Título original: Nora
Año: 2020
País: España
Género: Drama, Comedia
Directora: Lara Izagirre
Guion: Lara Izagirre
Fotografía: Gaizka Bourgeaud
Montaje: Ibai Elortza
Música: Pascal Gaigne, Paula Olaz
Reparto: Ane Pikaza, Héctor Alterio, Ramón Barea, Klara Badiola, Naiara Carmona, June Isasi, Paul Correa, Kepa Errasti, Amaia Aberasturi, Itziar Ituño, Aia Kruse
Productora: Gariza Films
Distribuidora: Sherlock Films, A Contracorriente Films
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Hace unos años, en 2016, Irene Escolar subió a la tarima de los Goya a recoger el premio a Mejor Actriz Revelación por su interpretación en Un otoño sin Berlín. Aunque la película no consiguió más nominaciones, me llamó la atención, así que decidí verla; me quedé prendado de lo que presentaba Lara Izagirre en su debut, una de esas historias en las que alguien regresa a casa con las ilusiones rotas pero ni ellos ni la casa son los mismos. Desde entonces, he esperado con ganas su siguiente película, y me alegré bastante cuando el pasado 68 Festival de San Sebastián vi que se estrenaba Nora.
La nueva película de la realizadora vasca trata sobre una joven (la Nora titular, interpretada por Ane Pikaza) que vive con su abuelo Nicolás (Héctor Alterio) mientras intenta sacar adelante trabajos como diseñadora gráfica. Su mundo es pequeño: ve de vez en cuando a amigos del instituto, tiene una mejor amiga (con hijos, pareja y trabajo) y escribe la sección de horóscopos de un periódico local. Cuando su abuelo fallece, Nora explota y se marcha con las cenizas en su maltrecha furgoneta.
Lo que sigue es una clásica road-movie en la que la protagonista deberá descubrirse un poco a sí misma, conocerá a gente y ampliará sus horizontes (literalmente). Quedarse en la zona de confort no es exactamente estancarse, pero puede ser peligroso: tiran de la alfombra y te caes de culo sin muchas expectativas.
Aunque nada de lo que hace en Nora es especialmente notable, y en mi opinión la película no llega a tocar los mismos botones emocionales que sí que pulsaba Un otoño sin Berlín, este segundo largometraje es perfectamente válido por sí mismo. No se enfrenta de cara a ninguna de las problemáticas que podrían surgirle (y le surgen) a su protagonista, y sus conflictos se resuelven de la forma más sencilla y azucarada posible, pero esto lo llevan haciendo la mitad de películas que salen de Sundance años y no les pedimos más. Nora es perfectamente disfrutable, es bonita cuando debe y hace un gran trabajo en dibujar a su protagonista.
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Lo mejor: la construcción del personaje protagonista
Lo peor: es poco memorable
Nota: 6/10