The Mandalorian, la serie creada por Jon Favreau (Iron Man, 2008) ha arrasado en nominaciones de los premios Emmy y no es causalidad.
Mientras que el espectador solo ve la punta del iceberg, el éxito de The Mandalorian viene desde la base. Cumple con unos patrones clásicos adaptados a las exigencias de la nueva realidad: Visionados rápidos, adictivos y generador de hashtags.
- La figura del héroe clásico
En tiempos de villanos que molan. En tiempos de Jokers, Maléficas y Cruellas, se necesitaba volver atrás para entender la importancia de los valores perdidos de una sociedad pasada que puede salvar a la actual.
El protagonista interpretado por Pedro Pascal (Narcos, Juego de Tronos), invade por su misticismo. Un misterio que recuerda a veces a Batman, pero esta vez, no en la oscuridad de la noche. La serie de Disney Plus ocurre mayormente de día, y a través de la idiosincrasia de los mandalorianos, deseamos saber más sobre quién se esconde detrás del casco.
A nivel psicológico cumple con ese estereotipo de héroe incorruptible, íntegro y lleno de principios intocables. Aspectos que hoy en día suenan a un pasado que no volverá. En días donde la lealtad y confianza se quiebran con el paso de los devenires de la humanidad, Mando (Pedro Pascal) nos enseña otro camino, el de los vaqueros del Lejano Oeste que nunca se dejaron gobernar.
2. Relación paternal
No es la primera vez que una película, serie o incluso un videojuego triunfa por la relación que hay entre el protagonista y un secundario o dos protagonistas.
En el mundo de los videojuegos podemos encontrar el tan aclamado The Last Of Us (2013, Neil Druckmann) o en el cine la inmortal La vida es bella (1997, Roberto Benigni). En ambos, se construye una relación fraternal que ayuda a fortalecer el vínculo entre los personajes y el espectador a pesar de los acontecimientos negativos en la historia.
Ese aire fresco en los diálogos de los personajes, los cuales se irán encariñando poco a poco, hace que el público empatice rápido. En este caso, Baby Yoda ha sido la superestrella con apenas algún ruido y varios gestos. Un E.T del 2021 que se ha ganado el corazón de niños y adultos. También se ha ganado el merchandising de las pasadas navidades, todo hay que decirlo.
Se nos cae la baba al ver a alguien tan serio y tan cazarrecompensas cuidando de un bebé. Éste, motivo por el cual veremos a un Mando que se le irán cayendo las capas y nos permitirá conocerlo aún más.
3. El buen uso de la nostalgia
The mandalorian no utiliza el recurso del pasado para justificar la millonada en producción. No lo usa para manipular a un espectador ya de por sí entregado a la saga. J.J Abrams and company sí lo hicieron. Copiaron la saga original y modificaron algún que otro personaje para maquillar una evidencia: el fracaso ante los espectadores más fieles y exigentes.
Jon Favreau ha observado lo que ha funcionado y lo que no de la nueva trilogía. Y de manera inteligente, no ha abusado de los jedi ni de personajes del pasado para darle sentido a su historia.
Ha viajado hacia el western y nos ha devuelto una narración con fórmulas clásicas pero en el universo de Star Wars. Y decir universo de Star Wars es decir, realismo en un mundo de ficción.
Se opta por volver a la esencia de la saga, animatronics y escenarios reales sustituyendo al CGI.
También la buena elección de la incorporación de personajes ya reconocidos en el momento exacto. No se abusa de ellos para jugar con el espectador. Todo lo contrario, aparecen cuando tienen que aparecer pero sin quitarle protagonismo a lo que realmente nos importa, el protagonista y su labor con el bebé.
4. This is the way
Una banda sonora exquisita, unos personajes con carisma, una historia contada en capítulos cortos y sencillos, un buen uso del pasado para mejorar el presente, y un naturalismo sin CGI en un mundo de ficción… Es el camino para una saga que, con la nueva trilogía, casi dice su último adiós.