Con la llegada de abril, Netflix trae la última tanda de películas de Studio Ghibli, el eminente estudio japonés de animación fundado por Hayao Miyazaki, Isao Takahata, Toshio Suzuki y Yayuyoshi Tokuma, que ha emocionado a generaciones enteras con sus films. En este artículo revisamos las siete últimas adquisiciones de la plataforma digital aportando algunos datos curiosos.
- Pompoko (Isao Takahata, 1994)
Sinopsis: Un grupo de mapaches que viven en el monte Tama (Tokio) deciden revelarse contra los humanos cuando éstos empiezan a destruir su bosque para construir una urbanización.
Según la mitología japonesa, los tanuki, una variedad de mapache que se encuentra en Japón y China, tienen poderes especiales que les permiten adoptar cualquier forma. El difunto Isao Takahata decidió aprovechar las cualidades de estos animales para hacer Pompoko, una de sus obras de culto donde la naturaleza se cobra lo suyo. Tirando del humor, la película se convierte en una batalla campal de lo más entretenida en la que los humanos son el enemigo y los habitantes del bosque les dan su merecido. Este mensaje ecologista está presente en muchas otras películas de Ghibli como la impecable La princesa Mononoke (Hayao Miyazaki, 1997).
- Susurros del corazón (Yoshifumi Kondō, 1995)
Sinopsis: Shizuku Tsukishima es una estudiante de instituto a la que le encanta leer, pero que aparentemente no tiene ningún sueño. Un día, siguiendo a un gato, llega hasta una misteriosa tienda en la que conoce a Seiji Amasawa, un aprendiz de luthier que va a su mismo instituto. Su encuentro hará que Shizuku descubra cuál es su verdadera pasión.
Basado en el manga de Aoi Hiiragi, Susurros del corazón fue el primero y único largometraje que dirigió Yoshifumi Kondō, el candidato a suceder a Miyazaki y Takahata que, desgraciadamente, murió en 1998 por un aneurisma cerebral. A día de hoy Susurros del corazón es considerada una de las obras maestras de Studio Ghibli y es el único film que tiene un spin-off con dos de sus personajes gatunos, Moon y el Barón. Este segundo proyecto empezó siendo un cortometraje por encargo, pero acabó convirtiéndose en Haru en el reino de los gatos (Hiroyuki Morita, 2002).
- El castillo ambulante (Hayao Miyazaki, 2004)
Sinopsis: Sophie, una joven que trabaja en una sombrerería, queda presa del hechizo de una bruja por el que se transforma en una anciana de noventa años. Decide huir a las montañas y acaba instalándose sin permiso en el castillo ambulante del mago Howl.
Para la adaptación animada de la novela juvenil de Dianna Wynne Jones, Studio Ghibli decidió confiar el proyecto al reconocido director Mamoru Hosoda (Los niños lobo, 2012; El niño y la bestia, 2015). Sin embargo, la colaboración no acabó de cuajar y Miyazaki decidió relevarle y asumir él mismo la dirección de la película. Finalmente, el film arrasó en taquilla, brilló a nivel técnico y por la aclamada banda sonora de Joe Hisaishi. Además, le encantó a Wynne Jones.
- Ponyo en el acantilado (Hayao Miyazaki, 2008)
Sinopsis: Sosuke, un niño de cinco años, conoce a Ponyo, una niña pez que desea ser humana. Su amistad hará que el mundo terrestre y el submarino se desdibujen.
Aunque se ha afirmado más de una vez que Ponyo en el acantilado es una versión del cuento de La sirenita de Hans Christian Andersen, Miyazaki no tuvo en mente esta obra cuando hizo la película. En el que sí se inspiró para hacer al personaje de Sosuke fue en su hijo Gorō Miyazaki, que dirigió Cuentos de Terramar (2006), un film que complicó la relación entre ambos, hijo y padre. El director también tomó como referencia la población pesquera de Tonomoura (Hiroshima) para dibujar el pueblo del cuento.
- La colina de las amapolas (Gorō Miyazaki, 2011)
Sinopsis: Yokohama, 1963. Umi Matsuzaki es una adolescente que vive en una casa con vistas al mar en la cima de una colina repleta de amapolas. Cada día la joven manda mensajes izando unas banderas de señales marítimas con la esperanza de que su padre, que era comandante de un barco que desapareció durante la guerra de Corea, los reciba. Pero el destinatario de sus códigos acaba siendo Shun Kazama, un chico de su instituto.
La colina de las amapolas es el segundo largometraje que Gorō Miyazaki dirigió para Studio Ghibli, una elección que fue controvertida por los problemas que hubo entre padre e hijo durante el primero, pero que sirvió para reconciliarlos. El lanzamiento de la película, basada en el manga de Chizuru Takahashi, coincidió con una época difícil para Japón, que había sido azotado por el terremoto, el tsunami y el accidente nuclear de Fukushima. Pese a las circunstancias, el estudio decidió mantener el estreno. El film fue la película japonesa más vista en el país nipón en 2011.
- El viento se levanta (Hayao Miyazaki, 2013)
Sinopsis: Jirō siempre ha soñado con volar y construir hermosos aviones, pero la guerra hará que esos bellos aviones que él diseña se conviertan en una pieza más del conflicto.
El viento se levanta es la película más polémica de Studio Ghibli porque se inspira en la vida de Jirō Horikoshi (1903-1982), el renombrado ingeniero aeronáutico que diseñó los cazas japoneses A6M Zero durante la Segunda Guerra Mundial. El film era la “carta de despedida” de Miyazaki como director y por eso quiso hacer un proyecto diferente. El resultado fue una película biográfica visualmente impactante en la que el director habla, desde sus convicciones pacifistas, de cómo los sueños quedan condicionados por las circunstancias y en la que incluye elementos inspirados en su propia vida.
Aunque se supone que éste iba a ser su último largometraje, Miyazaki confirmó hace algún tiempo su regreso a Ghibli y ha anunciado dos nuevas cintas que se estrenarán en los próximos dos años.
- El recuerdo de Marnie (Hirosama Yonebayashi, 2014)
Sinopsis: Anna es una adolescente solitaria que padece asma. Su madre adoptiva decide enviarla con unos familiares al campo durante el verano para que su salud mejore y allí conoce a Marnie, una chica misteriosa con la que trabará una amistad muy especial.
El animador Hiromasa Yonebayashi ya había probado que era capaz de seguir con la línea de Ghibli en Arriety y el mundo de los diminutos (2010), pero con El recuerdo de Marnie se coronó. La película, basada en el libro de Joan G. Robinson, recibió varios premios y obtuvo una nominación a los Oscar. Sin embargo, poco después Studio Ghibli anunció que dejaría de hacer largometrajes y muchos de sus animadores, entre ellos Yonebayashi, decidieron crear Studio Ponoc, que pretendía retomar la línea artística de Ghibli. Aunque este nuevo estudio ha sacado títulos tan entrañables como Mary y la flor de la bruja (2017) y Héroes modestos (2018), las comparaciones no pueden evitarse, pues la sombra del gigante Ghibli es tan ancha como larga.