Título original – Spaceman
Año – 2024
Duración – 106 minutos
País – Estados Unidos
Dirección – Johan Renck
Guion – Colby Day
Reparto – Adam Sandler, Carey Mulligan, Paul Dano, Isabella Rosellini, Kunal Nayyar
Música – Max Richter
Fotografía – Jakub Ihre
Productoras – Netflix, Tango Entertainment, Free Association, Stillking Films
Género – Ciencia ficción, drama
Ficha completa en FilmAffinity
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En Las vacaciones de Mr Bean (Bendelack, 2007), el mítico personaje de Rowan Atkinson gana una rifa en su iglesia y consigue un viaje a Cannes. A lo largo de la película, le van pasando sus típicas desventuras debido a su patosidad, lo que hace que cada vez se retrase más su llegada al sur de Francia. Al llegar allí, justamente se encuentra con el famoso Festival de Cine y Willem Dafoe, encarnando a un director de cine pedante, está estrenando su último largometraje. Vemos cómo él vive con mucha intensidad su obra llena de voces en off del protagonista, con reflexiones llenas de palabras rimbombantes y vacuas, mientras que todo el público se intenta acomodar en sus asientos para mitigar el aburrimiento. Podrían estar viendo perfectamente El astronauta, del director de Chernobyl (2019), Johan Renck.
En la nueva producción de Netflix, que llega directamente a la plataforma el 1 de marzo, Adam Sandler interpreta a Jakub Procházka (hay que estudiar seriamente que siempre el actor lleve en sus películas ropa over-sized), un astronauta checo que se dispone a ser el primer humano en llegar más allá de Saturno. En su viaje espacial, empezará a sentir la soledad atacando, lo que hace que empiece a cambiar su actitud con su mujer embarazada (Carey Mulligan). De repente, una especie de araña alienígena (a la que le da voz Paul Dano) se colará dentro de su nave y empezará a hacerle preguntas para ahondar más en su dolor psicológico.
A priori, podemos catalogarla como ese subgénero del universo sandleriano que son las películas serias. Aquí podríamos meter Diamantes en bruto (Safdie, 2019), por mencionar una reciente, o Spanglish (L. Brooks, 2004), más cercana en cuanto al mensaje que quiere transmitir.
El astronauta no es más que el viaje intimista que sufre un hombre debido a su soledad. Una exploración personal de sus problemas al relacionarse con las personas, debido a traumas de la infancia, que hace que siempre tienda a huir de cualquiera que le demuestre amor, en concreto, su mujer. Todo a través de conversaciones con su amiga araña-extraterrestre. O sea, una película para que el público más burgués y sofisticado de Cannes aplauda hasta con las orejas.
Ojo, que hay obras parecidas que se sitúan en el espacio para tejer una reflexión íntima y consiguen un buen resultado ,como Ad astra (Gray, 2019). Sin embargo, el problema de esta es que termina por ser redundante. En la primera media hora, ya sabes cuáles son los pensamientos íntimos de Jakub y en los 15 primeros minutos que aparece la araña, ya sabes el por qué y cómo debe solucionarlo. El resto no es más que la mera repetición de estos, lo que hace que resulte especialmente insoportable volver a escucharlos una y otra vez con las voces tibias de Sandler y Dano.
De hecho, es de traca que la resolución de la película sea igual a lo que ha pasado 20 minutos antes de esta y que una de las situaciones más filosóficas que se nos enseña, nos lleve al mismo punto en el que estábamos. ¿Para qué se hace entonces? ¿Solo para justificar que está en el espacio y plantarnos una escena al estilo biblioteca de Interstellar (Nolan, 2014)?
Spanglish, mencionada anteriormente, consigue plantear los problemas de pareja con mayor complejidad, pero de forma más asequible. Vale que no tiene una araña con voz de Paul Dano, pero tiene a nuestra Paz Vega, con acento mexicano, destapando una crisis del modelo de la familia americana con su amable forma de ser y su imponente sexualidad. A través de lo mundano, con el uso del melodrama al estilo Leo McCarey, Frank Capra o Douglas Sirk, sin necesidad de mandar a su personaje principal al espacio, retrata mejor la dificultad de las relaciones humanas que una película tan pretenciosa como El astronauta.
Volviendo al inicio, el sopor de los espectadores de la película de Willem Dafoe en Las vacaciones de Mr Bean se interrumpe cuando el inglés conecta su cámara de video, donde se empiezan a ver algunas imágenes de su divertido viaje. De hecho, al estar intercalado milagrosamente bien con las voces en off de la película que se estaba exhibiendo, se crea un bonito mensaje de amor y amistad.
A veces las imágenes grandilocuentes y los escenarios rebuscados, no son garantía de un mensaje humanista y complejo. De hecho, puede que solo enrede la trama. Para evitarlo, hay que tener mucho ingenio, como lo tienen James Gray y Christopher Nolan. Sin embargo, la profundidad también se encuentra en lo pequeño, en la historia corriente, incluso en la tontería, que tan acostumbrado nos tiene Adam Sandler. El astronauta fracasa a la hora de tejer un mensaje por pasarse de rosca a la hora de querer hacer algo trascendental desde un escenario tan abrumador como el vacío espacio exterior.
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