Son muchos los documentales que baraja el gran catálogo de Netflix. Pero sin duda, el documental The Last Dance ha pisado fuerte como los gigantes que aparecen en él; Michael Jordan, Phil Jackson, Dennis Rodman o Scottie Pippen.
Siendo un aficionado a este deporte o no, esta serie documental que consta de 10 capítulos, mantiene unas claves que lo convierten en un atractivo al espectador no familiarizado con el baloncesto.
The Last Dance no prioriza aspectos técnicos sobre el deporte donde reinó Michael Jordan, lo que hace es cultivar en base a una gran investigación, el lado más humano de éste y de todo lo que ocurría a su alrededor.
Aquí las cinco claves, desde mi punto de vista, que han convertido a la serie documental dirigida por Jason Hehir (The Fab Five, The ’85 Bears, Andre the Giant) en todo un éxito de Netflix.
- Desmitificar a un dios.
Mucha gente opina que Michael Jordan es el mejor deportista de la historia. Por lo que consiguió, por lo que hacía en la cancha, por datos que rompen récords, por los títulos colectivos…etc.
Este documental se encarga de explicar, bailando en el espacio-tiempo, la última temporada de los Chicago Bulls, haciendo a Jordan más humano. Emitiendo una imagen cercana de un jugador que no ganó sólo él. Así, se nos ofrece una visión de los Bulls como un equipo, una familia con sus altos y bajos, donde había más de un protagonista. El espectador conoce así la importancia de Dennis Rodman o Scottie Pippen para hacer de Jordan el mejor jugador de todos los tiempos.
2. Las entrañas de un equipo idealizado
Otro de los puntos fuertes del documental es que no tiene escrúpulos a hablar mal de algunas actitudes de sus protagonistas, incluso dicho por ellos mismos en las entrevistas realizadas (Por ejemplo Dennis Rodman). Se respira un aire de honestidad y libertad en las palabras de los entrevistados que el espectador agradece, el no estar viendo un producto para sacar solamente la imagen idealizada o positiva de un equipo campeón.
Los conflictos internos entre jugadores y directiva, los aires de ego que tenía Jordan cuando no entendía algunas decisiones de Jackson como entrenador, quién veía más a un equipo como protagonista que a un sólo jugador. El documental retrata muy bien la transformación y aprendizaje personal de los jugadores para poder entender cómo se debe ganar un campeonato.
3. La buena documentación y los trapos sucios
Imágenes inéditas de los ochenta y noventa gozan de una calidad visual y argumental impresionantes. Sin píxeles que manchen la imagen, el espectador puede ver casi en alta definición imágenes nunca antes vistas de los Chicago Bulls, siempre justificadas a nivel de guión, en relación a lo que los entrevistados aclaran. Todos los datos que comentan están bien analizados y justificados, dando un toque dramático a veces que hace que el espectador se enganche como si viera una película de ficción.
No solo los documentos gráficos son bastante buenos, también la participación de los entrevistados, algunos incluso fueron y son rivales de los propios Bulls (Como los Pistons). Hay verdad en sus palabras, incluso comentando situaciones ilegales de la época dorada del equipo ganador de seis anillos.
4. El viaje en el tiempo.
El último baile no es más que el título que el entrenador Phil Jackson quiso poner a la última temporada de un equipo glorioso. Última porque el cerebro de la organización Jerry Krause quiso que fuera así en la temporada 1997-1998.
Para entender esta situación, el documental nos lleva constantemente a las temporadas anteriores. Olvidándose de un documental lineal al uso y jugando con nosotros para que vayamos armando todas las piezas de un puzzle que, empieza muy roto en base a los fuertes conflictos y lucha de egos de varios personajes.
Aquí me gustaría destacar la «pelea» entre dos filosofías claramente diferenciadas, la del organizador empresario (Krause) y el mejor jugador de baloncesto de la historia (Jordan). En este conflicto tenemos por un lado una filosofía asociada a que sólo los jugadores son los que ganan campeonatos ya que se parten el alma en la cancha. Y por otro lado nos encontramos con que un club de baloncesto no sólo son los jugadores y que los campeonatos los gana todos los integrantes de un club.
Una lucha de egos constante que vuelve a quitar luz divina a la figura de Michael.
5. Son los Bulls y es Michael Jordan.
Esta clave es evidente. Los Chicago Bulls de Jordan y compañía marcaron un hito en la historia del deporte. Seis anillos que traspasaron el mundo del baloncesto, convirtiéndose aún a día de hoy, en un acontecimiento a analizar por deportistas de equipo, psicólogos, profesores…etc
Rompiendo todo lo que parecía imposible, la figura de Michael Jordan representa el poder volar aunque no tengas alas. Una actitud fuerte ante las adversidades de la vida. Una confianza y seguridad en sí mismo que le permitió conseguir lo que se propusiera, siendo siempre un humano cometiendo errores y aprendiendo día a día de ellos.
Una historia inspiradora, completa, para cualquier espectador, ya que toca temas bastante familiares y humanos que conecta con todos.
Una historia fascinante con la cual podemos aprender tanto como queramos. Sobre todo, a ser conscientes de nuestro ego para poder así volar sin alas.