo de relaciones abusivas, te deja secuelas emocionales para toda la vida. Es como le ocurre a Jessica, que tras lo sucedido con Kilgrave, no es capaz de implicarse emocionalmente con nadie. Toda relación romántico-afectiva que tiene, acaba yendo al traste. No es capaz de gestionar sus relaciones y finalmente acaba tirando por la vía de lo físico, teniendo rollos de una noche.
Y aunque parezca desmotivante todo lo que hay que enfrentarse a posteriori, siempre es mejor que quedarse en la relación tóxica. Al igual que Jessica ha podido sanar a lo largo de la serie, la espectadora también. Con esta historia se demuestra que está sola y que hay otras que han pasado por lo mismo.
Personalmente, a día de hoy, sigo valorando muy positivamente esta serie. Cierto es que ha tenido sus momentos flojos, tramas un tanto aburridas… Pero no me ha importado, porque luego he visto ese mensaje tan potente y tan alentador que se presenta, que solo deseo que haya más.
Y ya como opinión personal, creo que Jessica Jones ha sido un precedente dentro del contenido de súper héroes. Por fin se han atrevido a darle más voz a las mujeres. Con una historia de mayor profundidad, donde la chica, no es solo ser el interés romántico del cachas con poderes de turno.
Para finalizar, solo queda decir que espero que los rumores que rulan por las redes sean ciertos, y que Marvel y Disney+ traigan de regreso a tan icónico personaje.