Título original: The Great Escaper
Año: 2024
Género: Drama. Vejez – Madurez – II Guerra Mundial
Duración: 96 minutos
País: Reino Unido
Dirección: Oliver Parker
Guion: Billy Ivory
Reparto: Michael Caine, Glenda Jackson, John Standing, Danielle Vitalis…
Fotografía: Christopher Ross
Música: Craig Armstrong
Glenda Jackson (doble ganadora del Oscar por Un toque de distinción y Mujeres enamoradas) falleció en junio del año pasado. Actualmente, Michael Caine (doble ganador del Oscar por Hannah y sus hermanas y Las normas de la casa de la sidra) tiene 91 años y ha decidido poner fin a su carrera con La gran escapada, de Oliver Parker (El retrato de Dorian Gray, Johnny English, Othello, Hellraiser). Es algo inevitable que las personas que han dejado huella en nuestras vidas se vayan acercando al final del camino. U otros que llegan antes de tiempo. No lo veo una desgracia, tampoco algo súper satisfactorio. Al menos para quien tiene que superarlo. Me parece un logro y una ruina, irse de la vida. Cada día la entiendo más y menos, la muerte. Y no me queda otra que experimentarla en la vida y en la pantalla. No es placentero, tampoco desagradable. Es reflexivo. Vicioso. Doloroso. Bonito. Esperanzador. No sé.
Y sobre esto también lo comentan un poco en La gran escapada, la pareja de ancianos. Lo mayores que se han hecho, que uno de ellos, René, la mujer, se está muriendo. Se lo cuenta a la celadora más joven del hogar de retiro en el que viven, en Hove, Inglaterra, mientras Bernard, con 89 años, coge un ferry hacia Francia, pues se ha escapado sin que nadie del hogar se haya dado cuenta para asistir a la conmemoración del 70º aniversario del desembarco de Normandía en la playa del Día D porque no había recibido el permiso oficial del hogar para acudir.
La historia de Bernard Jordan es real, pasó de verdad aunque cueste de creer. Y cuando los celadores se dieron cuenta de que no había aparecido en todo el día, la policía abrió una búsqueda, o investigación, pero se descubrió que estaba en el norte de Francia con todos los demás. Se hizo protagonista de los medios de comunicación durante su estancia en Francia y en la vuelta a casa. Fue muy adorado por todos.
Lo más infinitamente bonito y doloroso de esta película es la manera en la que Parker narra la historia entre el viaje de Bernie, y la complicidad de René, a la espera de que vuelva, en el hogar contando la preciosa, emotiva y longeva historia de amor entre ellos dos. Cómo ella también sufría al saber que a lo lejos podía ver y escuchar los escenarios y la acción bélica. Lo románticos que eran juntos, el eterno e inagotable amor con el que pasaban sus mejores y peores momentos juntos y separados. Mientras, Bernie y Arthur, su compañero de hotel recién conocido, se contaban sus experiencias en la guerra y los traumas que les han estado persiguiendo toda la vida tras el desembarco. Los errores que cometieron y las promesas que pactaron. Todo esto es narrado con maravillosos y agonizantes flashbacks interpretados magníficamente en poco tiempo por Will Fletcher y Laura Marcus.
Oliver Parker no prentede nada más allá de lo que se ve en la pantalla y, sobre todo, lo que se siente. Se hace con simpleza y seguridad, unos factores que solo necesitan corazón, trabajo y mucha verdad. Existe un reparto magnífico, desde los ya dichos hasta John Standing, Arthur; Danielle Vitalis, la celadora joven; y Victor Oshin, Scott, el soldado que perdió una de las piernas. La gran escapada me recuerda a una pequeña y tierna novela, lagrimosa y nostálgica, de 150 páginas en la que quiero reencontrarme y volver a empezar la vida. Con una nueva mirada, un diferente pensamiento. En la que, como aquí, quieres llorar por culpa de presenciar la escena de los franceses y los alemanes que se reúnen en esa mesa de bar para abrazarse. Reír gracias al sarcasmo de René. Y cerrar los ojos y soñar en encontrar algún día el amor que Bernard e Irene tuvieron durante 70 años. Este es el mejor final de carrera para Michael y Glenda. Catártica.