Ayer, era conocido principalmente por su papel en la serie de televisión Aída (2005-2014). Hoy, se consolida como uno de los directores de cine más jóvenes y prometedores de los últimos años en nuestro país. Después de trabajar en varias producciones teatrales y dirigir un total de siete cortometrajes, Eduardo Casanova (Madrid, 1991) estrena esta semana en cines la que es su primera película, Pieles, una ‘ópera prima’ transgresora e impactante que no dejará a nadie que vea la cinta indiferente. Tras su paso por prestigiosos festivales de cine como la Berlinale o Málaga, recuperamos esta entrevista a Casanova en la que nos habla ampliamente sobre su primer largo, sobre lo que significa ser diferente en mundo superficial.
PREGUNTA: Has dicho que una de las inspiraciones de Pieles es la película Freaks (Tod Browning, 1932). ¿En qué otras películas te has inspirado para hacer esta película?
EDUARDO CASANOVA: Sí, bueno, Freaks o Happiness (Todd Solondz, 1998) son películas que pueden recordar a Pieles pero yo te digo una cosa, a mí me encanta el cine, tengo muchas referencias cinematográficas, pero la verdad es que aunque no lo creáis yo no uso el cine como referencia, sino como espectador. Mi referencia de verdad es la realidad: el Corte Inglés, El Rastro, las historias de los telediarios, los actos terroristas y cómo reacciona la gente, Charles Manson, el asesinato de los Kennedy… Para mí el comportamiento humano es lo que realmente me inspira a la hora de crear, lo otro me encanta pero me lo tomo más como una referencia como espectador y como fan del cine.
E: ¿Te sientes mejor como actor o como director de cine?
E.C: Me siento mejor como director de cine, pero eso no quiere decir que no pueda hacer las dos cosas. Pero me siento mejor dirigiendo.
E: ¿Y cómo guionista o como director?
E.C: Mira, escribir es un horror, escribir es complicadísimo. Pero yo creo que no me veo capaz de dirigir algo que no haya escrito ni por supuesto para escribir algo que vayan a dirigir otros. Para mi escribir y dirigir va junto. Es lo que quiero hacer como director, escribir y dirigir. Pero escribir es durísimo, durísimo, durísimo.
E: El personaje de Macarena Gómez es ciega en la película… ¿Quieres simbolizar con esto que a veces es mejor no ver la realidad que te rodea en vez de ser consciente de ella?
E.C: Hay un momento al principio de la película cuando el personaje de Antonio Durán le dice: “Hay cosas que es mejor no ver”. Eso es como una forma de decir: “Bueno, no tienes ojos, pro hay veces que es mejor no ver el mundo porque hay cosas que son complicadas de ver”. Pero ella desarrolla otras cosas con las que es capaz de entender al otro y de amar, y de odiar a otra persona. Quitarle los ojos a ese personaje tiene más que ver con dejarla sola que con que no vea cosas horribles, porque las cosas horribles no solo se perciben por la vista.
E: ¿Con qué inconvenientes te has visto durante el rodaje?
E.C: Bueno, rodar…Rodar es una guerra. Rodar es la guerra donde te encuentras cada día con vente mil cosas que te impiden rodar, el tiempo o cualquier otra cosa. Una de las cosas más complicadas han sido los protésicos. Para mí era muy importante que las prótesis fueran maquillajes, no efectos digitales, porque necesitaba verlo, necesitaba ver a esas personas diferentes y también quería que los actores se vieran diferentes y que eso influyera en su interpretación. El maquillaje en Madrid, con 40 grados, sin poder comer, sin poder ver, sin poder andar, pues era complicado. Por ejemplo, el personaje de Eloy Costa se tiró para la escena final durante ocho horas de pie con un pañal puesto donde meaba y cagaba porque no podía moverse. Esto es horrible pero al actor no le queda otra que entender lo que supone ser una sirena.
E: ¿Harías una segunda parte de Pieles? Porque algunos consideramos que es un tipo de cine necesario, pero que es complicado meter en un género cinematográfico.
E.C: Es difícil meter a Pieles en un género. Formalmente podría ser un melodrama, tiene tintes de terror, pero luego también tiene una cosa de cine social o incluso de fashion film o videoclip. Me encantaría escribir una segunda parte de hecho creo que sería muy interesante, me da que pensar en cómo sería la vida de una sirena o de una persona con un ano en la cara. Pero bueno si no hago una secuela siempre intentaré hablar de este tipo de cosas, de lo diferente.
E: ¿Con eso quieres decir que quieres hacer más proyectos relacionados con la realidad?
E.C: No es que quiera, pero yo creo que todos los que escribimos lo hacemos desde lo que nos obsesiona y a mí me obsesionan los outsiders, los que están fuera de lo común. Supongo que eso será así siempre, pero quien sabe, quizás mañana me empiezo a interesar por el País Vasco y Andalucía y hago Ocho apellidos vascos que está también muy bien. Pero de momento no.
E: Eres también el diseñador de producción, eso hace que exista una enorme coherencia entre los elementos estéticos, la narrativa y la interpretación. Te has convertido casi en un autor total, ¿no?
E.C: Realmente a mí me dan mucho pudor estas cosas del egocentrismo. Yo te juro que no es por eso, es porque verdaderamente no sé hacerlo de otra forma. Para mí lo que rodeaba a los personajes era un personaje más, era importantísimo que esos personajes llenos de horror por dentro y perturbados les rodease un entorno rosa, me parece mucho más interesante retratar el horror desde el color rosa que desde otro color. Entonces no me cabía en la cabeza otra forma de hacerlo que no fuese esa. También debo decir que aunque el diseño de producción lo firme yo, tenemos a la mejor directora de arte que es Idoia Esteban que ha conseguido entenderme y crear esos espacios que son muy complicados, porque son espacios únicos, que no existen en realidad.
E: ¿Qué diferencia hay entre los personajes cuyo color es el rosa y los que su color es el morado?
E.D: En realidad, en la película hay tres colores: el rosa, el lila y el marrón. El marrón está reducidísimo, y toda la película se convierte en rosa y lila. Pero si te das cuenta, por ejemplo, el personaje de Secun de la Rosa comienza en un entorno lila y el lleva la camiseta lila, cuando se va de su casa, de repente cambia al color rosa, debido al personaje de Candela Peña, pero cuando se da cuenta de que ese no es su lugar, y acaba estando con un personaje cuyo color es el lila. Mira en la película hay una cosa fundamental que es que todos los personajes están unidos, hay un ejercicio de guión hecho para que esto ocurra así. El mensaje que se quiere dejar con esto es el mismo que en la película de Freaks que es que las minorías se apoyan y se ayudan entre ellas. Y otro de los ejercicios de guión hechos es que al final todos los personajes acaban unidos o rechazados por el que ha sido su color durante toda la película.
E: ¿Cómo han accedido los diversos actores a su personaje? Porque por ejemplo, se ha comentado que Mikel Godoy fue contactado por Instagram.
E.D: Sí, Mikel fue por Instagram. Mikel es una gran referencia en mi vida, tanto laboral, como personal. Mikel es Pieles. Mikel ha pasado por lo que supone ser una persona físicamente diferente en Bilbao, lo cual es muy complicado. Pero ha sido muy fácil contactar con todos y todos han dicho que si a la primera. Lo primero porque considero que es un trabajo interesante a nivel actoral, todos los actores quieren ser otras personas, tanto a nivel interior como exterior. Y después porque me quieren mucho porque yo se lo he puesto un poco complicado, con tanto protésico y tanta cosa.
E: ¿Te has encontrado con algún problema a la hora de encontrar un productor para la película?
E.D: No, todo lo contrario. Yo hice Eat my shit, que se hizo viral fuera y dentro de España. Me empezaron a contactar para dirigir publicidad y me contactaron representantes de fuera. Yo ya tenía la historia pensada de la película y lo dije. Me mandó un mensaje Alex de la Iglesia que anteriormente se había leído otros guiones míos que no habían encajado en lo que él buscaba. Me mandó un mensaje y me dijo: “Vamos a hacer la película”. Así que ha sido muy fácil. Mira, todo el mundo que me conoce desde joven dice: “Hostia tu vida, trabajar desde tan joven, no tener vida social, ser diferente en el colegio y en el mundo interpretativo”. No estoy de acuerdo y está mal que lo diga, pero yo he tenido una vida envidiable, he hecho todo lo que he querido siempre, todos los momentos malos que he pasado me han enseñado muchísimo y solo he recibido “sís” y todos los “nos” que he recibido han sido “nos” maravillosos.
E: En la película tu intención es que nos pongamos en la piel de las personas que son físicamente diferentes, pero, por ejemplo, uno de los personajes es un pedófilo. ¿Pretendes también que nos pongamos en la piel de un pederasta?
E.C: Yo no pretendo nada, yo solo expongo, no tengo opinión sobre esa persona. Seguro que si me pongo a charlar contigo sobre que opino de ese personaje o sobre la pedofilia, también entraría en conflicto. No intento que entendamos al diferente, solo expongo personas que son diferentes objetivamente. Intentar entender como sientes ellos y a la vez hacer un experimento para ver cómo reacciona la gente ante ese tipo de cosas. Pero simplemente expongo, no intento nada.
E: ¿Qué te esperabas cuando fuiste al Festival de cine de Berlín y qué te encontraste cuando llegaste?
E.C: No me esperaba nada, porque yo nunca había ido a Berlín y me parece que es una sobrada. Imagínate. Solucioné los nervios tomándome un orfidal y una cerveza. Sientes que el trabajo hecho había merecido la pena, que para mí ya había merecido la pena. Yo creo que Pieles para mí es mi yo de ocho años en el colegio, en un mundo en el que el eres el diferente. La suerte es que ahora las cosas son mucho más tolerantes y Berlín es la prueba de ello.
E: ¿Te han cerrado alguna vez las puertas debido a tu juventud?
E.C: No, para nada, es más, me las han abierto. En la vida normal me han excluido, como a todos, pero yo no tengo esa sensación dentro de mí. No he vivido con eso nunca porque he tenido tanto apoyo por otro lado que no he podido quedarme con la parte mala.
E: ¿Crees que gran parte de tu éxito ahora es resultado de todo lo que has ido cosechando desde Aída hasta ahora?
E.C: Espero pensar que sí, me gusta pensar que sí que todo el dinero que he gastado en mis cortometrajes y el tiempo en toda la publicidad que he dirigido tiene que ver con un “club de fans” a los que le gusta lo que hago. Para mi mis cortometrajes son como mis hijitos y me he esforzado mucho en ellos y he intentado preparar a la gente para esta película.