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Alfonso Sánchez: «En nuestra tierra se puede hacer cine y se puede soñar.»

Tras ver (y disfrutar) El mundo es vuestro (2022), la última película de Alfonso Sánchez que vuelve a protagonizar junto a su inseparable Alberto López, tenemos la oportunidad de charlar con ellos acerca de su trayectoria, la comedia, el cine andaluz y, además, de llevarnos un breve destello sobre sus futuros proyectos.

PREGUNTA: 2022. Han pasado 10 años desde El mundo es nuestro (2012). Sois, supongo, personas totalmente diferentes a las de entonces que han evolucionado y cambiado. ¿Cómo os sentís mirando atrás y viendo esa película con perspectiva? ¿Qué ha cambiado en vosotros y a vuestro alrededor?

ALFONSO SÁNCHEZ: Qué bueno eso de que somos personas distintas (risas). No lo sé, no sé hasta qué punto.

ALBERTO LÓPEZ: Uno deja de evolucionar a los 16 o por ahí, no te creas. Luego solo asume cosas. Pues miramos atrás con alegría, con capacidad de haber gestionado y organizado toda la rabia de las malas pasadas y los malos momentos que hemos vivido. Eso está gestionado, afortunadamente, y esa rabia ya no es como hace 7 o 9 años. Eso sí es evolucionar, eso sí es cambiar. Y miramos atrás con felicidad por lo que hemos logrado. O sea, mirar atrás y que en 11 o 12 años que hace que nos conocemos Alfonso haya dirigido 5 películas, yo haya participado en 4 de ellas, hayamos hecho más de 200.000 espectadores con nuestras obras de teatro y que generaciones jóvenes cómo tú estén aquí sentándose con nosotros… nos hace mucha ilusión. Es muy bonito mirar atrás y ver que hemos sido fieles a nuestro instinto.

A.S.: Y sobre todo que no hemos perdido, y era algo fundamental en esta película y lo hablamos desde el minuto uno, esa pulsión, esa necesidad, ese nervio, esa energía y esa fuerza que teníamos en El mundo es nuestro. Era una obligación arriesgar y volver a ese punto. Con todo lo que hemos aprendido, canalizando mejor nuestra energía, pero sin perder ese empuje y esa fuerza. Y me alegra que se transmita y que lo hayáis visto en la pantalla.

el mundo es vuestro
Sánchez y López, fotografiados en el rodaje de ‘El mundo es vuestro’

P: Dices en una entrevista que para escribir esta película tuviste que imponerte la libertad creativa de no autocensurarte para hacerlo como en El mundo es nuestro. ¿Qué ha cambiado para que ahora tengas que imponértela y antes viniese sola?

A.S.: Pues ha cambiado el mundo. El mundo se ha vuelto…

A.L.: … un lugar más hostil aún…

A.S.: … más correcto, más violento, más agresivo. Ha cambiado también que soy padre, tengo dos hijos que cuando hice El mundo es nuestro no tenía, y te cambia la visión de la vida, evidentemente, al igual que tus miedos. Ha pasado que hemos sido partícipes de la película más taquillera de la historia del cine español, eso es fundamental. Han pasado muchas cosas que, como decía Alberto, ha habido que gestionar.

Y el artista tiene que ser libre, porque si no te encuentras en ese territorio inexplorado, inhóspito y a veces hostil que es ese límite que es la creación corres el riesgo de acomodarte. Y bueno, a lo mejor funciona, pero los artistas tenemos una responsabilidad respecto al público y yo creo que el público cuando vibra, cuando siente, cuando se le remueve el alma es cuando el artista se la juega. Cuando te juegas la vida. Cómo decía el Gato Pérez:se fuerza la máquina de noche y de día y el cantante con los músicos se juega la vida”. Yo creo que es fundamental que el artista se la juegue, es una obligación.

P: Es una película que llevaba casi 10 años en un cajón, ¿qué sentisteis al terminarla?

A.S.: ¡Alivio! (ríen).

A.L.: Es que claro, cuando la terminas no la tienes distribuida, no has acabado el proceso del todo. Entonces, esa evolución de la que tú hablabas antes quizá tenga que ver con que cuando terminamos El mundo es nuestro nos fundimos en un abrazo, empezamos a llorar de emoción y tal… y no sabíamos si la íbamos a poder ni estrenar. En este caso, terminas la peli y el chip está ya en buscar la distribución. O sea, la terminas con alegría, evidentemente, pero es para empezar otro proceso, que además tiene que ser muy rápido. Esa parte de terminar la obra la disfrutas un poco en la fiesta de fin de rodaje y tal, pero sí que es verdad que ya no es como cuando terminamos la primera peli, ya la terminas de una forma más práctica. La emoción es más práctica, no tan de abrazos, del lote de llorar que nos dimos con El mundo es nuestro, que tenemos unas fotos y unos vídeos preciosos… Esos momentos se viven muy pocas veces en la vida. La acabas con la misma emoción, pero con la experiencia de que queda otra pata que es quizá hasta más complicada.

A.S.: Sí, porque cuando terminas las anteriores simplemente el hecho de haber llegado ahí ya es un triunfo. Ahora no.

Mira, hay una obra de David Mamet maravillosa que se llama Edmond (1982) en la que una actriz habla de que el proceso artístico no está completo hasta que alguien te mira, te escucha. Tú puedes decir que eres actor, pero si no actúas no eres actor. Requieres del observador para completarte, estás incompleto hasta que el público recibe la obra. Ahora mismo estamos empezando a completarla y se terminará de completar este viernes cuando llegue a salas y presentemos en sociedad a nuestro hijo. Porque al final, hacer una película es muy parecido a tener un niño. Muchas veces me preguntan con qué película mía me quedo y eso es absurdo. No le puedes preguntar eso a un director. Es como “¿a qué hijo quieres más?” Pues a todos, a cada uno lo quieres por una cosa.

El mundo es vuesto
Fotograma de ‘El mundo es vuestro’ (Foto: EOne España)

P: La comedia en España en los últimos tiempos está muy ligada con lo comercial, lo vacío… pero considero que vosotros no lo hacéis así y que siempre hay una crítica y un mensaje detrás. ¿Por qué elegís la comedia y qué creéis que aporta el tratar temas serios y relevantes de esta forma?

A.S.: Con respecto a la comedia, yo no tengo una sensación de buscarla. Yo me he encontrado con ella, la comedia me ha buscado a mí. O es que la vida en realidad es una comedia. He usado la comedia en muchas partes de mi vida para poder relacionarme, para poder conquistar a una persona, para salir de situaciones peliagudas, salvar mi integridad física… la comedia es un arma maravillosa. Creo que es la esencia de la empatía; cuando consigues que alguien se ría se relaja, respira… Nosotros contamos la vida de la mejor forma posible o de la manera en la que la entendemos. Y al formar parte de la vida la comedia, tan fundamental e inseparable, surge inevitablemente. Y es verdad que la reflexión que provoca en el público es más relajada, menos crispada, porque no le estás riñendo. Entras en un proceso de complicidad con el espectador.

A.L.: Y concretizando tu pregunta de qué creo que le da la comedia a este tipo de mensajes… yo creo que les da suavidad, agilidad

A.S.: … grasita, vaselina… Es como decía Mary Poppins: “con un poco de azúcar la píldora pasará mejor”. Yo creo que la comedia es ese azúcar.

P: Técnicamente es una película muy ambiciosa y tú hablabas en una ocasión de que te daba miedo que por ser comedia no se fuese a reconocer el trabajo de los técnicos como se merecían.

A.S.: Me daría un coraje tremendo que simplemente por el hecho de ser una comedia no se apreciase el trabajo maravilloso técnico y artístico que hay en la película.

P: ¿Y a qué crees que se debe eso? ¿Por qué se toma tan poco en serio la comedia?

A.S.: Porque es ligera, no está defendida. Como aligera, como relaja, no se pone estupenda… Para mí es una pena porque es como cuando hablan de un jefe, que dicen que si no grita, si no chilla, si no se impone… parece que no manda. Pues yo pienso todo lo contrario. Pienso que cuanto menos grites, menos te enfades, más hables, más dialogues y más empático seas, mejor jefe eres. Yo creo que eso es un poco lo que le pasa a la comedia.

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A. Sánchez y A. López durante la rueda de entrevistas del pase de prensa de ‘El mundo es vuestro’ en Madrid

P: Es una película independiente andaluza, lo cual tiene mucho mérito. ¿Cómo veis el panorama del cine andaluz actualmente en vuestro entorno?

A.S.: Bueno, se está produciendo más que nunca, hay unos compañeros maravillosos haciendo unas pelis estupendas, hay unos productores que se están partiendo la cara por hacer cine andaluz, se está peleando con uñas y dientes por tener por fin una ley del cine, se ha formado la Academia del Cine Andaluz, que es un hito importantísimo para aglomerar a todo ese talento e intentar traer de vuelta al que se había ido para volver a tenerlos y producirlos desde Andalucía… Y se está intentando generar un tejido industrial fuerte y sólido, por lo que es muy necesario todo el apoyo de las instituciones públicas: del gobierno autonómico, también del gobierno central, que tiene que abrirse y repartir mucho más la movida con las diferentes cinematografías… Yo creo que es un momento maravilloso a nivel creativo y a nivel esfuerzo, a nivel producción.

A.L.: La única parte que queda ahí es reeducar al empresario privado para convencerlo de que invertir en cultura, en el cine en este caso, puede ser rentable. O sea, es un negocio.

A.S.: Andalucía no es solo un plató para que otros vengan a dirigir, tiene que ser todo lo contrario. Tenemos que ser nosotros quienes contemos las historias desde Andalucía para el mundo y que las empresas en las que reviertan puedan ser andaluzas. Luego abrirle la puerta a todo el que quiera venir a nuestra tierra, a nuestra casa, a estar. Pero de tú a tú.

Por eso nosotros nos hemos quedado allí, por eso estamos produciendo y por eso estamos arriesgando, siendo mucho más difícil que en otros centros de producción. Porque hay una cosa fundamental y es que al igual que Benito Zambrano, que la Generación CineExin, que Alberto Rodríguez y todos los que han venido antes que nosotros han sido un referente para que sintamos y pensemos que es posible quedarse en Andalucía para desarrollarse y hacer cine, nosotros tenemos una obligación con los que vienen detrás para que sepan que en nuestra tierra se puede hacer cine y se puede soñar, y que no es necesario irte de tu tierra para poder desarrollarte. Es maravilloso salir y conocer mundo, sí. Pero por gusto, no por obligación.

P: Os pido ahora un consejo o aviso para navegantes a los estudiantes de cine en Andalucía, donde hay menos medios y oportunidades que en otras ciudades españolas y hacer cine, hoy por hoy, es una tarea complicada. ¿Qué le diríais al que está empezando?

A.L.: Que se haga amigo de empresarios. Que sea consciente de que tiene que haber un tejido común de carácter empresarial, que no abandone lo empresarial. Que no solo sea el arte, el romanticismo… que eso vaya unido desde muy pronto en la escuela con un concepto de producción, de rentabilidad económica… con una creencia en que el cine es rentable y el arte puede ser un negocio. Que no le tengan miedo a abrirse en ese sentido.

A.S.: Que sueñen, que imaginen, que sean valientes… porque los sueños se cumplen y se puede llegar a sitios. Y muchas veces los sitios son incluso mejores que los que habías soñado. Que sepan que es un camino complicadísimo, jodidísimo, durísimo… que va a haber zarzas por todas partes, pero que no se cansen porque al final se llega. Los baches y los golpes van a ocurrir, pero que no se cansen. Que no los cansen.

P: Para acabar, os iba a preguntar por proyectos futuros, pero prefiero planteároslo así: si os dijera que solo podéis hacer una película más, ¿de qué iría? ¿De qué hablaríais en este momento?

A.L.: Del fin (ríen).

A.S.: Hombre, yo haría una peli estupenda de terror, que tengo el guion escrito y ya que lo tengo escrito pues lo haría. No te digo cuál todavía, no te lo puedo decir. Pero tengo un proyecto fantástico de terror.

P: Es un salto interesante.

A.S.: Sí, está muy bien. El guion es maravilloso.

P: ¿Tienes vista de producirla próximamente o aún estás tanteando?

A.S.: Después de 5 pelis, lo bueno es que ya hay vistas, hay vistas para hacerla. Tiene visos de poder producirse.

P: Me alegro, la verdad. Tengo ganas de ver algo así.

A.S.: Te va a dar mucho miedo, eso te lo puedo asegurar (ríen).