Retro-crítica Butacom: ‘Paris, Texas’

Título original: París, Texas

Año: 1984

Duración: 144 minutos

País: Alemania del Oeste (RFA)

Director: Wim Wenders

Guión: Sam Shepard

Fotografía: Robby Mülle

Reparto: Harry Dean Stanton, Nastassja Kinski, Dean Stockwell, Aurore Clément, Hunter Carson, Bernhard Wicki, Socorro Valdez, John Lurie, Sally Norvell, Sharon Menzel, Tom Farrell

Productora: Coproducción Alemania del Oeste (RFA)-Francia-Reino Unido-Estados Unidos; Road Movies Filmproduktion, Argos Films, Film4 Productions, Westdeutscher Rundfunk (WDR), Pro-ject Filmproduktion, Wim Wenders Stiftung

Música: Ry Cooder

Género: Drama/Road Movie

Ficha en Filmaffinity


Escrita por: Amancio Cebrero

¿Qué se necesita para comenzar a rodar una película? Seguramente sea la pregunta que muchos de los lectores de esta página se formulen de manera insistente (en ocasiones, rozando la patología). Hay quienes opinan que sin un amplio presupuesto, es imposible levantar un rodaje; otros, que no es tanto el presupuesto sino la gestión que se haga del mismo; sin embargo, todos esos atrevidos especuladores coincidirán en que una de las bases para conseguir realizar una película es, sin lugar a muchas dudas, una buena historia. No es necesario que haya giros de guión tan  tremendos como en las películas de Shyamalan ni explosiones sin sentido al más puro estilo de Michael Bay. En ocasiones, basta con construir un relato que se fundamente en la veracidad y la fuerza que le otorga que se refleje en la realidad misma.

Este es el caso de París, Texas, una de las historias verdaderamente más humanas que se han trasladado a la gran pantalla. Su autor, Wim Wenders, es conocido por ser uno de los padres del cine europeo, contando con varias obras maestras a sus espaldas –El cielo sobre Berlín (1987) o Alicia en las ciudades (1974)-, situando París, Texas no únicamente como un derroche más de su genialidad a la hora de contar historias, sino como una pieza capital dentro de la cultura de la segunda mitad del siglo XX.

Esta cinta, que se alzó con la Palma de Oro en el Festival de Cannes de una forma indiscutible, cuenta con un sin fin de cosas que destacar, porque otro de los puntos fuertes de esta película es la excelencia profesional que abarcan todos los campos de su cinematografía. Desde la preciosidad estética de la fotografía de Robby Müller (habitual colaborador de Wenders), pasando por las majestuosas interpretaciones de Harry Dean Staton (Corazón salvaje, Lucky) y Nastassja Kinski (La mujer pantera, Tess), y llegando a la icónica banda sonora compuesta por el genio absoluto Ry Cooder. Toda esta amalgama de talento se hila de una manera finísima por el maestro Wim Wenders, que convierte esta película en un hito absoluto dentro de la historia del cine.

El retrato más desgarrador del sueño americano contado con la mayor sutileza posible, adoptando un tiempo lento (que no significa aburrido) que irá en crescendo hasta un colofón de sentimientos que desembocará en una de las escenas finales más tiernas y tristes que se recuerdan. Un manejo del espacio que advierte la inmensidad de los Estados Unidos frente al carácter tan diminuto y contenido de nuestros personajes principales, con quien desde luego acabas empatizando a todos los niveles.

Una película a las que me gusta clasificar como “interminables”, ya que cada vez que la vuelvo a ver acabo descubriendo cosas nuevas sobre ella. También es una de esas pelis que parece que no hablan de nada pero que, al mismo tiempo, hablan de todo. Con esto quiero decir que es una película cargada de mensaje. Un mensaje que se esconde entre los matices de la actuación de su elenco o a veces son las propias imágenes las que cobran vida y nos intentan decir algo. Un pequeño puzle sobre la vida de nuestro protagonista que vamos montando a medida que avanza la película.

En definitiva, esta película nos pertenece a todos, aunque no sea para todo el mundo. Una parte de la cultura occidental se queda en cintas como esta, que muestran el reflejo de lo que fuimos, somos y pretendemos llegar a ser. Una historia que puede llegar a ser universal y que ha traspasado las fronteras de la gran pantalla para colarse dentro de los grandes iconos de la historia del cine.

Lo que más me gusta: La estética visual de la peli, que acompaña de maravilla a la historia que se está contando. Además de la música y la actuación de Harry Dean Stanton.

Lo que menos me gusta: Que su duración se extienda un poco más de lo que debería

Póster de ‘París, Texas’ diseñado por villadiego