Rumbo a los Razzie: Zoolander No. 2

En 35 Milímetros, proseguimos nuestro viaje hacia la insensatez cinematográfica que se reúne en la próxima gala de los Razzie; hoy, repasaremos otra de las grandes favoritas a llevarse los peores galardones del año: Zoolander N0. 2.

-¿Es la Musa? Mira, que no sé dónde te he dejado, pasa ubicación -Ay, mira, pregúntale de paso si tiene un poquito de interpretación por ahí

Los premios Golden Raspberry están repletos de filmes que, en cuanto fueron anunciados, ya olían mal, metafóricamente hablando, pero a veces se cuelan sorpresas inesperadas, películas que muchos esperaban con ansia, presumibles dignas sucesoras de la filmografía anterior de sus directores e intérpretes, que cuando llegan a la cartelera, se descubren como auténticos desastres. Zoolander No. 2 es el ejemplo perfecto.

Para quien no conozca Zoolander, se trata de una película más que correcta en todos los sentidos, repleta de una tremenda sátira al mundo de la moda, a la que critica sin piedad ni paliativos tras una cortina de parodia perfectamente hilada. Se trata de uno de los mejores productos creados por Ben Stiller, junto con la inmensa Tropic Thunder, que es a todas luces su mejor film. Su filmografía está repleta de éxitos, ya sea con mayor o menor calidad cinematográfica, como actor, director y productor, y es en la comedia donde ha conseguido, no tanto los laureles de la crítica, a la que ha conseguido cabrear más de una vez, como los aplausos de un público que entiende la broma tras el producto.

El gag con Cumberbatch fue motivo de protestas por parte del colectivo LGTB… Además de no tener la más mínima gracia.

En 2008 Stiller anunció su intención de sacar adelante una secuela, con la ayuda del guionista Justin Theroux, que también co-escribió Tropic Thunder, y con Owen Wilson, pareja artística de Stiller en muchas de sus películas, de nuevo ante la cámara. Debido a los proyectos en los que estaba inmerso el actor en la época, la secuela se retrasó ocho años, siendo en 2015 cuando, tras la tremenda aparición de Ben Stiller y Owen Wilson caracterizados como sus personajes, modelos, en la Semana de la Moda de París, Se anunció que se estrenaría en febrero de 2016.

Todos los fanáticos de la filmografía de Stiller esperaban la secuela con ansias, esperanzados de recuperar el sabor de la primera película, un sabor especial, entre la comedia absurda y la crítica mordaz. La mayoría, consiguió un sabor agridulce en sus labios. Y más agrio que dulce, a decir verdad.

Zoolander No. 2 parte de una premisa estupenda, teniendo en cuenta el particular universo en el que ocurre, pero la desaprovecha totalmente, convirtiéndose en una película de cameos de famosos: Justin Bieber, Penélope Cruz, Ariana Grande, y un larguísimo etcétera. El guión recoge la crítica velada del primer film y la arranca, la saca totalmente del film, para llevar la trama a un punto más irreal que la anterior, ya de por sí absurda. La desconexión casi total con la realidad de la película destruye sus expectativas de crítica y las convierte en simple parodia, pasando de un posible Tropic Thunder a un Casi 300.

Las dos Zoolander giran alrededor del mundo de la moda, así que esta presentación en la Semana de la Moda de París fue un auténtico bombazo

Las interpretaciones no ayudan. Es incomprensible cómo actores de la talla de Penélope Cruz realicen un trabajo tan pésimo. La dirección de Stiller tendrá bastante que ver, pero hay momentos de auténtica verguenza ajena, a los que no ayudan nada el bajo nivel de los gags, que apenas consiguen sacar una sonrisa.

Zoolander No 2 se dirige a los Razzie con 8 (merecidas) nominaciones. Personalmente, y si bien soy un declarado fan de la primera entrega, la dirección de Stiller y la interpretación de sus actores hunde en el barro a este segundo acercamiento a este absurdo universo. La próxima vez, lograr la carcajada en una película de comedia podría ser una buena señal de que el producto va por buen camino. Al menos eso, Ben, al menos eso.