Crítica Lazos

Crítica – ‘Lazos’

Título original: Lacci

Año: 2020

Duración: 100 min.

País: Italia

Dirección: Daniele Luchetti

Guion: Domenico Starnone, Daniele Luchetti, Francesco Piccolo. Novela: Domenico Starnone

Fotografía: Ivan Casalgrandi

Reparto: Alba Rohrwacher, Luigi Lo Cascio, Silvio Orlando, Laura Morante, Giovanna Mezzogiorno, Francesca de Sapio, Adriano Giannini, Linda Caridi, Giulia De Luca, Joshua Francesco Louis Cerciello, Sveva Esposito, Giovannino Esposito

Productora Coproducción: Italia-Francia; IBC Movie, RAI Cinema, Ministero dei Beni e delle Attività Culturali e del Turismo, MK2 Films

Género: Drama | Familia. Años 80. Años 90

Ficha en FilmAffinity

Lazos, la última película de Daniele Luchetti nos planeta el derrumbamiento de una familia después de que el padre acepte tener una aventura extramatrimonial.

La combinación de pasividad de un personaje y la fuerza de lucha del otro se complementan de forma magistral llenando la pantalla con un equilibrio milimétrico mientras los cimientos de su hogar se desploman sobre ellos.

El film plantea dudas incómodas sobre si las familias tienen que ser perfectas, lo que estamos dispuestos a dar y a sufrir por el otro, el daño personal que podemos realizarnos con tal de mantener algo que se desvanece por su propio peso, pero, sobre todo, si los hijos tienen el derecho y el deber de juzgar y tomar decisiones sobre aquellas que un día tomaron sus padres.

Crítica Lazos
Los protagonistas en una de las escenas iniciales de ‘Lazos’ (Foto: Caramel Films)

Amamos, añoramos, nos resentimos, perdonamos, caemos, nos imponemos ante la sociedad e intentamos ser modélicos cuando todo, dentro, está ya patas arriba.

Un Nápoles ochentero que creemos a pies juntillas gracias a las interpretaciones de los protagonistas. En ellos sentimos todo lo que somos y como a pesar de los vaivenes de la vida somos capaces de aguantar situaciones que ya no nos emocionan con tal de no dejar paso al qué dirán.

Si la historia es un relato íntimo, desgarrador y frío su director de fotografía, Ivan Casalgrandi, lo narra con una tonalidad cálida alimentada por las llamas de lo que un día los personajes vivieron y perpetuaron creyendo que un paso en su carrera matrimonial acontecía al siguiente hasta que el próximo paso no fue en falso, sino un obstáculo.

Un final abrupto que deja la casa como estaba ya al principio. Hecha añicos.

Lo mejor: su verdad en la narración

Lo peor: que todas las ficciones de temática  matrimonial estén en auge al mismo tiempo

Nota: 8,5

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