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‘Selftape’, el viaje entre lo que fui y lo que soy

Desde que Filmin apuesta por la creación de su propia ficción un nuevo formato ha irrumpido en el panorama audiovisual español. Apuestan por voces autorales, originales y con mucha personalidad. Y, casualmente, con vocación juvenil. Ya con Autodefensa impulsaron esas reflexiones, quizás efímeras, sobre la búsqueda de la identidad en el viaje sin rumbo de dos adolescentes. Ahora estrenan Selftape, la serie creada por las hermanas Vilapuig sobre lo que les supuso conocer la fama a una temprana edad.

Algunos antecedentes antes de ir directos al meollo. Probablemente pocos son los que conocen, más allá de Cataluña, a estas hermanas. Joana y Mireia Vilapuig descubrieron la popularidad como actrices allá por 2011, cuando la televisión pública catalana estrenaba Polseres Vermelles. La serie, que seguía la historia de un grupo de niños hospitalizados, pronto se volvió un referente y los actores se convirtieron en ídolos para la mayoría de adolescentes catalanes. Únicamente le fueron necesarias dos temporadas para catapultar a sus intérpretes al estrellato, entre los que también se encontraba Àlex Monner. Y fue tal el éxito que la ficción creada por Albert Espinosa se vendió a Estados Unidos, Italia o Alemania, siendo Antena 3 la encargada de su emisión a nivel nacional.

A veces, las rápidas subidas de éxito no siempre son significado de trabajo perpetuo. Y, pasados los años, la fama no trató tan bien a todos sus protagonistas. Contaban en alguna entrevista que el éxito de Polseres Vermelles hizo que no aprendieran a socializar. Tenían 14 años y combinaban las extraescolares con el trabajo de actor. Y al terminar la serie fue cuando comenzaron a azotar todas esas inseguridades que desgraciadamente el público no tiene en cuenta de sus referentes. 

En 2023 se cumple una década del fin de todo ese periplo adolescente y es en este momento cuando las hermanas Vilapuig se han decidido a reflexionar sobre la época que marcó sus vidas. Selftape es la historia de lo cruel que puede llegar a ser la industria audiovisual. De como un día te piden autógrafos y al siguiente ya nadie se acuerda de ti. Solo persiste el recuerdo del personaje que interpretaste cuando eras niña y eso martiriza.  

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Las hermanas Vilapuig y Bàrbara Farré presentando ‘Selftape’ en el D’A Film Fest. (Foto: 35milimetros.es)

El término selftape se utiliza para referirse a la autograbación que han de realizar los actores para presentarse a castings a distancia. Tras el envío del material reciben la respuesta si continúan o no avanzando en el proceso. Joana y Mireia cuentan que la serie surge de reiterados noes en estas pruebas. Y tras el ejercicio de madurez que les supuso plantear su estatus en la interpretación se lanzaron a desarrollarla.

Las hermanas articulan un acertado y muy necesario discurso sobre la trastienda de la interpretación. Ellas mismas juegan, en una de las secuencias de la serie, a mostrar que la fama no es tener infinidad de seguidores en redes sociales. Y es que qué daño han hecho estas aplicaciones a los sueños de los niños. Al menos en el cine, el éxito es la continuidad laboral y la gestión de todos los sentimientos que ello conlleva. En Selftape las actrices son capaces de juzgar su experiencia para servirlo como ejemplo y utilizar el formato de la autoficción, con una frontera tan delgada como sorprendente entre lo real y lo ficticio, para demostrarlo. 

El ejercicio de metacine se completa con imágenes de archivo familiar. Ambas, juntas desde pequeña, actuando para su familia e inseparables la una de la otra. Y eso ya nos indica que Selftape es también la historia humana que hay detrás de dos hermanas. Del amor y del odio. De los celos y los egos. Y sobre todo, de la búsqueda de un camino que permita lidiar lo que son con lo que fueron. 

Selftape se estrenará en Filmin el próximo 4 de abril.