Entrevista a Virginia Yagüe: «Hay que garantizar que las mujeres profesionales se sientan seguras y capaces»

Seguramente, en más de una ocasión hemos pronunciado sus diálogos, agitado con sus acciones, hemos disfrutado de una tarde de series o una noche de película. Y sin saberlo estábamos con ella, con su conocimiento, innovación y valores.

Virginia Yagüe Romo, ante todo, escritora.

Una escritora “que trabaja en un sector muy particular que tiene un procedimiento muy reglado como es el guion”. Ha firmado cientos de guiones de series, escrito largometrajes y libros. Afirma que vive para “contar relatos, trabajarlos y conmover con ellos”.

Cuando era pequeña veía Ulises 31 y poco a poco el relato mitológico fue haciendo mella. Una lectora audaz que empezó a desarrollar su propia voz leyendo a los grandes clásicos. En su primera juventud hubo un relato iniciático femenino que lo cambió todo. Hablamos de Nada de Carmen Laforet, una novela que como dice Virginia “fue muy reveladora, me sentía relajada y cómoda, fue un placer y muy importante

Estudió Imagen y Sonido en Ciencias de la Imagen. Consiguió una beca para estudiar en la ECAM y otra para estudiar cine en Cuba. Finalmente decidió quedarse en la capital. Tras dos años en la Escuela de Cine de Madrid escribió un largometraje para la práctica final. Su profesor se lo envió a Pedro Costa, productor de muchos de los films de Vicente Aranda. Virginia creía que estaba interesado en el guion, pero “lo que a él le interesaba era cómo estaba escrito”.

Mientras comenzaba a hacer su primera incursión en el mundo del cine, se incorporaba al equipo de guionistas de una serie para televisión.

Desde entonces no ha parado de trabajar, los guiones de La Señora Amar en Tiempos Revueltos llevan su nombre entre otros muchos proyectos. Se ha inspirado en las grandes pioneras del sector como Pilar Miró, Josefina Molina, Cecilia Bartolomé, mujeres que “han trabajado para conseguir avances y enfrentar sus miedos a unas circunstancias que muchas veces eran adversas” Ahora ella, sin saberlo, se ha convertido en una referente para las generaciones que vienen.

Virginia desarrolla una gran labor en el campo asociativo y trabaja activamente por los derechos de las mujeres en la industria audiovisual. Ha sido presidenta y vicepresidenta de CIMA y DAMA, ahora es vocal en la junta directiva de CIMA y en la Academia de Cine en la especialidad de Guion, ha creado la diplomatura de Guion en el Instituto de Madrid y también trabaja como productora ejecutiva en el departamento de ficción de Shine Iberia.

Ahora mismo se encuentra inmersa en cinco proyectos. Uno de los más ambiciosos y de perfil internacional es sobre Elena Arnedo, una de las pioneras de los centros de planificación familiar en España, además de todo ello, sigue trabajando en Amar es para siempre.

No le falta trabajo, habla con dulzura, rapidez y certeza, afirma “no tengo demasiado tiempo para la escritura narrativa clásica, pero lo encontraré”.

Mientras tanto, desde 35 Milímetros hablamos con ella de mujeres, derechos y futuro.

Entrevista Virginia Yagüe
Virginia Yagüe Romo

Pregunta: Si nos fijamos en las aulas de las universidades y de las escuelas de cine, la mayoría del alumnado está compuesto por mujeres y al frente de los grandes proyectos y productoras están los hombres. ¿Qué podemos hacer nosotras y los compañeros de la industria?

Respuesta: Sobre todo, y en primer término, tomar consciencia. Esto supone un desequilibrio estructural y una falta de posibilidades que dentro de un planteamiento de libertad y riqueza no nos podemos permitir. Digo esto porque durante mucho tiempo se ha negado la mayor, es decir, se ha negado  sistemáticamente el dato. En CIMA en lo primero que se colocó el foco fue en analizar los datos reales de presencia de mujeres dentro de nuestra industria y como eso condicionaba también los contenidos, ya que la mujer no aparecía representada y si aparecía era estereotipada desde un punto de vista masculino, lo que no deja de ser bastante perverso. No es que se evada el papel de las mujeres, sino que se traslada a la mujer con una visión restrictiva, tópica, apelando al cliché. Entonces, primero tomar consciencia. Después, desde el movimiento asociativo y desde nuestra capacidad de unión generar una responsabilidad. En primer término, oficial para cambiar esto que se articulen las medidas y las demandas necesarias para cambiar la situación, y después hacer un trabajo didáctico, es decir, tiene que ver en muy primer plano con que los compañeros tomen consciencia de que durante mucho tiempo han vivido con unos privilegios en detrimento de las posibilidades que tenían o no las mujeres. Hay una resistencia para analizarlo de forma crítica por parte de alguno de ellos, pero yo creo que es inapelable. Hay que hacer medidas para que estas medidas calen y a través de este calado conseguir movilizar la sociedad y que se produzca el cambio necesario.

P: Además de la segregación vertical que hemos visto que se produce… Dentro de un proceso de producción de una obra audiovisual intervienen muchos equipos, algunos completamente masculinizados y otros feminizados, ¿Cómo podemos luchar contra esto?

R: Cuando desde CIMA hacemos los estudios anuales de presencia de la mujer sí veíamos especialidades muy feminizadas como vestuario y maquillaje y otras completamente masculinizadas hasta datos casi sonrojantes. Esto se consigue parar con medidas de corrección y que vengan del lado oficial. Nosotras impulsamos un sistema de puntuación, una medida activa en las ayudas generales que nos otorga el ICAA para apoyar especialmente a las especialidades que menos representación tienen. Gracias a esto, este año ha sido histórico en los premios Goya, había casi un 37% de mujeres que podían optar a un premio y por primera vez en la historia de los premios, la dirección de fotografía lo ha ganado una mujer. Otras dos mujeres se han llevado el Goya a mejor composición musical. Nos parece un gran avance que tiene que ver con esto, con medidas activas para corregir estas situaciones de desequilibrio que no se corresponden con la formación de las mujeres a nivel profesional.

Lo que nos interesa desde CIMA es estudiar y ver que ocurre realmente con las trayectorias de las mujeres y porque en un momento dado no dan el salto a jefaturas de equipo, por qué no acceden a puestos quizás más demandantes. Hay varios caminos para ver por donde se produce el desequilibrio. Las medidas hay que aplicarlas en muchos ámbitos y hay que garantizar que las mujeres profesionales se sientan seguras, capaces y puedan conciliar sus vidas personales con lo profesional.

Entrevista Virginia Yagüe
Elena Arnedo, mujer pionera y protagonista del nuevo trabajo de Virgina Yagüe.

P: Entonces…¿Hay una relación directa entre el hecho de que una mujer quiera ser madre, lo realice o exprese su deseo y una incapacidad externa para seguir trabajando en el audiovisual?

R: No debería ocurrir y creo que ocurre. Ocurre por como está diseñada la estructura. Al final  determinados puestos son muy demandantes de energía, tiempo o recursos, esto entra en un conflicto y en una colisión directa si tú te tienes que encargar de una familia, de un niño muy pequeño y estos cuidados no están compartidos. Creo que ocurre y que establecer cualquier medida de conciliación para garantizar que las mujeres entren en determinadas esferas es necesario porque es una realidad, no creo que sea imposible. Lo que hay que hacer es trabajar duramente en la reclamación y en la persecución de ese objetivo y que cualquier tipo de ayuda esté encaminada a garantizar que las mujeres que quieren ser madres puedan seguir trabajando al nivel competencial que sus capacidades marquen.

P: Si comparamos los datos de ficción y documental enseguida reparamos en que en este último hay más mujeres que hombres, ¿a qué se debe esto?

R: Generalmente el presupuesto del documental es menor, los equipos son menores y están centralizados. Esto no es una cualificación del documental, a mí me parecen películas iguales que los largometrajes de ficción a nivel de importancia y relevancia. Pero, sí que es verdad que la fórmula para producirlos y para realizarlos son distintos. Esto hace que para las mujeres sea más fácil generar un equipo controlado con un presupuesto menor. En el informe es muy relevante ver como en los largometrajes de ficción generalmente las mujeres cuentan con menos de la mitad del presupuesto que los hombres. Allí hay cierta descompensación, hay formatos que son más asequibles para la mujer porque la dotación a nivel presupuestaria es menor. Sin embargo, cuando vamos a otros proyectos donde el presupuesto es muy alto empiezan a desaparecer las mujeres.

Hay dos cosas que me gustaría matizar. Yo estoy totalmente en contra del término “Cine de mujeres” porque creo que las mujeres pueden hacer exactamente el cine que quieran hacer y sería lo deseable. Sin embargo, la persona que confía y coloca una dotación presupuestaria no está asentada y no se produce. Ocurre que las mujeres tienen menos de la mitad de ese presupuesto de media. Por tanto, las historias que pueden abordar son muy limitadas. No es que las mujeres quieran hacer un cine intimista porque tengan esa necesidad, sino porque no se coloca una confianza en ellas para hacer un gran cine de acción o de género. Con lo cual esto es un nuevo sesgo para nosotras.

Por otro lado, hay películas tan malas de hombres como de mujeres, cuando el 99% de películas estaban firmadas por un hombre y objetivamente alguna era de mala calidad nadie decía que era mala por que la hubiera hecho un hombre, solo se decía «es una mala peli». Hay una desproporción notoria entre los hombres y mujeres para hacer películas. No depende la calidad de si la haga un hombre o una mujer, solo cuando hayamos estabilizado estas cifras, podremos meter la variable del talento.

Entrevista Virginia Yagüe
Josefina Molina, directora, guionista, novelista y gran referente de Virginia.

P: La mayoría de tus protagonistas son mujeres, ¿cómo debemos  crear personajes femeninos sin que el peso principal sea el hecho de que sean mujeres, sino que son mujeres protagonistas al mando de la historia?

Lo que ocurre que muchos de los relatos que abordamos tienen un parámetro realista. En cualquier caso tenemos que empezar a buscar ya esa transcendencia, pensar que hay mujeres profesionales activas, que se mueven con una acción determinada y que lo que nos interesa es contar su conflicto matriz. De una mujer tú también puedes contar su conflicto moral o ético. Eso no significa que no pueda ser inmoral en algunos momentos. En lecturas desde un punto de vista analítico la penalización que sufren las mujeres cuando son anti heroínas es mucho mayor que la que recibe un personaje masculino porque el anti héroe sí está canónicamente enlazado desde el arquetipo, pero la anti heroína es rechazada por la lectura general. En ese sentido nos movemos en el desequilibrio y en el proceso de evolución. Lo deseable es que lleguemos a plantearnos historias desde la acción sin llegar a una connotación específica del sexo que tiene nuestro/a protagonista.

P: En cuanto al uso y visualización de la violencia machista en la pantalla ¿cómo se debería tratar? Directores como  Gaspar Noé que narran una violación con un plano subjetivo y a tiempo real, ¿se regodea, hace un espectáculo y perpetua la acción?

R: Sí, yo creo que sí. Hace espectáculo de la violencia contra la mujer. No solo hay un registro realista de ese hecho, hay un regodeo y una espectacularidad en esa acción violenta. El otro día lo hablaba con Isabel Coixet y creo que tiene mucha razón. Me decía «yo he rodado muchos partos y luego he visto muchos partos rodados por hombres y no consigo creerme ningún parto de los que veo porque hay una espectacularización, hay una forma de tratamiento que no es real, que no tiene que ver con el parto«. Esto quiere decir que, ¿estos temas tienen que ser grabados por una mujer bajo una óptica de perspectiva de género? Hay que trabajarlo, sí que creo que hay una tendencia a la espectacularización de determinados elementos que me parecen peligrosos. Violaciones, actos violentos contra las mujeres, encontrarte el cadáver de una mujer y regodearte en como está el cadáver, en los detalles, en que le han hecho, como está de desnuda, etc. No deja de buscar un foco de atención muy concreto. Creo que se adoptan de forma mecánica clichés establecidos y se asumen y esto deriva en estas posiciones. Sí que hay una responsabilidad de la zona de guion y creación de contenido respecto al qué se cuenta y cómo se cuenta. Pero, en última instancia quien decide cómo se cuenta es dirección, los directores y directoras y en ese sentido nuestro ejercicio audiovisual solo tiene sentido desde la forma. Como se trabaja la forma en como contamos que nivel de detalle estás alcanzando, donde estás subrayando me parece fundamental. No es un tema menor, es un tema sustancial dentro de nuestra profesión, creo que tiene que ver con plantearse la acción con unos clichés determinados. Como te contaron a ti que tenía que ser un parto, todo lo que nos ha constituido. Lógicamente un hombre no va a tener la experiencia en primer término, pero si la puede vivir y compartir más allá de lo que es el cliché.

P: En una situación como la actual en la que la persona se convierte en el usuario y puede seleccionar lo que ver y lo que no, ¿va a ser difícil educar e impregnar a la sociedad en valores feministas y mostrar historias distintas con perfiles de mujeres que todavía no se han mostrado?

R: Eso depende del criterio de la oferta. En como se ofrece una oferta que sea rica, diversa y plural. Creo en la capacidad que tienen o la oportunidad que brindan las plataformas para tú tener un acceso de calidad además a toda la oferta de productos y propuestas de ficción o no ficción que hay, hace que se garantice esa diversidad. Efectivamente, tiene que haber cierto control en el sentido de garantizar la diversidad. Entiendo también que desde una visión de la oferta a las plataformas no les interesa ofrecer solo una línea editorial determinada de los productos que coloca a disposición de los consumidores. Otra cosa que hay que analizar desde un punto de vista de producción y de mercado, la mujer es gran consumidora de ocio y de cultura. Entonces, por lógica le gustará encontrar proyectos y relatos donde se sienta identificada. Desde el mundo editorial hace años que se han dado cuenta y están trabajando en ello. ¿Significa que sean relatos más o menos feministas? Bueno, depende mucho del concepto de como los autores trabajan los proyectos y tiene que haber proyectos de todo tipo, no pueden ser solo desde la didáctica. Lo deseable es que estén, se puedan encontrar y sean accesibles, cosa que hasta ahora era muy complicado.

 En Privado

Un Libro: Nada de Carmen Laforet

Una película: Eva al desnudo

Un/a artista: Josefina Molina

Un postre: Torrijas

Una frase: Mantén el nivel de la dignidad por encima del nivel del miedo