Sus cortometrajes, ‘Negocios’ (Mejor Guion Tenerife Noir 2017) y ‘Vendetta’ (Mejor Corto Tenerife Noir 2018) se alzaron con el máximo galardón en el prestigioso festival de cine negro de Tenerife, no obstante, Luis Martín ha participado en la dirección de múltiples videoclips y combina sus proyectos cinematográficos con la docencia. Nos adentramos en la carrera del director, un espacio donde el divertimento es una parte fundamental de su trabajo.
PREGUNTA: ¿Cómo definiría su cine?
RESPUESTA: «No sabría como definirlo, la verdad. Escribo lo que me viene a la cabeza, muchas veces vomitando mis pensamientos en el editor de textos. Y luego, intento darle forma para ver si me convence. Si tuviera que decir que constante hay en mis trabajos, diría que el amor. Ya en cortometrajes como Negocios o Vendetta, mi largometraje Love.Sex.F*ck. o pequeñas cosas que he ido haciendo últimamente, siempre el concepto del amor está sobrevolando la historia».
P: Ha continuado su carrera cinematográfica combinando la creación de cortos y largometrajes, ¿le sirve como una estrategia de reciclaje?
R: «Más que reciclaje, el poder probar cosas nuevas. Me encanta juguetear con los géneros y con los actos en mis historias. Hay guiones que funcionan en un formato específico, pero no en otros, así que puedes jugar con ello».
P: En 2019 se espera el estreno de su segundo largometraje, ‘Lágrimas rotas’, ¿qué puede contarnos sobre ella?
R: «Bueno, aún estamos en postproducción. Estuvimos grabando en el invierno pasado, durante unos 25 días. “Lágrimas Rotas” es un guion que tenía guardado en un cajón durante años, ya que no era el momento de grabarlo aún (y lo intenté dos veces, con la suerte de no pasar de 1 o 2 días de rodaje). Es un thriller policiaco ambientado en Tenerife, donde he podido contar con actores como Antonio Fumero, Giselle Carrera y Winslow M. Iwaki, entre otros. Pero no se podría haber hecho sin la ayuda del Ayuntamiento de Tacoronte, que está apoyando el audiovisual canario como nunca».
P: Además, ejerce como docente, ¿cuál es su filosofía a la hora de enseñar cine?
R: «Hay que divertirse. Ya sea escribiendo, editando o delante de la cámara. Da igual la edad que tenga el alumno o la persona, que desde el primer momento debería divertirse, ya sea con juegos para los más pequeños o preparando un guion técnico los más mayores. Dicen que «Si amas lo que haces, nunca será un trabajo». El día que no me divierta escribir, rodar o montar, no estaré en este mundillo».
P: ¿Cómo nace su pasión en el cine, tienes algún referente?
R: «La verdad que nace gracias a mis padres, pudiendo ir dos veces por semana (miércoles con mi padre, sábado/domingo con mi madre). Y con los gustos tan dispares que tienen, podía ver películas muy diferentes unas de otras. Y luego ya en Navidad o mi cumpleaños, siempre me regalaban algún VHS, las cuales veía una y otra vez. En mis referentes, hay dos personas en lo más alto: Kevin Smith y Quentin Tarantino. Sus películas son las más que he visto (y estudiado) en mi vida. Gente como David Fincher, Aaron Sorkin, Takeshi Kitano, Wes Anderson, entre otros, están en mis favoritos, pero Smith y Tarantino son mi placer culpable».
P: ¿Para usted existe el cine canario, si es así como lo describirías?
R: «Para mí no existe en cine canario como tal, al igual que no existe el cine vasco, cine gallego o cine madrileño. El cine que se hace en Canarias tiene su propio lenguaje, por así decirlo, ya que el tema cultura, social o el día a día, es distinto en cada región (por resumirlo de alguna forma). Y peor aún, el concepto de “cine canario” a día de hoy apenas ayuda, siendo más despectivo que otra cosa. Y lo siento, pero “La Guía del Silencio” de Cándido Pérez de Armas o “Apocalipsis Voodoo” de Vasni Ramos, no es cine canario. Es CINE».
P: Sueles participar en los festivales de cine express, ¿cómo describirías el sector audiovisual canario?
R: «Mal. No hay industria, sólo servicios. Vienen grandes producciones y las empresas e instituciones les dan todas las facilidades del mundo. Pero cuando uno (tanto un compañero como uno mismo), va a esos mismos sitios, le cierran la puerta en la cara. No hay dinero para impulsar el sector audiovisual en Tenerife, que es el que conozco. Con lo cual tienes que autoproducirte, con lo cual apenas salen trabajos o de calidad limitada (ojo, al año hay algunas joyas audiovisuales). Ojalá esto cambie para mejor. Por un lado, los festivales Express dan la oportunidad de conocer gente, trabajar entre amigos o conocidos y, si tienes suerte, conseguir algún galardón/laurel con tu cortometraje. Por otro lado, está eso nada más. Gana un cortometraje, te dan un diploma/estatuilla y listo. Sólo hay uno o dos festivales en la isla en el que se premie (monetariamente) a varios de los galardones. Y ya salir en prensa o redes sociales, es suerte. He visto crónicas de festivales en el que, de seis premiados, nombran a tres. O solo al ganador. Y ya el tema de pagos, tienes que esperar hasta 11 meses, cuando la nueva edición de ese festival está a punto de celebrarse, para cobrar un premio irrisorio. Eso, si el festival tiene algún premio, más allá de poner un laurel con su nombre a modo de publicidad».
P: ¿En qué proyectos estás trabajando?
R: «Actualmente estoy jugando con el formato de las webserie. En 2013 ya hice una, y se me quedó el gusanillo de volver a ese formato. Si todo va según lo planeado, a mitad de año estrenaré una webserie en formato de antología de terror, en el que cada pocos capítulos/temporadas, sean historias nuevas».