COME TRUE

‘Come True’, la vida es sueño

Título original: Come True

Año: 2020

Duración: 105 min.

País: Canadá

Género: Terror y ciencia ficción

Dirección: Anthony Scott Burns

Guión: Anthony Scott Burns, Daniel Weissenberger

Música: Anthony Scott Burns, Daniel Weissenberger

Fotografía: Anthony Scott Burns

Reparto: Julia Sarah Stone, Landon Liboiron, Skylar Radzion, Tiffany Helm, Tedra Rogers, Chantal Perron, Michelle Rios…

Productora: Copperheart Entertainment

Ficha completa en Filmaffinity

Quizá hayas oído hablar alguna vez de aquel paciente que dibujó a su psicólogo el rostro de un hombre que se le aparecía en sueños pero que no conocía en realidad, y cómo, pasado el tiempo, hasta 2.000 personas de distintos lugares del mundo afirmaron haber soñado con esa misma persona sin haberla visto anteriormente (incluso existía una página web en la que los usuarios contaban sus experiencias).

Los rasgos que le definen resultan tan genéricos que This Man –así le llaman–, funciona como arquetipo del inconsciente colectivo. Con una propuesta similar arranca Come True (2020), la última película de Anthony Scott Burns, en la que una niña (Sarah) que sufre de insomnio decide apuntarse a un estudio del sueño para ganar algo de dinero y descubrir el porqué de sus extraños sueños.

En este caso, el director canadiense muestra el reverso siniestro de la historia de This Man, mostrando figuras que aparecen en las pesadillas de los distintos pacientes del estudio, como si existiera un miedo primitivo instaurado en lo más profundo de nuestra psique, un miedo que une a toda la humanidad y del que debemos escapar.

La representación de este mundo onírico, macabro, no sólo de la protagonista sino también del resto de pacientes, es el punto fuerte del film. Su potencia visual viene marcada por una estética claramente artística (¡Qué buena pintora surrealista sería Sarah!), que nos introduce en un mundo oscuro, de abismos infinitos, puertas que no llevan a ningún sitio, realidades invertidas, caras sin rostro y figuras que se descomponen como esculturas de Giacometti.

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Las pesadillas de ‘Come True’

Estas improntas, lejos de ser una representación lógica, ya que carecen de sentido, cumplen su cometido: dan miedo. Mucho. Y es así cómo entendemos el insomnio y la ansiedad de Sarah y sus ataques de pánico al volver a ver esos seres y entendemos, por fin, ese miedo como nuestro.

Esta oscuridad no se limita únicamente a la dimensión de las pesadillas, sino que se expande también al mundo real, con tonalidades apagadas durante toda la película, como escapando de la luz del sol y transmitiendo una sensación de intenso pesimismo. Es a medida que la película avanza cuando la oscuridad se lo traga todo, y entonces el sueño se convierte en realidad. Y la vida en sueño.

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Fotograma de ‘Come True’

Quizás el mayor problema de Come True sea la trama romántica (introducida, pese a todo, de una forma muy bonita: a través de los sueños), un sinsentido teniendo en cuenta no sólo el universo que nos presentan, en el que no parece haber lugar para el amor, sino que Sarah es una persona solitaria que no muestra interés de ningún tipo hacia este tipo de relación. Al final, Come True sufre el peso de cargar con una propuesta tan ambiciosa, y el resultado es que no cierra adecuadamente las incógnitas que plantea.

Lo mejor: las escenas de las pesadillas

Lo peor: el romance metido con calzador

Nota: 7/10