Título original: Mission: Impossible – Dead Reckoning – Part One
Año: 2023
País: Estados Unidos
Dirección: Christopher McQuarrie
Guion: Christopher McQuarrie, Erik Jendresen
Fotografía: Fraser Taggart
Reparto: Tom Cruise, Ving Rhames, Henry Czerny, Rebecca Ferguson, Simon Pegg, Vanessa Kirby, Hayley Atwell, Pom Klementieff, Esai Morales, Shea Whigham, Cary Elwes
Productora: Bad Robot, Paramount Pictures, Skydance Productions, New Republic Pictures, TC Productions
Género: Acción, Comedia, Drama
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Hace 27 años se estrenaba el inicio de una de las sagas de acción más icónicas del s. XXI, desencadenando sin saberlo una de las mayores alegría que se nos ha proporcionado a los fans del género y también del llamado cine-espectáculo de los últimos tiempos. Hablo por supuesto de Misión inposible, la adaptación a la pantalla grande de la serie de tv homónima de los años 60, que llegaba de la mano de un director excelso en casi cualquiera de sus sentidos. Hablo, por supuesto de Brian De Palma. El cual, sin duda, consiguió todo un hito del actioner noventero que resuena hasta casi tres décadas después con el séptimo volumen de la franquicia, esta Misión imposible: Sentencia mortal – Parte 1 (todos en pie ante semejante subtítulo).
Y aseguro tal afirmación puesto que, para empezar, su director Chistopher McQuarrie parece haberse repasado de cabo a rabo la primera cinta, atreviéndose incluso a actualizar de manera subterfugica aquella primera entrega y dando lugar a una ecuanimidad casi perfecta entre los postulados del cine contemporáneo y el clásico. Entre la pantomima ridícula y el realismo desquiciado. Entre la líneas de diálogo más cómicas y la acción narrativa más dramática. Entre la acción espectacularizada de nuestros tiempos y la construcción de la misma a la vieja usanza.
Para ello, el director realmente sólo es un peón más de la gran punta de lanza de estas mesiánicas e improbables misiones para salvar el pellejo propio y ajeno. Ese Buster Keaton moderno que responde ante el nombre de Tom Cruise, un funambulista fanático de la causa cinéfila desde hace un tiempo que sólo quiere hacérnoslo pasar en grande y que aquí vuelve a entregarse en cuerpo y alma. Probablemente enfrentándose al villano más peligroso de todos por su intangibilidad e inteligencia: el algoritmo. Una obvia propuesta por parte de su director y actor para ejemplificar este combate que van perdiendo muchos con el tema salas vs. streaming.
Es quizás por ello que la mesiánica figura del actor se vea relegada en favor de lo que al fin y al cabo le ha traído hasta aquí tanto a él como a su Ethan Hunt: el trabo en equipo con sus amigos/el espectador. Resumida en una crew en la que vuelven a repetir el Luther de Ving Rhames (el hacker más cool de la historia del cine), el Benji de Simon Pegg (un alivio cómico que siempre aporta más que un alivio cómico) y la Ilsa de Rebecca Ferguson (una action woman exquisita). A la que se unen caras nuevas como la de una Hatley Atwell encajando desde el principio como un guante o el de un Shea Whigham haciendo lo que mejor se le da: ser un canónico secundario.
Todos ellos al servicio de una exhaustiva película en continuo in crescendo de las set pieces de acción, con los habituales tics de la franquicia (máscaras hiperrealistas, triples giros de guion, explosivos al límite insoportable de la detonación, Cruise jugándose la vida de verdad, etc.) y la sensación de no languidecer ni por la ruptura en dos de su narrativa ni por las dos horas y media de metraje. Y seguro que no estamos ante la mejor película de la saga, pero es justa y necesaria en su condición de modélica, vibrante y tremendamente entretenida. Así que antes de que comience la lucha encarnizada entre Barbie y Oppenheimer o de que llegue la segunda parte, simplemente les vengo a recordar que Tom Cruise y cía. nos han vuelto a salvar el verano.
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Lo mejor: Cuando ves que una película arranca en un submarino, sabes que el sense of wonder está asegurado
Lo peor: No es la mejor de la saga, pero… ¿A quién le importa?
Nota: 8/10