Un año más, nos movemos a las tierras castellano-leonesas para asistir a una de las paradas claves de los festivales españoles de otoño: la 67ª edición de la Semana Internacional de Cine de Valladolid, o más conocida como Seminci (que no «Seminchi»).
En esta edición contamos con grandes nombres que ya han pasado por otros grandes festivales, pero también estrenos mundiales del cine español. Además, cada año, la Seminci invita a un país para rendirle homenaje. Esta vez ha sido el turno de Irlanda, por lo que en la programación destacan varias películas de este país. Asimismo, la actriz irlandesa Kate O’Toole preside el Jurado Internacional, que se completa con Jorge Arriagada, Pablo de Vita, Patricia Ferreira, Martín Hernández, Gracia Querejeta, Marie-Pierre Richard y Tanya Valette.
Las espigas de honor de este año son bastante variadas. Por un lado, el festival ha decidido destacar el trabajo de los directores Fernando Colomo, Manuel Gutiérrez Aragón y Chema Sarmiento, de la actriz Victoria Abril y del productor Andrés Vicente Gómez. El actor español Antonio Resines también recibirá el galardón durante la Gala de Clausura el 29 de octubre. La distinción internacional es para el cineasta irlandés Jim Sheridan.
A continuación, comentaremos nuestras primeras impresiones sobre las películas de la Sección Oficial, que ha dado el pistoletazo de salida el pasado sábado 22 de octubre con la película de inauguración No mires a los ojos, de Félix Viscarret.
SECCIÓN OFICIAL VALLADOLID 2022
- No mires a los ojos, de Félix Viscarret (España)
La película inaugural de la 67ª edición de la Seminci presenta los conflictos de una familia a través de la mirada de un hombre que se esconde en un armario. Adaptación de la novela homónima de Juan José Millás. A la película le falta ritmo en la primera mitad, pero acaba contando una historia enrevesada y poética que funciona por momentos. No sé si Paco León era el actor más indicado para el papel, pero tampoco desentona. Es en los momentos en lo que se vuelve más imaginativa cuando destaca y se ve todo su potencial.
Nota: 5/10
- L’immensità, de Emanuele Crialese (Italia)
Ni la Penélope más divertida y juguetona consigue sacar adelante la nueva película de Emanuele Crialese que compitió en Venecia y ahora se muestra en la Seminci. El filme, que cuenta la historía de su vida, tiene escenas bonitas, pero la forma de llegar a ellas es vaga y poco inteligente. Una película llena de decisiones horteras, y no por las actuaciones musicales (que también), sino por el tono pasteloso de sus diálogos forzados y el desarrollo de personajes.
Nota: 4/10
- EO, de Jerzy Skolimowski (Polonia – Italia)
Me ha impresionado mucho la creatividad del EO, recientemente ganadora del premio del jurado en el Festival de Cannes. Skolimowski, que ya tiene una amplia filmografía que ha pasado por numerosos festivales hace un alegato animalista con unas imágenes espectaculares. La historia sigue a un burro que se topa con distintas personas al azar. Algunos lo tratan mejor que otros, pero en general podemos ver lo malo que es el hombre por naturaleza.
Cuenta con una narrativa bastante tradicional que contrasta con el espíritu creativo de la misma. El equilibrio perfecto entre una película con los colores de Gaspar Noé y los movimientos de cámara de Terrence Malick. Y es que si además sale Isabelle Huppert, ya podemos estar todos contentos.
Nota: 8/10
- Decision to Leave, de Park Chan-wook (Corea del Sur)
La última película de Park Chan-wook, que ya fue galardonada con el premio al mejor director en Cannes, se presenta como un thriller policíaco en la que un detective investiga la muerte de un hombre en una remota montaña. ¿Suicidio o asesinato? La mujer del fallecido, de la cual el policía desconfía, ayudará a resolver el caso mientras los sentimientos entre los dos afloran. Una de las películas más retorcidas de la sección oficial de la Seminci que cuesta seguir por momentos. El cineasta coreano que ya nos dejó boquiabiertos con Oldboy, sigue teniendo un universo visual espectacular lleno de ideas. El final es in-ol-vi-da-ble.
Nota: 7/10
- Las ocho montañas, de Felix van Groeningen, Charlotte Vandermeersch (Italia – Bélgica – Francia)
Una más de esa hornada de películas que vienen con premio desde el Festival de Cannes y que vienen a conquistar la Seminci. Las ocho montañas, que ganó el premio del jurado en el festival francés ex aequo con EO, es una historia de amistad entre dos hombres que se mueve entre Old Joy -de Kelly Reichardt- y Brokeback Mountain -de Ang Lee-. Una película pausada y llena de contención en la que se toman muy buena decisiones en cuanto a qué contar y qué no. Tardará en írseme de la cabeza.
Nota: 8,5/10
- Nada, de Trine Piil, Seamus McNally (Dinamarca – Alemania)
El primer desastre de la Sección Oficial, la película danesa que busca ser reflexiva y existencialista, pero que solo logra provocar. Cuenta la historia de unos niños que buscan convencer a su compañero Pierre Anthon de que se baje de un árbol al que se ha subido porque dice que la vida no tiene sentido. Basada en el best-seller homónimo de la autora danesa Janne Teller, yo no podía parar de pensar que para mí esta película no significa, efectivamente, nada.
Nota: 3/10
- Alma Viva, de Cristèle Alves Meira (Portugal – Francia – Bélgica)
«Todas las mujeres independiente acaban siendo acusadas de brujería», dice uno de los hermanos de la familia protagonista de Alma Viva. La ópera prima de Cristèle Alves Meira es una maravilla que funciona casi como la versión portuguesa de «El agua». Una historia mística sobre el costumbrismo de una familia al noroeste de Portugal. Toca temas similares a la de Elena López Riera, pero contándolos con otro imaginario. Es la candidata a los Oscars de Portugal y, aunque no va a hacer el ruido que merece, la recomiendo encarecidamente. Brujas, bosques, mujeres dolidas y mucha muerte. Costumbrismo puro en la Seminci.
Nota: 8/10
- Pamfir, de Dmytro Sukholytkyy-Sobchuk (Ucrania – Francia – Polonia – Chile – Luxemburgo – Alemania)
La violencia más explícita en esta edición de la Seminci se ve en Pamfir, una historia ambientada en Ucrania en la que el protagonista es un contrabandista que se ve envuelto en un jaleo entre mafias que acabará en desastre absoluto. Con ideas sugerentes en lo visual y una narrativa convencional, la película no busca sorprender, sino regocijarse en los elementos tradicionales del género. Es el primer largometraje de su director y ha llegado a Valladolid tras su estreno en la Quincena de Realizadores del Festival de Cannes.
Nota: 6/10
- Vasil, de Avelina Prat (España – Bulgaria)
La ópera prima de Avelina Prat es una amable comedia sobre un hombre que duerme en la calle desde que llegó de Bulgaria hasta que Alfredo lo acoge en su casa durante un tiempo. Los dos hombres, que nada tienen que ver, van forjando una relación de amistad entre partidas de ajedrez. Una película que funciona muy bien en la química con sus actores y que cuenta con un buen guion para hacer reír al espectador.
Nota: 7/10
- Falcon Lake, de Charlotte Le Bon (Canadá / Francia)
Película veraniega sobre un adolescente francés que pasa las vacaciones en una cabaña junto a un lago de Quebec. Allí conocerá a Chloé, una chica un poco mayor que él y con la que tendrá una pequeña historia de amor. Un coming-of-age que explora la sexualidad y los fantasmas que llevamos dentro. No es especialmente original, pero se deja ver muy bien con varias escenas cómicas y tiernas. Asimismo, destaca mucho por su fotografía. Es la primera película de Charlotte Le Bon, a la que a partir de ahora seguiremos la pista después de un debut tan interesante.
Nota: 7/10