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‘Asedio’, una experiencia al borde del colapso

Título original: Asedio

Año: 2023

Duración: 100 min.

País: España

Director: Miguel Ángel Vivas

Guion: Marta Medina

Música: Sergio Acosta

Fotografía: Rafael Raparaez

Reparto: Natalia de Molina, Bella Agossou, Francisco Reyes, Fran Cantos, Chani Martín, Jorge Kent, Efraín Rodríguez, Lucas Nabor, Federico Pérez, Luis Hacha

Productora: Apache Films, RTVE, México City Project, Amazon Prime Video

Género: Thriller | Drama | Policíaco

Ficha en Filmaffinitty

Un cielo estrellado es el lienzo desde donde se dibuja el mundo. Las estrellas brillan: unas manos las señalan y hablan del viaje, del sentido de la especie. Una lenta, desarraigada conversación que no tiene nada de especial pero acaricia lo místico, lo arcaico. La misma sangre nos baña a todos, el mismo cielo nos cubre.

Asedio fue una de las películas más sonadas durante la 26ª Edición del Festival de Málaga. En una edición donde la sutileza de 20.000 especies de abejas se alzaba con la Biznaga, la película de Apache Films sorprendió a todos. La historia sigue a Dani (Natalia de Molina), una joven policía recién incorporada al cuerpo de antidisturbios, en una de sus misiones. Los antidisturbios reciben la orden de desalojar un bloque de pisos, la mayoría ocupados. Sin embargo, la misión es más compleja de lo que pensaban, y en cuanto empiezan a subir las plantas del edificio la tensión se estira como una cuerda a punto de romperse.

En uno de los últimos pisos de la última planta, Dani encuentra un tesoro: detrás de un armario, varios fajos de billetes (decenas de miles de euros), pegados con cinta aislante. Hasta ese momento hemos visto cómo su creencia certera en las normas y en la corrección que permite que el sistema siga en pie mueve su brújula interior; por eso, cuando Dani tiene que tomar la decisión de qué hacer con el dinero, sus valores morales se tambalean.

Huelga decir que Asedio, magníficamente escrita por la guionista Marta Medina, esquiva por los pelos a su referente más directo: Antidisturbios (2023). Resulta complejo levantar una historia donde el eje central sea un grupo de policías de asalto y no salir comparado con la serie de Rodrigo Sorogoyen. Decisiones como el uso de cámara en mano, de grandes angulares y/o del montaje secuencial, componen una narrativa aproximada a los del trabajo del equipo de Sorogoyen.

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Fotograma de ‘Asedio’ (Foto: Sony Pictures)

Sin embargo, aunque Asedio se acerca estéticamente a su homónima en temática, el relato que propone es una experiencia alejada, propia. Frente a la praxis realista de Antidisturbios y su pretensión por captar casi a nivel de fotografía a uno de estos grupos, la película de Miguel Ángel Vivas se permite abrazar el simbolismo más visceral y arcaico.

Resulta interesante que la película aborde tantos temas con tan poco. El despliegue técnico es significante: el uso de la luz es fundamental en la estética y en la simbología de Asedio. Los espacios se vertebran a partir de la luz y de la oscuridad, dos valores que se entrecruzan durante la historia en varias ocasiones haciendo dudar a Dani de sus creencias más arraigadas. ¿Son los malos tan malos? ¿Es mi compañero el aliado o el peor de los enemigos?

Sin embargo, en ocasiones el abrazo sensorial es abusivo. Los momentos de relajación son mínimos, y la película cae en una especie de horror vacui que intenta rellenar con acción gratuita y tensión en escenas donde no debería haberla. El exceso de emoción puede ser tan malo como la falta de ritmo, y Asedio se equivoca en esto.

Mención especial a Natalia de Molina. Nunca antes el espectador la había visto tan camaleónica, con tantos negros y tan pocos blancos. Lo que hace en Asedio está al nivel de los entrenamientos de los propis antidisturbios. Lleva su cuerpo al máximo en la actuación y la cámara, que siempre lo ve todo, nos da buena cuenta de ello.

Lo mejor: La experiencia inmersiva y la interpretación descarnada de Natalia de Molina.

Lo peor: El exceso de tensión y no saber esquivar la narrativa de Antidisturbios.

Nota: 6/10