Crítica – ‘Tierra de Dios’

Título original: God’s Own Country

Año: 2017

Duración: 104 min.

País: Reino Unido

Dirección: Francis Lee

Guion: Francis Lee

Música: Dustin O’Halloran, Adam Wiltzie

Fotografía: Joshua James Richards

Reparto: Josh O’Connor, Alec Secareanu, Gemma Jones, Ian Hart, Harry Lister Smith, Melanie Kilburn, Liam Thomas, Patsy Ferran, Moey Hassan, Naveed Choudhry, Sarah White, John McCrea, Alexander Suvandjiev, Stefan Dermendjiev

Productora: Inflammable Films / Magic Bear Productions / Met Film Production / Shudder Films / British Film Institute / Creative England.

Distribuida por Orion Pictures

Género:  Drama romántico

 

Lo primero en lo que se puede pensar tras ver esta película es en Brokeback Mountain. Es algo prácticamente inevitable. ¿Convierte eso a Tierra de Dios en una película con poca sustancia? En absoluto. La similitud con la película de Ang Lee llega a partir del parecido entre los personajes para luego aportar una visión propia. La ópera prima de Francis Lee habla sobre una juventud rota que tiene preguntas cuyas respuestas que finalmente acaba por encontrar en los lugares más oscuros. Con una más que patente capa de grises, Tierra de Dios ahonda en la cuestión de que significa la época joven y como se produce el paso a la madurez. Al contrario que Brokeback Mountain, desmitifica muchos de los elementos que consideramos vitales en este momento. El amor, el descubrimiento sexual, la familia… todo pasa por un filtro que requiere de una evolución y de un crecimiento para hacerse real.

 

Destacan en gran medida las interpretaciones. Con Josh O’Connor y Alec Secareanu al frente, la potencia del relato adquiere una dimensión mucho mayor gracias al enorme trabajo interpretativo, con unos personajes que pertenecen a polos opuestos. Además, la relación entre ambos es probablemente uno de los aspectos más notables de la toda la trama. A partir de unos silencios pausados, la comunicación es total dejando entrever una creciente complicidad entre ambos basada en un disfrute llevado a numerosos aspectos. Para mostrar la importancia de la familia, encontramos a Gemma Jones e Ian Hart con unos papeles desgarradores y que simbolizan la enorme frontera que existe entre una generación y otra. La historia como tal no posee una gran complejidad y en determinadas ocasiones varios momentos resulta algo forzados. Aun así, funciona para realizar un retrato desgarrador y al mismo tiempo esperanzador.

 

Sin lugar a dudas, esta película busca crear un impacto, ya sea a partir de sus temas o del tratamiento de sus escenas, sin censura alguna. No obstante, hasta cierto punto se podría decir que acaba por “traicionarse” a sí misma. Con una intencionalidad clara de reflejar una realidad en cierto modo oculta, Tierra de Dios revierte la historia hasta convertirla en algo banal e incluso irreal con respecto a lo que se había visto. Cae en clichés muy vistos anteriormente para dejar un buen sabor de boca absolutamente innecesario.

 

En definitiva, Tierra de Dios es una película muy notable. Es comprensible la gran cantidad de premios que está cosechando (uno de ellos en el Festival de Cine Europeo de Sevilla). Su hermosa puesta en escena a partir de colores oscuros así como su riqueza y profundidad en los temas que recrea, dotan a una historia común de numerosos ingredientes que la convierten en una pieza altamente recomendable. Bien es cierto que acaba por caer en convenciones que no venían a cuento. No obstante, la esperanza también es algo digno de valorar.

 

Nota: 8/10

Lo mejor: el retrato tan diferente y único de la juventud, desgarrador y a la vez muy real. Interpretaciones de gran categoría.

Lo peor: la trama acaba cayendo en clichés del género que desentonan demasiado.