El 4 de octubre de 2006 se estrenaba en la ABC la tercera temporada de Lost. La tercera temporada de esta ficción, una de las más recordadas de la última década, fue el ecuador de la serie y un antes y después de la misma, ya que dados los acontecimientos de la season finale, hubo una serie de cambios en la continuación de la misma. La narrativa audiovisual sería distinta, las tramas cogerían otro tono distinto, la dinámica de grupo quedaría en otro plano y la manera de funcionar de las últimas dos temporadas quedaría (un poco) enterrada bajo los sesenta capítulos de las primeras tres temporadas.
Pero empecemos por el principio. Tras tres años de emisión, por fin conocimos a «Los Otros». Que ciertamente, de salvajes tenían poco. Los guionistas nos sorprendieron con el viejo truco de «nada es lo que parece»: ni cabañas, ni vidas precarias, ni afición a la caza; en principio, su dinámica no podía parecerse más a la de cualquier grupo humano normal. Con ellos, se introduce el personaje de Ben Linus (Michael Emerson) un ser misterioso (y en su defensa, este adjetivo no es ningún cliché) que se incorporó como fijo hasta el final de la serie. En esta tanda de episodios, dónde aún no nos conocíamos sus trucos y sus constantes traiciones, tenía su gracia. Con el tiempo, perdió un poco de enganche como antagonista. No fue la única incorporación de la temporada; también conocimos a Juliet (Elizabeth Mitchell), pero sin duda la medalla de oro se la llevó Desmond Hume (Henry Ian Crusik) que al fin, se incorporó como fijo. La actuación y carisma del actor, junto con el ‘aura’ especial del personaje por su misterioso vínculo con la Isla y los supervivientes del Oceanic 815, además de sus tramas concretas durante la tercera temporada con sus ‘visiones’ el escocés se comía la pantalla.
Con el desarrollo de la trama de «Los Otros» durante gran parte de la temporada (en especial la primera parte) y el conocimiento por parte de los protagonistas que alguien se estaba acercándose a La Isla para salvarlos, por fin empezaron a desvelarse algunos misterios. Claro está que no fueron todos, y obviamente añadieron alguno más (si no, ¿sería Lost?) pero tras dos años, por fin, empezamos a ir un poco menos a ciegas. Aunque si alguna cosa no es misterio en Lost es que los guionistas no tenían problema en deshacerse de algún personaje principal si sus ideas lo exigían. En esta tercera temporada, sin duda, nos regalaron uno de los ‘adiós’ más míticos del mundo televisivo que conocen incluso aquellos que no han seguido la serie: exacto, esa mano y ese rotulador.
La tercera temporada de Lost también introdujo por primera vez un flashforward, probablemente uno de los más oscuros de todos los que vimos. La introducción de este flashforwards ponía fin a todos los flashbacks (al fin y al cabo, ya conocíamos bastante la vida anterior de los personajes) y predecía el inicio de una nueva narrativa audiovisual que sería la columna vertebral de la cuarta temporada ya que en esta tercera, fue una mera introducción. El resto de los capítulos siguieron siendo flashbacks. Como curiosidad, «Extraño en tierra extraña» el noveno capítulo de la tercera temporada de Lost y que resumía la estancia de Jack (Matthew Fox) en Tailandia, está catalogado como el peor de la serie y es que tan solo relataba el significado de sus personajes. Los directores lo guionizaron adrede para reclamar a la ABC que les dejara más libertad creativa a la hora de construir sus tramas.
Fue también en esta temporada cuando el personaje de Jack empezó a perder un poco de carisma como líder y el personaje de Sawyer (Josh Holloway) recogió el relevo encantado (aunque muchos seguidores ya lo consideraban el líder des del principio). Y hablando de líderes, fue en la tercera temporada cuándo oímos hablar por primera vez del famoso Jacob, el supuesto líder de la Isla que hizo aparición en la última temporada para contarnos un background que dejó bastante que desear. Sin embargo, y en especial los primeros episodios de la temporada, fueron muy notables, llegado a ser, quizá, una de las mejores partes de la serie porqué el descubrimiento de «Los Otros» les funcionó de maravilla. No sólo esta, si no que el misterios de los embarazos también despertó interés. En cambio, el desarrollo de las relaciones entre protagonistas, en especial el triángulo amoroso entre Jack, Sawyer y Kate Austen (Evangeline Lilly) dejó bastante que desear.
La tercera entrega de Lost se despidió con una final de diez, con varias escenas impactantes (en especial la del adiós de un personajes) y un final que poco nos podíamos imaginar que dejó paso a una cuarta temporada completamente distinta.