En la madrugada de este domingo tendrá lugar la 92 entrega de los Oscars. Con un cartel de grandes estrellas, una de las galas más famosas del mundo recoge este año duelos bastante interesantes en prácticamente todas las categorías. Salvando al que parece ser el más claro de todos por su trayectoria de premios durante estos meses, Joaquín Phoenix a Mejor Actor, el resto parece estar más competido.
En este artículo me gustaría destacar dos categorías que pueden verse perjudicadas por el «politiqueo» ya bastante popular en los Oscars. Los premios a Mejor película y Mejor película extranjera.
Desde los Goya, hay algo en mí que me preocupa. Una sensación que va resonando con más fuerza a través de detalles, frases, sensaciones que se producen en las últimas novedades de la industria de cine.
Mi preocupación tiene un nombre, Pedro Almodovar. Este director reconocido, ha ganado el Goya a mejor película por Dolor y Gloria. Mientras recogía su premio, en las redes sociales ya se sabía que su musa Penélope Cruz entregaría en los Oscars el premio en la categoría Mejor película extranjera. Fue ahí donde me saltaron las alarmas, y por ello este artículo.
Después de visionar gran parte de las películas nominadas, entre ellas Parasite de Bong Joo-ho, no puedo evitar imaginarme al director surcoreano recogiendo por partida doble el premio a mejor película, en las dos categorías anteriormente nombradas.
Una obra maestra que juega con la ironía y la sátira de forma elegante y perspicaz. Siendo una representación de la diferencia entre clases sociales que recuerda por momentos a grandes maestros, como la etapa mexicana de Luis Buñuel.
Cada plano es una metáfora visual de lo que en los diálogos se cuenta con ironía. La hipocresía protagoniza una diferencia entre clases, que por momentos podemos dilucidar que no es tal. Tanto los de arriba como los de abajo no son tan diferentes. Cada uno en su estatus es igual de parásito que el otro. Necesitan vivir de los demás, tanto pobres como ricos.
La simbología del materialismo en una piedra, las constantes metáforas con las cucarachas y el sótano donde vive la familia pobre, el intrusismo y mentira en el mundo laboral….todo está perfectamente enlazado para comunicar al espectador el estado actual del mundo, no sólo en Corea del Sur.
Una comedia negra, que a veces parece terror y otras un drama. Bong Joo- ho mete en una batidora varios géneros para entretener y hacer pensar al espectador, dos ideas que en tiempos de mainstream parece casi imposible unir.
Cada párrafo del guión tiene sentido, cada personaje tiene su importancia. Ninguno sobra, todos están ahí por algo, para un desenlace maestro que nos quita la venda del puro entretenimiento y nos pone a reflexionar sobre una sociedad que va en camino a la autodestrucción moral.
Todo esto, conecta de manera universal. El mundo interior de Almodovar conecta con él y los que han sufrido algo similar a él.
En la madrugada de este domingo 9 puede suceder algo que dejaría en evidencia a una Academia que pretende siempre ser equitativa, perjudicando con eso a la propia objetividad.
Si somos equitativos, con Penélope Cruz a la cabeza, Mejor película sería para Parasite y Mejor película extranjera para Dolor y Gloria. Si fuéramos objetivos, los dos premios serían de Parasite.
Aquí está el verdadero problema de siempre. ¿Qué es ser objetivo? Pues como no tenemos ni idea, seamos equitativos y así nos ganamos el aplauso y voto a favor de todos los participantes.
Ese es mi miedo. Que por ser excesivamente generosos, no seamos justos con la mejor película de 2019 y de los últimos años. Poniendo un broche de oro a dos décadas de una sociedad y siglo condenados al fracaso moral.
No me gustaría que Pé gritara otra vez ¡¡Pedro!!. Porque la competencia que le acompaña son palabras mayores. Ha tenido la mala suerte de un tal surcoreano que ha logrado una obra maestra universal. Al mismo tiempo que Antonio, que coincide con el gran Phoenix por Joker.
Felicidades a los dos por haber llegado hasta ahí. Pero… hasta ahí.
Espero que ambos no vivan de la mala interpretación del término equidad que hace la Academia y no se terminen convirtiendo así en verdaderos parásitos.