Se cumplen 40 años del estreno de la película musical Grease, una mítica cinta dirigida por Randal Kleiser y ambientada en los años 50 americanos.
No estás solo/a: yo también me disfracé de Sandy una vez. ¿Existe confirmación más valida del éxito imperecedero de Grease? Y es que, no importa la edad que tengas, estoy segura de que has bailado a ritmo de You’re the one that I want.
Grease cuenta la historia de amor entre el rebelde Danny (John Travolta) y la inocente Sandy (Olivia Newton-John), dos jóvenes que mantienen un romance de verano durante las vacaciones, reencontrándose de forma inesperada al empezar el nuevo curso en el instituto Rydell.
Pero, detrás de una sinopsis que parece propia de una insustancial película para adolescentes, se esconde una banda sonora eterna y un vestuario que lleva inspirando al mundo de la moda 40 años.
Del armario femenino se encargó Betsy Coz. En ellas observamos detalles muy cincuenteros como la cintura alta, las faldas midi con volumen o el gesto rockabilly de anudarse el pañuelo al cuello; tres tendencias con más de medio siglo que hoy seguimos viendo en Instagram.
Sandy suele vestir con colores pastel y calcetines blancos de punto “bobo”, decorando su cabello con lacitos y otros accesorios. Sin embargo, las chicas más duras -lideradas por la maravillosa Rizzo– se decantan por prendas ajustadas y cazadoras bomber con el nombre de su grupo: Pink Ladies. ¿Quién no querría una?
En cuanto a los chicos, el responsable de sus looks fue Bruce Walkup. Al más puro estilo Elvis, el sector masculino aparece enfundado en vaqueros pitillo y polos ajustados de color blanco. Tampoco faltan las chaquetas de cuero y los peinados fijados con mucha gomina, en honor al nombre de la cinta.
Sin menospreciar a un John Travolta muy sexy, la parte más interesante del vestuario es responsabilidad de Olivia. Ella es la encargada de encarnar la transición del personaje de Sandy, que pasa de ser una “niña buena” a una mujer fatal.
En los últimos minutos de la película, nos seduce con un pantalón de cuero ceñidísimo, unos zuecos altos, una chaqueta negra y un top que deja al descubierto sus hombros. Un conjunto de prendas que, cualquier amante de la moda y el rock and roll, convertiría en su uniforme oficial de fin de semana. Me incluyo.
Felices 40, Grease.