A los guionistas de La casa de papel (2017-actualidad) les gusta introducir canciones antifascistas en la serie. Ya lo hicieron con el himno partisano Bella Ciao, que se volvió a popularizar en todo el mundo, y, en esta nueva temporada, intentan emular el éxito con una versión de la canción portuguesa Grândola, vila morena. Esta sirve de leit motiv de Tokio, el personaje de Úrsula Corberó, que tiene mucha relación con Portugal en los nuevos episodios de la serie española.
A pesar de compartir la península ibérica, desde España se desconoce mucho de la historia y cultura de Portugal y tampoco esta canción es una excepción. Sin embargo, el Grândola, vila morena es una parte muy importante de la historia reciente del país luso.
La canción
La versión está interpretada por los españoles Cecilia Krull y Pablo Alborán, pero el autor original es José “Zeca” Alfonso. Se la dedica a Grândola, un pueblo del Alentejo, la región más revolucionaria de Portugal, y destaca sus valores solidarios y fraternales. Aún así, la canción adquirió un significado totalmente diferente en 1974.
Hasta ese año Portugal estuvo viviendo bajo una dictadura bastante parecida a la española, el llamado Estado Novo. Este estuvo gobernado por Antonio Salazar hasta su muerte en 1969 y posteriormente por Marcelo Caetano. A pesar de sus semejanzas con la dictadura franquista, Portugal por entonces seguía teniendo colonias tanto en África como en Asia. A partir de 1961 estos territorios empezaron a reclamar su independencia y Portugal les tuvo que declarar la guerra.
En 1974 el desgaste de una dictadura caduca y de unas guerras interminables e impopulares desembocó en un golpe de estado protagonizado por militares demócratas, el Movimiento de las Fuerzas Armadas –MFA-.
Este evento sucedió en la noche del 24 al 25 de abril. Los generales tenían acordado que saldrían de los cuarteles a las 11 de la noche, cuando en Radio Renascença sonase la canción Depois de adeus de Paulo do Carvalho. Como no había comunicación entre ellos y para saber si el golpe se llevaba a cabo, tenían que esperar a las 2 de la madrugada para ver si en Radio Nacional sonaba el Grândola, vila morena. Todo salió como planearon, los soldados marcharon a Lisboa sin ninguna resistencia y la canción de “Zeca” Alfonso se convirtió en el himno de la revolución.
La Revolución de los Claveles
Lo que al principio fue un golpe militar, por la mañana se convirtió en una revolución, la “última revolución romántica” como decía el escritor portugués José Saramago. A pesar del aviso de los militares de no salir de casa, los ciudadanos de Lisboa se volcaron a las calles a apoyar a los insurgentes y a mostrarles su apoyo. La escenificación del respaldo a los militares son los claveles que se repartieron entre estos y que da nombre a la revolución. Todo este día se reconstruyó en la película Capitanes de abril (de Medeiros, 2001).
Durante más de un año, el pueblo de Portugal se hizo protagonista de su futuro, se acometieron profundas reformas económicas y se instauró «un estado democrático y en transición al socialismo«. Sin embargo, debido a los excesos socializantes y unos gobiernos provisionales cercanos al Partido Comunista y enfrentados a los socialistas y a la derecha a partir de abril de 1975, se fueron diluyendo muchos de los aspectos sociales de la Revolución y se redirigió el país hacía una democracia liberal al estilo occidental.