‘Queridos vecinos’ se pierde por el camino

Título original: Favolacce

Año: 2020

Duración: 98 min.

País: Italia

Dirección: Damiano D’Innocenzo, Fabio D’Innocenzo

Guión: Damiano D’Innocenzo, Fabio D’Innocenzo

Fotografía: Paolo Carnera

Reparto: Elio Germano, Tommaso Di Cola, Giulietta Rebeggiani, Gabriela Montesi, Justin Korovkin, Barbara Ronchi, Lino Musella, Barbara Chichiarelli, Max Malatesta…

Género: Drama

Ficha completa en Filmaffinity

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Queridos vecinos, la última película de los hermanos D’Innocenzo, arranca con una voz en off que nos cuenta el origen del relato: el descubrimiento del diario de una niña que, a pesar de quedarse a medias, fascinó tanto al dueño de esa voz y le resultó tan sugerente que retomó su escritura, aún sabiendo de buena tinta que a partir de ese momento estaría adulterando la realidad. Este punto de partida resulta tan sugerente por su dualidad entre realidad y ficción como estéril por el uso que le dan los directores. Salvando un par de momentos en los que incluyen la voz en off de la autora del diario, el resto del filme parece olvidarse por completo del recurso por el que nace su historia. Entonces, ¿de que le sirve al espectador saber que hay hechos reales y otros ficticios, si no cambia nada en su percepción del relato?

Fotograma de ‘Queridos vecinos’

A partir de esa explicación inicial, Queridos vecinos muestra el transcurso del verano para distintas familias de un mismo vecindario de clase baja. La saturación y búsqueda de tonalidades cálidas aportan ese ambiente húmedo y pegajoso, que, junto a una búsqueda de imágenes hiperestilizadas, enrarecen la atmósfera hasta tornarla, en ocasiones, opresiva. A pesar de que el relato nazca a través del diario de una niña, los hermanos D’Innocenzo parecen olvidarse nuevamente de este recurso y deciden mostrar varios puntos de vista de los distintos vecinos, como si no existiera un mundo más allá de este vecindario e incluso situando al espectador como si fuera un vecino más. Dentro de esta burbuja vamos a ver cómo evolucionan sus relaciones, desde el desasosiego, los celos y los problemas laborales de los adultos a la curiosidad de los más jóvenes por descubrir su sexualidad: las miradas furtivas que uno de los chicos dirige a una mujer más mayor dan paso a un intento de relación sexual con una amiga que no llega a materializarse por lo precoz del acto.

La gran virtud de Queridos vecinos es esa atmósfera extraña que encapsula a sus personajes, pero su relato parece no llevar a ningún lugar, por lo que da vueltas y vueltas sobre los mismos temas sin profundizar en ninguno ni en ningún personaje y hasta llegar a perderse. Por otra parte, no hay una progresión lógica de los acontecimientos que lleven a lo que pasa en la tercera –y última– parte. Además, esas tonalidades cálidas y saturadas chocan por completo con el drama del final, que es tratado, por lo tanto, con una frivolidad poco acorde con la seriedad del asunto. Y es que la estética también es una cuestión de moral.

Lo mejor: Su atmósfera.

Lo peor: Su estética no casa con el relato.

Nota: 5/10