'Fingernails' es la nueva película del director griego Christos Nikou. Vía: Zinemaldía

‘Fingernails’, una distopía minimalista

Título original: Fingernails

Año: 2023

Duración: 113 min.

País: Estados Unidos

Dirección: Christos Nikou

Guion: Christos Nikou, Sam Steiner, Stavros Raptis

Reparto: Jessi Buckley, Riz Ahmed, Jeremy Allen White, Luke Wilson

Música: Christopher Stracey

Fotografía: Marcell Rév

Productoras: Filmnation Entertainment, Dirty Films. Distribuidora: Apple TV+

Género: Romance. Ciencia ficción. Comedia romántica

Ficha completa en FilmAffinity

El dolor es necesario. La vida está llena de él. Los niños aprenden que el fuego es peligroso porque un día la vitrocerámica de la cocina les mandó una señal directa, inconfundible: ahí no. En cierta forma, lo necesitamos, lo buscamos porque nos brinda certeza dentro de la oscuridad.

Durante el pasado Festival de Cine de San Sebastián pudimos asistir a una de las películas más interesantes de la parrilla de este año. Fingernails, del guionista y director griego Christos Nikou, propone un juego muy similar. Narra la historia de Anna (Jessie Buckley), una maestra en paro que recibe la oportunidad de empezar a trabajar en el Instituto del Amor. Al principio lo rechaza temerosa de preocupar a su novio Ryan —interpretado por la nueva celebridad Jeremy Allen White—, pero luego acepta. Su nuevo centro se encarga de determinar si dos personas están enamoradas o no. En este mundo, la ciencia ha conseguido encontrar la fórmula del amor verdadero a través de las uñas, que es donde se concentran los síntomas del amor. El procedimiento es doloroso e incluso provoca repulsión, pero las consecuencias pueden ser tan positivas que todas las parejas lo hacen.

El director Christos Nikou en el pasado SSIFF. Vía: Zinemaldía

Esta máquina —plasticosa, casi de mentira—, revela en porcentaje el amor en la pareja. El 0% es lo peor, una nulidad total; el 100% el cénit, la esperanza de todos y todas. ¿Y qué pasa si el porcentaje revela un 50%? Uno de los dos —él o ella, él o él, ella o ella—, está enamorado, y el otro, no. Un dato espeluznante, desalentador. Doloroso. Porque el dolor es necesario, pero la certeza es aún más importante.

Para los amantes de la ciencia ficción más low, Fingernails es una joyita. La mezcla de la trama minimalista y sus personajes —entre la depresión y la crisis existencial—,  con una suerte de mecanismo determinista corporizado en la máquina infernal marca el tono de una película que brilla más en sus detalles que en el conjunto. Al igual que en su primera película Apples (2020), el director se hace valer de la historia para contarnos su particular visión. Esto queda patente —y casi escupido— en la decisión final de sus personajes, con un sentido de fábula bastante claro. Sin embargo, este detalle no mancha la película, ya que es un pensamiento recurrente, e incluso humano, que sobrevuela la cabeza del espectador en sus ciento veinte minutos.

Jeremy Allen en ‘Fingernails’. Vía: Fotogramas

Fingernails puede parecer una película más dentro del mecanismo endemoniado de las plataformas; al fin y al cabo, su estreno acude en exclusiva a Apple-TV (salvo una decena de países en todo el mundo, ninguno de ellos España), pero su propuesta va mucho más allá. Su tono reducido queda contrastado con la atmósfera ochentera. Sabemos que la película es futurista, pero todos los elementos nos hacen pensar en un tiempo donde la tecnología ocupaba un segundo papel en nuestras vidas. El dilema se forja solo: ¿cómo puede ser que las relaciones humanas queden reducidas a un porcentaje si los personajes en toda la historia se sienten conectados sin móviles de por medio, sin interferencias? Christos Nikou consigue dotarla de un sentido atemporal tan poderoso que la reflexión es inmediata.

Si el amor puede medirse, ¿qué nos queda?

El dolor, claro y directo, y la posibilidad de revelarse. De no conformarse. Elegir el camino difícil aunque duela porque Esto, va a doler.

Lo mejor: su capacidad de hacer reflexionar al espectador a la par que lo divierte

Lo peor: exceso de sencillez en su planteamiento, a veces poco atrevido

Nota: 8/10

Lo mejor: su capacidad de hacer reflexionar al espectador a la par que lo divierte
Lo peor: exceso de sencillez en su planteamiento, a veces poco atrevido
8